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Nadie dura en el trono del ‘Messi del Hachís’

300 agentes detienen al clan de Nimo, sucesor del poderoso traficante del Estrecho huido desde hace tres años

Jesús A. Cañas
Narcotrafico
Agentes de la Guardia Civil durante el registro de una vivienda en Los Barrios (Cádiz), que se enmarca en una operación conjunta con la Policía Nacional en la que han participado más de 300 agentes.MC.I.C (EFE)

Abdeselam M. A., Nimo, es uno de esos narcos que trabajan discretos a la sombra de un capo hasta que encuentran la oportunidad, o se ven obligados, a dar el paso al frente. A este traficante del Campo de Gibraltar, que parece haberlo vivido todo a sus 36 años, el momento de brillar le llegó en junio de 2020, tras acabar el primer estado de alarma por el coronavirus. Entonces cayó Jesús Heredia Heredia, alias El Pantoja, heredero del poderoso narcotraficante Abdellah El Haj Sadek el Membri, más conocido como El Messi del hachís. El férreo cerco policial en el Estrecho convirtió a Nimo, en “el sucesor del sucesor”, ironizaba este martes uno de los investigadores que le han detenido. Pero, a diferencia de los que pasaron antes —acostumbrados a montárselo por su cuenta—, él siempre se ha mantenido fiel “como hombre de confianza” del Messi, precisa una fuente judicial

El heredero de El Messi tenía antecedentes, pero aún no le había dado tiempo a construirse un gran nombre en los submundos del hachís. Nimo —de origen marroquí— sí había tenido margen de buscar a las otras 34 personas que han sido detenidas junto a él acusados de pertenecer a una organización que introducía grandes cantidades de hachís desde el norte de Marruecos. También había encontrado el momento para reinvertir parte de lo ganado en una casa de Algeciras de exterior austero e interiores de lujo, “todo lleno de dorados, plateados y superteles”, como apuntaba otro agente presente en los registros.

Esa vivienda ha sido uno de los 16 registros en los que 300 agentes de las unidades antidroga de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han participado desde primera hora de este martes en Los Barrios y Algeciras (Cádiz) y Estepona (Málaga). Sin embargo, el capo se encontraba junto a su familia en una urbanización de lujo entre esta localidad y Marbella. Los agentes esperaban detenerlo en su domicilio de Algeciras, pero el hecho de que estuviera con los suyos en Estepona les lleva a descartar que estuviera huyendo. Con su caída se pone fin a la primera fase de investigación, dirigida por la Fiscalía Antidroga del Campo de Gibraltar, que ha durado más de seis meses.

A Nimo y los suyos se les atribuye el transporte de la droga a bordo de narcolanchas que desembarcaban en el Campo de Gibraltar para subirla a bordo de potentes todoterrenos robados y ponerla a buen recaudo en guarderías, propiedades vigiladas por la banda en las que se oculta la droga. En la operación de hoy, como en días anteriores, los agentes han intervenido “entre 4.000 y 5.000 kilos de hachís”. El secreto judicial decretado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Algeciras ha impedido que trascienda la cantidad exacta de droga incautada, además de los bienes intervenidos. En un breve comunicado, los dos cuerpos solo han apuntado que han podido localizar “dinero en efectivo, vehículos, documentación, equipos de comunicación y diversos materiales relacionados con los hechos investigados”.

Nimo escaló posiciones en el mundo del narco hasta convertirse en segundo de Abdellah El Haj y valedor suyo desde que este se fugó. “Es el que controla la merca del Messi”, asegura una fuente conocedora del caso. El lugarteniente se hizo cargo de su zona de influencia, en ese repartimiento histórico de la costa por parte de los clanes de la droga. Entre los narcotraficantes locales existe la norma no escrita por la que las aguas que bañan La Línea eran de los poderosos hermanos Castaña, Isco y Antonio Tejón. Las que dan con Algeciras, de El Haj. El inicio del Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar, puesto en marcha a medidos de 2018, desbarató el tablero de juego. Los traficantes se lanzaron a la desesperada a buscar nuevas zonas de alijo por Andalucía o a explorar métodos menos usuales en la zona, como el empleo de barcos de pesca para ocultar el hachís.

El Messi del hachís lleva fugado desde marzo de 2019 y se sospecha que lleva tiempo fuera de Europa. Se marchó después de estar huido anteriormente, entregarse en noviembre de 2017 tras un polémico pacto con el fiscal de Algeciras y volver a desaparecer con una carta en la que se quejaba de “la enorme presión policial”. Sin embargo, los investigadores tienen claro que nunca ha terminado de irse del todo y creen que, en la distancia, aún tendría poder para manejar los hilos y comprar voluntades.

La estela de Abdellah El Haj se intuye constantemente en las operaciones antidroga. En enero de 2019, la policía y Vigilancia Aduanera detuvieron a 17 traficantes que operaban bajo las órdenes de Emilio el Moro. En abril de 2020, los controles policiales en Algeciras por el confinamiento permitieron dar con Hassan G., un peligroso sicario responsable de secuestros y tiros a quemarropa. En mayo del año pasado, la policía asestó un duro golpe al clan de El Pantoja y un mes después le acabó deteniendo en un restaurante de Chiclana de la Frontera. En todos estos casos, los investigadores dicen vislumbrar nexos laborales pasados o presentes con el poderoso narco que, hace ya tres años se esfumó, harto de que la policía le siguiese cuando iba a Madrid a disfrutar a todo tren de esos partidos de fútbol que le valieron el mote.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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