La foto de Colón, segunda parte

En febrero de 2019, un relator en las negociaciones que arrancaban entre el Gobierno de España y el Govern de la Generalitat motivó afirmaciones como estas en el texto que se leyó en una abarrotada plaza de Colón: “Queremos manifestar nuestro más enérgico rechazo a la traición perpetrada por el Gobierno de España en Cataluña”. “Los acontecimientos de los últimos días suponen una humillación del Estado sin precedentes en nuestra vida democrática”. Dos años y una pandemia después, la derecha vuelve a reunirse en la plaza madrileña —este domingo a las 12.00— ante la probable concesión de indultos a los líderes separatistas, y parece difícil que el manifiesto pueda utilizar un lenguaje más incendiado que el de 2019. PP y Ciudadanos regresan a Colón vacilantes ante el temor a que Vox patrimonialice la protesta, que retratará la fuerza de la oposición en un momento delicado para Pedro Sánchez.

La segunda parte de la foto de Colón está marcada por varias incógnitas. La primera es la participación en una convocatoria que fue multitudinaria hace dos años, cuando se reunieron 45.000 asistentes, según la Delegación de Gobierno, y 200.000 según los organizadores. En esta ocasión, el PP ha buscado desvincularse de la organización —la convocante es una plataforma civil, Unión 78, impulsada por la exlíder de UPyD Rosa Díez— y no ha fletado autobuses para llenar la plaza, cosa que sí ha hecho Vox. Los convocantes no han comunicado a la Delegación de Gobierno una previsión de asistentes, aunque la policía ha planificado un dispositivo como para una manifestación masiva, lo que plantea dudas de cómo se podrán cumplir las medidas de seguridad por la pandemia. Los manifestantes tendrán la obligación de mantener en todo momento una distancia de un metro y medio. Fuentes de la Delegación del Gobierno señalan que la competencia para observar si las reglas se cumplen es de la consejería de Sanidad del Gobierno de Ayuso. De momento, la consejería no ha puesto obstáculos a la celebración de la protesta.

La segunda incógnita es si habrá foto de Pablo Casado (PP), Santiago Abascal (Vox) e Inés Arrimadas (Cs), aunque PP y Cs harán lo posible para evitarla. No está previsto que suban al escenario ni lean el manifiesto (eso le corresponderá a Díez y los organizadores) y Casado hará declaraciones en un punto fuera de la plaza. El líder del PP saldrá de Génova acompañado de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y del alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, sin el resto de los barones, que han tenido recelos a repetir la foto.

Quien se estrena en Colón es Inés Arrimadas. Hace dos años perdió el avión, aunque el misterio rodea aquella ausencia y algunos en el partido creen que fue deliberada. Esta vez sí estará, a pesar de que en la cúpula de Cs también había dudas, pero se resolvieron por una mezcla de convencimiento en la causa contra los indultos y de asunción de que, en un momento de debilidad del partido, iba a ser más difícil explicar una posición diferenciada. Un dirigente de Cs resume así las principales reticencias de su partido y el PP con esta cita: “La plaza de Colón ya es de Vox. Allí cerró la campaña de Madrid, y fue el gran beneficiado en 2019. Es una plaza con unas connotaciones clarísimas de un partido que va a ser quien patrimonialice ese acto”.