España no autoriza la visita a Ceuta de un destructor ruso
Moscú declinó informar sobre cuál es la siguiente escala del ‘Vicealmirante Kulanov’
España no ha dado luz verde a la reanudación de las escalas de la flota rusa en el puerto de Ceuta. El Ministerio de Asuntos Exteriores no ha autorizado finalmente la visita a la ciudad autónoma, desde este miércoles y hasta el viernes, del destructor Vicealmirante Kulanov y del remolcador Altay, con más de 350 tripulantes en total, pertenecientes a la Flota del Norte.
La petición, adelantada por El Confidencial, llegó a través del Ministerio de Defensa, que no puso ningún inconveniente, pero pasó la pelota al departamento de Asuntos Exteriores, dado el carácter político de la decisión, sobre todo teniendo en cuenta que Madrid albergará en la primavera de 2022 la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN.
El departamento dirigido por José Manuel Albares estaba dispuesto a autorizar la escala, por considerar que podía suponer una inyección de oxígeno para la economía de la ciudad española, duramente castigada por la pandemia, el cierre de la frontera con Marruecos y la crisis provocada por la entrada de más de 10.000 inmigrantes irregulares, hace ahora tres meses. Sin embargo, Exteriores preguntó a Moscú cuál era el siguiente destino de la flota rusa, para evitar que España se viera envuelta en alguna situación conflictiva, una pregunta que nunca tuvo respuesta, por lo que no concedió la autorización, según fuentes diplomáticas.
Las visitas de buques de la Armada rusa a Ceuta fueron una práctica habitual entre 2010 y 2016, cuando se produjeron unas 60 escalas de barcos de guerra de todo tipo con más de 10.000 tripulantes, que dejaron en la ciudad alrededor de 4,5 millones de euros en total, según estimaciones de la autoridad portuaria ceutí. Se calcula que cada tripulante ruso gasta entre 300 y 400 euros cada vez que baja a tierra.
Esta práctica se suspendió abruptamente en octubre de 2016, ante las críticas de países aliados, como el Reino Unido, que reprochaban a España que prestara apoyo logístico a buques implicados en los bombardeos rusos sobre Siria. Madrid se vio obligado en ese momento a negociar con Moscú la suspensión de la escala del portaviones Almirante Kuznetsov y de varios buques de escolta, a pesar de que ya había sido autorizada.
Desde entonces, las escalas de embarcaciones rusas a la plaza española del norte de África se han producido con cuentagotas: en noviembre de 2018, visitaron Ceuta tres buques –encabezados por el crucero antimisiles Marshal Ustinov— solo tres días después de que estuviera en España el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov; y en junio de 2019 hizo una “escala no oficial” un patrullero, para abastecerse de agua y deshacerse de residuos.
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