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La ‘cooperativa de la coca’ de los 16,5 millones de euros

28 empresarios, trabajadores portuarios y funcionarios crearon una trama “logística descomunal” para introducir droga en contenedores a través del puerto de Algeciras

Jesús A. Cañas
Parte de los millones de euros incautados en la operación Jumita.
Parte de los millones de euros incautados en la operación Jumita.MC.I.C (EFE)

Fajos de billetes en mochilas de deporte, mal escondidos en los armarios de un garaje. Fajos envueltos en film transparente. Más fajos bajo el canapé de una cama. Y así hasta sumar un botín de 16,5 millones de euros en billetes de 50 que la mañana de este jueves quedaban desparramados al sol en cajas de cartón, sacos de plástico y hasta bolsas de supermercado, todo a las puertas de la Comandancia de Algeciras. Los 28 integrantes de la cooperativa de la coca que el empresario José Carlos S. C. había montado en el puerto de Algeciras parecían tan seguros de que no les iban a coger que ni se molestaron en ocultar con ingenio sus pingües beneficios en metálico. Con todos ya detenidos, la Guardia Civil algecireña tiene claro que la caída de la trama servirá incluso para reforzar los protocolos de control en uno de los mayores puertos de mercancías de Europa.

Para cuando la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar, dirigida por la fiscal Macarena Arroyo, recibió el aviso de que estaba circulando “gran cantidad de dinero” de la cocaína por España, ya llevaba tiempo investigando a una trama “con una capacidad logística descomunal”, según apuntan fuentes conocedoras del caso. Lo que nunca podían esperarse en el Ministerio Público ni en la Guardia Civil era encontrar “tantísimo dinero en los registros”. Los más de 500 agentes —integrados principalmente por UCO Central y Ocon Sur, el mando creado para luchar contra el narco en Andalucía— necesitaron cuatro máquinas de contar billetes y 40 registros para dar con los 16,5 millones de euros, principalmente ocultos en dos adosados de Algeciras, en los que se escondían unos 11 millones.

Tal botín de dinero, aún por blanquear y comprar voluntades, es la demostración de que a José Carlos S. C., un español de 38 años sin antecedentes y que aparentaba ser un mero empresario transportista, le iba muy bien con sus supuestos negocios paralelos con la coca. A golpe de teléfono y viajes a Sudamérica, el presunto narco consiguió hacerse con la confianza de los poderosos dueños de la cocaína para tratar directamente con ellos los portes de la droga. Y tocó tanto poder que incluso se atrevió a comprar partes del cargamento para distribuirlo él directamente. No estaba solo en su tarea. F. G. H., otro de los detenidos, llegó a colaborar en la financiación de la compra de estos contenedores de droga.

Guardias civiles cuentan dinero de los fajos de billetes requisados en la operación.
Guardias civiles cuentan dinero de los fajos de billetes requisados en la operación.EFE

Aunque en un primer momento los investigadores creían que F.G. era el líder de la banda, conforme avanzaron las pesquisas descubrieron que el verdadero señor de la coca en la sombra era José Carlos. De hecho, uno y otro integraban dos organizaciones que funcionaban asociadas a modo de cooperativa para crear una red logística capaz de sacar cualquier cargamento de polvo blanco del puerto de Algeciras. Esta unión de empresas del crimen era capaz tanto de mover cocaína que llegaba de Sudamérica por el método de gancho ciego —en el que los dueños de los contenedores desconocen que junto a su mercancía viaja droga— como con portes de contenedores atestados de droga, encubiertos por los narcos con una apariencia de transporte legal.

Así fue como la trama se atrevió a introducir un contenedor con 1,6 toneladas de cocaína el pasado 29 de abril. Apenas dos palés ocultaban las 1.400 pastillas de droga. Los guardias civiles y la Fiscalía Antidroga, conocedores de la existencia de la mafia desde diciembre de 2020, dejaron fluir la droga hasta su destino final fuera del puerto: una empresa de transportes. Para llegar hasta ahí, la trama había creado un engranaje de trabajadores y empresarios colaboradores en el puerto de Algeciras. De ellos, sobresalía El Messi de la Torre, sobrenombre de un trabajador de APM Terminals —uno de los dos muelles de cargas de mercancías— al que apodaron así por su capacidad para hacer desaparecer la droga de los contenedores antes de cualquier inspección policial.

Junto a él, un mozo arrumbador de Aduanas y un funcionario veterinario del Puesto de Inspección Fronteriza —por donde pasan determinadas mercancías, como los alimentos— hacían posible que la cocaína saliese airosa de todos los controles. Los investigadores creen que el resto de implicados de la red, entre los que se encuentra un exconcejal del Ayuntamiento de Algeciras del PP y un exjugador del Algeciras C. F. colaboraban en el necesario blanqueo de dinero para ocultar los enormes beneficios de la droga. En total, la denominada operación Jumita, ya suma 28 detenidos, uno de ellos interceptado en Ámsterdam (Holanda), a donde huyó de la Justicia tras descubrirse su supuesta implicación en un alijo de 3,5 toneladas de cocaína en 2017 en Estepona (Málaga).

Solo el cargamento decomisado, 1.616 kilos de cocaína, podría haber alcanzado un valor de mercado de unos 48 millones de euros, según han explicado este jueves el jefe de la Comandancia, Francisco Almansa, y el responsable de la Sección de Información de la 4ª Zona de la Guardia Civil, Ramón Clemente, en la que se integra Ocon Sur. Tanto dinero hacía necesario ocultarlo en viviendas, en una suerte de guarderías de billetes desconocidas en el narcotráfico local, como los dos adosados de Algeciras, además de las propiedades que se han registrado en localidades tan dispersas como Marbella, Málaga, Ayamonte (Huelva) y Getxo (Bizkaia). La ausencia de medidas con las que lo ocultaban —en sencillas bolsas de deportes guardadas en un armario— denota que las dos bandas asociadas se creían a salvo de los agentes.

Además de los 16,5 millones de euros en metálico, la investigación ha identificado una trama societaria aún por desmadejar. El propio José Carlos figura como administrador único de su empresa de transportes, desde que la constituyó en 2015 con un capital de más de 160.000 euros, aunque aparece vinculado a otras empresas internacionales aún por investigar. Por ahora, el valor estimado de los activos descubiertos al entramado societario es de más de cinco millones de euros. Además, los investigados disponían de un patrimonio mobiliario e inmobiliario valorado en más de siete millones de euros.

El tráfico de cocaína es, en parte, el menos trazado de la zona del Estrecho, donde las mafias del hachís ocupan buena parte del esfuerzo policial. La participación en los alijos de grandes mafias internacionales complica las investigaciones en un punto, Algeciras, que solo suele ser de paso. Sin embargo, el poder que habían conseguido desplegar José Carlos y los suyos ha llevado a Almansa a reconocer que el operativo servirá incluso para reforzar la seguridad en el puerto. “Hemos aprendido de errores”, ha zanjado el jefe de la comandancia algecireña.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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