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Dos nuevos ataques contra ciudadanos marroquíes en Murcia reactivan la alerta racista

La tímida respuesta política contrasta con la de ONG y colectivos de inmigrantes que convocan nuevas manifestaciones para este viernes en Murcia y el domingo en Cartagena

Patricia Ortega Dolz
Concentración el pasado día 20 de junio en Murcia contra el odio y el racismo tras el asesinato de Younes Bilal en Mazarrón.
Concentración el pasado día 20 de junio en Murcia contra el odio y el racismo tras el asesinato de Younes Bilal en Mazarrón.EDU BOTELLA (Europa Press)

La Región de Murcia sigue conociendo ataques contra ciudadanos marroquíes. Momoun Koutaibi, de 22 años, permanece en coma en el hospital Virgen de la Arrixaca despues de que supuestamente otro hombre, español según la familia de la víctima, lo golpeara al menos dos veces por la espalda con una barra de hierro en la cabeza y le rompiera el cráneo. Los hechos ocurrieron el pasado 5 de junio sobre las dos de la tarde, mientras Koutaibi trabajaba en las instalaciones de la empresa Primafrio, en Alhama de Murcia, según consta en la denuncia presentada por los familiares en el puesto de la Guardia Civil de Totana. En el parte de baja Koutaibi figura como “mecánico de vehículos de motor” de dicha empresa.

El suceso, que no se conocía hasta ahora, ocurrió ocho días antes de que un exmilitar retirado matara de tres tiros a Younes Bilal, de 37 años, el 13 de junio en un bar del paseo marítimo de Mazarrón al grito de “¡moro de mierda!”. Los familiares de ambas víctimas aseguran que estas “no conocían de nada” a sus supuestos agresores.

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Koutaibi fue operado el miércoles y continua en coma, según sus familiares, desesperados por la nula atención que ha recibido su caso: “Llevaba años trabajando como mecánico en Primafrio, al parecer el jefe despidió a su agresor y le dijo: ‘el moro trabaja mejor que tú'. Este se fue a por él sin mediar palabra, según nos contaron sus compañeros”, relatan. En la denuncia señalan, además, que sus propios compañeros evitaron que le propinase un tercer golpe y que todo el ataque “debió de quedar registrado en las cámaras de seguridad de la empresa”. En Primafrio aseguran que “no son trabajadores de su empresa, sino de otra externa contratada”, aunque no pueden explicar los hechos ocurridos en sus instalaciones (“desconocemos la causa”), ni por qué aparece el nombre de la empresa en el parte de baja laboral de Koutaibi.

Por su parte, la policía judicial del instituto armado mantiene un hermetismo total sobre esta investigación, por lo que no ha sido posible aclarar si han detenido ya al agresor y si este ha ingresado ya en prisión o no. Los familiares en su denuncia insisten en que “quiso matarlo, al pegarle de esa manera, por sorpresa y por la espalda”.

Apuñalado en Cartagena

Además, el pasado martes, otro ciudadano marroquí de 40 años fue apuñalado de madrugada en Cartagena. La policía busca ahora al presunto o presuntos agresores e investiga aún la naturaleza y el origen de ese último ataque. La víctima fue trasladada al hospital Santa Lucía. Un portavoz de la alcaldía de la ciudad aseguraba este jueves que “la Guardia Civil lo está investigando aún, y no hay datos que lo relacionen con una agresión racista, al menos a día de hoy”. No obstante, la alcaldesa Noelia Arroyo (PP), dijo lo mismo cuando el pasado 16 de junio una mujer española apuñaló a una joven latinoamericana en la cola del economato de Cáritas al grito de “¡Sudaca, nos quitan la comida!”. La fiscalía lo investiga ya como un “delito de odio” por sus tintes racistas.

El caso de Bilal, que fue repatriado a Marruecos el domingo pasado para ser enterrado en su ciudad natal, Beni Malal, fue calificado unánimemente como “crimen racista”. Sin embargo, brillaron por su timidez las reacciones políticas mientras eran convocadas manifestaciones de repulsa y rechazo “contra el racismo” por asociaciones y colectivos de inmigrantes en la región, que cuenta con 222.000 inmigrantes, la mayor parte de ellos magrebíes y ecuatorianos.

Las próximas movilizaciones están previstas para este viernes en Murcia a las 20.00 y el domingo, día 27, a las 19.30 en Cartagena.

Mimoun Koutaibi, en una imagen cedida por la familia.
Mimoun Koutaibi, en una imagen cedida por la familia.

Las reacciones políticas siguen siendo tímidas o inexistentes ante estos ataques. El presidente regional, Fernando López Miras (PP), reconocía el pasado martes en Cartagena su “preocupación por cualquier agresión en la que subyacen connotaciones racistas”, tras conocerse el último ataque.

El secretario general del PSOE, Diego Conesa, acudió a la manifestación del pasado Domingo en Murcia y explicó este jueves que la actual disfunción de la Asamblea Regional, tras la moción de censura que presentaron con Ciudadanos y que boicotearon los tránsfugas del partido de Inés Arrimadas, ha “secuestrado con los expulsados de sus respectivos partidos, tanto la mesa de la asamblea como la junta de portavoces”, por lo que ninguna resolución sale adelante.

La representante de Podemos en la Asamblea, María Martín, presentó un escrito de condena del crimen racista de Bilal a los pocos días de conocerse, pero ningún partido la apoyó, “el PP porque gobierna gracias a esos tránsfugas expulsados de Cs y de Vox, y el PSOE porque no vamos a firmar ninguna resolución que no venga de la sociedad civil”, opina Conesa.

Finalmente, la coordinadora de ONG de Murcia ha presentado una resolución de condena contra el racismo pero tampoco fue aprobada ni en la Junta de Portavoces del pasado martes ni en el pleno de la Asamblea regional de este jueves, para “decepción” de Moisés Navarro, portavoz del colectivo. Mientras, desde izquierda y derecha, se alerta del papel que pueden estar teniendo en este tipo de agresiones los mensajes xenófobos lanzados por la ultraderecha de Vox, la fuerza más votada en las últimas elecciones en la región.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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