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Olivos centenarios y solidarios

El Papa, Obama o George Clooney, primeros apoyos del proyecto ‘El aceite de la vida’ que impulsa un ecoparque en la provincia de Jaén

El presidente de la Fundación, Antonio Mayoralas, el alcalde de Carboneros Domingo Bonillo y la directora de la Fundación Tatiana Chechenkov, posan ante el olivo apadrinado por la familia Obama.
El presidente de la Fundación, Antonio Mayoralas, el alcalde de Carboneros Domingo Bonillo y la directora de la Fundación Tatiana Chechenkov, posan ante el olivo apadrinado por la familia Obama.Jose Manuel Pedrosa
Ginés Donaire

La vida de Lorenzo Odone, un niño que desarrolla una extraña enfermedad y que acaba curándose gracias a la ingesta de aceite de oliva, es el hilo argumental de El aceite de la vida, la película que en 1992 protagonizaron Susan Sarandon y Nick Nolte encarnando a unos inmigrantes italianos que llegaron a Estados Unidos. La historia, basada en hechos reales, casi fue premonitoria de lo que las investigaciones científicas han desvelado en años posteriores: las propiedades saludables del oro líquido, elemento central de la Dieta Mediterránea.

La Fundación Lumière nació hace 28 años para la divulgación del séptimo arte y la educación en valores, pero sin desdeñar su vocación solidaria. Y así fue como, inspirándose en la cinta de George Miller, se alumbró El aceite de la vida, un programa de apadrinamiento de olivos centenarios que busca captar fondos para distintas ONG. El Papa Francisco, la familia Obama o la fundación George Clooney son algunos de los muchos personajes e instituciones que ya se han sumado al mismo.

“Lo que buscamos es la proyección universal del olivo, un árbol milenario y símbolo de la paz y la reconciliación”, explica Antonio Mayoralas, presidente de la Fundación Lumière. Las donaciones se destinan a los fines sociales, culturales o educativos de la ONG que elige cada padrino. Más de 60 famosos han recibido ya sus botellas personalizadas de Aceite de la vida virgen extra de Jaén junto al certificado de apadrinamiento donde figura la ubicación de su olivo.

Como no podía ser de otra manera, tanto los olivos apadrinados, muchos de ellos con 300 años de vida, como el aceite que reciben los padrinos, se encuentran en la provincia de Jaén, la principal productora mundial oleícola con su manto verde de casi 70 millones de olivos que impregnan su paisaje y su forma de vida. Allí, en las estribaciones del macizo de Despeñaperros, en plena autovía que conecta Andalucía con la Meseta, el pequeño municipio de Carboneros acoge la sede y se prepara para inaugurar la que será la piedra angular de este proyecto: el Ecoparque por la Solidaridad y la Concordia de los Pueblos.

Fue el ex seleccionador de fútbol Vicente del Bosque, hijo adoptivo de Carboneros, quien propuso convertir a esta localidad de apenas 600 habitantes en el epicentro de El aceite de la vida. El que será el primer ecoparque oleícola del mundo aprovechará la parcela de 10 hectáreas con 800 olivos de titularidad municipal para alumbrar un singular parque temático donde cada olivo llevará una tablilla grande en la que aparece la foto e información, en un código QR, de la persona que lo ha apadrinado. Ya se han preparado las placas del Papa Francisco y de la familia Obama y se ultima el espacio para albergar a los Premios Nobel de la Paz, los Premios Princesa de Asturias de la Concordia y un elenco de los deportistas y actores de Hollywood más afamados. El ecoparque tendrá, además, representación de la práctica totalidad de municipios españoles —gracias al apoyo de la FEMP―, de la mayor parte de instituciones públicas y de las principales empresas y corporaciones del país.

“Queremos lanzar un mensaje de paz, solidaridad y concordia entre los pueblos y, además, ayudamos a luchar contra la despoblación en el medio rural”, señala el alcalde de Carboneros, Domingo Bonillo, que confía en que el proyecto genere unos 200 empleos. La iniciativa también tiene un componente educativo al implicar a los colegios en la cultura del olivo; medioambiental, fomentando la biodiversidad; y también social, con una apuesta por la discapacidad. Y, como yacimiento de empleo, se impulsa un taller de elaboración de productos cosméticos y de artesanía de la madera del olivo. Además, el resto de agricultores del pueblo también reciben un donativo con la cesión que hacen de sus olivos.

De esta manera, si en la película El aceite de la vida fue el llamado aceite de Lorenzo el que acabó hizo el milagro, en esta ocasión es el aceite de oliva de Jaén el que actúa de acicate para un proyecto tan singular como ilusionante.

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