La Guardia Civil interviene el mayor alijo en España de ‘cocaína rosa’ al detener a un fugitivo holandés
El estupefaciente, catalogado como “la droga de la alta sociedad”, fue localizado en el piso de Valencia donde se ocultaba el huido junto al miembro de un grupo ultra turco
La operación de búsqueda y captura de un fugitivo reclamado por la justicia holandesa por homicidio ha permitido a la Guardia Civil apuntarse uno de sus mayores éxitos en la lucha contra el narcotráfico en España de los últimos años. Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) localizaron en el apartamento turístico del centro de Valencia donde el huido se ocultaba 11,6 kilos de una droga sintética muy escasa conocida como cocaína rosa, por su color y porque se esnifa. La cantidad convierte este alijo, con diferencia, en el mayor de esta sustancia intervenido hasta ahora en España. En 2019 se habían localizado 1,5 kilos en Huesca, y el pasado enero una cantidad similar en Barcelona. La cocaína rosa también es conocida como tucibí (transcripción fonética en inglés de la fórmula química 2CB) y como la droga de la alta sociedad por su precio, 100 euros el gramo, ya que solo se elabora bajo pedido. En la operación también se incautaron de 300 kilos de MDMA (éxtasis), tres de heroína y más de 350.000 euros en efectivo.
El arrestado es Erxinio Gregory Luntungan, al que las autoridades holandesas acusan del homicidio a tiros de otro hombre cometido en 2019 en un céntrico aparcamiento de Ámsterdam que provocó gran alarma social en este país por la juventud de su autor, que entonces tenía 19 años. Su detención se había convertido en una prioridad para las autoridades de este país, ya que, tras el crimen, Luntungan incluso había participado, desafiante, en el videoclip de un rapero holandés. Junto a él, los agentes detuvieron a una segunda persona, N. A., de 50 años y origen turco, vinculado presuntamente al grupo Grey Wolves (Lobos Grises), una facción radical de extrema derecha a la que perteneció Mehmet Ali Agca, el hombre que disparó sobre el Papa Juan Pablo II en 1981. Los dos detenidos han ingresado en prisión acusados de tráfico de droga.
La Guardia Civil puso en marcha la Operación Erxinio en mayo de 2020, en plena pandemia, después de que la policía holandesa pidiese la colaboración de la UCO para localizar al joven holandés huido, ante la sospecha de que tras el homicidio se había trasladado a Valencia y, en concreto, a la localidad de Paterna (Valencia). Las primeras gestiones de los agentes fueron infructuosas. Las pesquisas se extendieron posteriormente, también sin éxito, a Barcelona y el municipio de Rubí y, más adelante, a Portugal, donde se contó con la policía de este país. A todos esos lugares acudía una joven a la que los investigadores holandeses vinculaban sentimentalmente con el fugitivo. Sin embargo, el seguimiento de la mujer, que se extendió más tarde hasta Marbella, no dio resultados, ya que ambos habían roto su relación hacía tiempo, detallan fuentes cercanas a la investigación.
La pista sobre el posible paradero del huido se retomó el pasado febrero, cuando el Equipo de Huidos de la Justicia de la UCO recibió informaciones que situaban a Luntungan en la ciudad de Valencia. En concreto, en el centro de la capital. El hecho de que en aquel momento la ciudad se encontrase bajo fuertes medidas restrictivas por la tercera oleada de la pandemia, incluido el cierre de locales de ocio, hizo que los responsables de la investigación centrasen las pesquisas en los supermercados más céntricos. “En una ciudad sin bares y restaurante abiertos, en algún sitio tenía que comprar la comida”, explican fuentes cercanas a la investigación.
Para ello, los agentes revisaron las grabaciones de los equipos de videovigilancia de decenas de estos establecimientos hasta localizar imágenes del joven huido. A partir de ese momento, los agentes se apostaron a la espera de que regresara al mismo. Días después, los agentes detectaron la presencia de Luntungan junto a otro individuo cuya identidad era desconocida en ese momento. Se trataba de N. A., que tiene nacionalidad holandesa y supuestamente tiene vínculos directos con la organización Grey Wolves, ligada a diferentes grupos criminales europeos.
Las pesquisas sobre este último, que ya contaba con antecedentes en España, permitieron comprobar que mantenía “fuertes vínculos con la introducción de drogas sintéticas a gran escala”, según ha destacado este sábado la Guardia Civil en una nota. Fue, precisamente, el seguimiento a esta persona la que llevó a la UCO hasta el apartamento turístico del centro de Valencia en el que ambos se ocultaban. Fuentes de la investigación detallan que, para entonces, ya sospechaban que Luntungan y su acompañante estaban implicados en el tráfico de droga a gran escala, por lo que a las pesquisas se unieron agentes de la unidad especializados en la lucha contra el narcotráfico.
Tras la localización, la Guardia Civil informó a las autoridades holandesas para que la justicia del país emitiera una Orden Europea de Investigación (OEI) que permitiera a los agentes españoles el registro del domicilio de ambos para intentar localizar nuevos indicios sobre la implicación de Luntungan en el homicidio por el que era reclamado. Con la orden ya en la mano, agentes holandeses se desplazaron a España para participar en la detención del fugitivo y su acompañante, que finalmente se produjo en la madrugada del pasado 25 de febrero.
Ante la peligrosidad de los sospechosos, la entrada en la vivienda y los arrestos fueron llevados a cabo por agentes de la Unidad Especial de Intervención (UEI), los geo de la Guardia Civil. En la vivienda, los agentes no encontraron armas, pero sí unas cajas de cartón que tenían a la vista en el salón de la vivienda. Dentro estaba el mayor alijo de cocaína rosa intervenido hasta ahora en España.
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