Arrestado un traficante de seres humanos sospechoso de introducir en patera en España a cuatro yihadistas
Las autoridades argelinas acusan al detenido de nutrir de combatientes y dinero a grupos islamistas violentos que operan en Libia
Agentes de la Guardia Civil detuvieron el pasado sábado en la localidad mallorquina de Llucmajor a A. K., de 30 años y nacionalidad argelina, al que las autoridades de su país acusan de liderar desde Europa una organización dedicada al tráfico de seres humanos desde Argelia. La trama también facilitaba el traslado de combatientes a zonas de Libia controladas por facciones yihadistas afines a Al Qaeda, a las que supuestamente también financiaba. Las autoridades españolas investigan ahora si el arrestado facilitó la entrada en España tanto de un presunto yihadista detenido en Almería en abril tras retornar de Siria, donde combatió en las filas del autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), como de otros tres supuestos terroristas que cayeron en Barcelona el pasado enero cuando iban rumbo a Francia para atentar.
La detención de A. K. se produjo después de que las autoridades argelinas alertasen recientemente de su posible presencia en España y, más en concreto, en las islas baleares. Agentes del Servicio de Información de la Guardia Civil especializados en la lucha antiterrorista se desplazaron a Mallorca y pusieron en marcha la bautizada como Operación Jaume I que permitió localizar al sospechoso gracias a las imágenes facilitadas por las autoridades del país magrebí. “Llevaba barba y estaba más mayor que en las fotografías, pero era perfectamente reconocible”, señala uno de los agentes que intervino en la operación, que también destaca que usaba vestimenta occidental para pasar inadvertido. Según las primeras pesquisas, A. K. llevaba en las islas una semana “como mucho” y aún se investiga para qué se había desplazado a España, aunque las fuentes consultadas no descartan que lo hubiera hecho “de vacaciones”. Tampoco se ha podido determinar cómo entró en el país y de dónde procedía, añaden las fuentes consultadas.
En el momento del arresto, A. K. portaba un permiso de residencia expedido por las autoridades de Suiza con un nombre falso. También se le intervinieron documentos en papel y formato digital, que van a ser analizados. Sobre él existía una orden de búsqueda y captura de las autoridades argelinas desde 2018, cuando se le vinculó por primera vez con una trama de trata de seres humanos que trasladaba a inmigrantes irregulares por patera desde las costas argelinas a Europa, incluida España. Según la investigación, el ahora detenido mantiene contacto con grupos del norte de África afines a Al Qaeda y aprovechaba la infraestructura de su trama delictiva para facilitar el traslado de combatientes desde países del norte de África como Marruecos, Argelia y Túnez. Las sospechas de las autoridades argelinas es que también los financiaba con los beneficios de sus actividades delictivas.
La justicia española investiga ahora su supuesta participación en la llegada por mar a España, a comienzos del pasado año, de Abdel Majed Abdel Bary, un presunto yihadista de origen británico considerado por los servicios antiterroristas de los países europeos como una persona “extremadamente violenta” tras haber pasado varios años combatiendo en Siria en las filas del Estado Islámico. Abdel Majed Abdel Bary fue detenido por la policía en abril de 2020 en un piso alquilado de Almería donde se ocultaba con otras dos personas que supuestamente le habían acompañado en el viaje en patera.
También se investiga si fue la organización de A. K. la que, el pasado diciembre, trajo irregularmente a España en patera a tres argelinos que posteriormente se desplazaron a Barcelona, donde fueron detenidos en enero. Uno de los tres arrestados era también lo que en términos policiales se conoce como “retornado”, tras haber combatido durante dos años en Siria. Según detallaron entonces fuentes de la lucha antiterrorista, el destino de todos ellos era Francia, donde presuntamente planeaban atentar. Fuentes de la investigación recalcan que, pese a estos casos, las vinculaciones del tráfico de seres humanos con el yihadismo son “puntuales” y fruto, como en este caso, de la supuesta “afinidad” del cabecilla de la trama con el ideario islamista violento.
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