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Marruecos comienza a tomar medidas en el punto caliente de salida de pateras hacia Canarias

El director marroquí de Migración viajó el martes a la ciudad saharaui y ordenó sustituir a varios funcionarios

Varios botes, en el barrio pesquero de Lassargas, en Dajla, el 21 de noviembre.
Varios botes, en el barrio pesquero de Lassargas, en Dajla, el 21 de noviembre.Francisco Peregil (EL PAÍS)
Francisco Peregil

La noticia apenas ha tenido eco entre los medios marroquíes. Pero este martes, el director general de Migración y Vigilancia de Fronteras, Jalid Zeruali, perteneciente al ministerio del Interior, viajó a Dajla, la ciudad saharaui desde donde parten la mayoría de los emigrantes irregulares hacia Canarias. Al día siguiente, el gobernador de la región saharaui ordenó la sustitución de varios funcionarios de Migración en Dajla, según relató entre otros el diario local Yabiladi.

Las autoridades marroquíes han endurecido también el acceso a zonas pesqueras del Sáhara Occidental. El pretexto oficial esgrimido en los medios locales es que se trata de frenar la difusión de la pandemia. Pero el efecto real es que en la actualidad llegan menos emigrantes irregulares a Dajla.

Un habitante de esta localidad, que solicita el anonimato, señala: “Han instalado un control fijo en el límite de la provincia saharaui de Boujdour [antigua ciudad española conocida como Bojador] que impide el paso a quienes resultan sospechosos de ser migrantes irregulares. Además, han despejado los campamentos de emigrantes que había en algunas playas. Hay gente que se ha ido de aquí y está esperando en el desierto a ver si se despeja de nuevo la situación. Y es posible que hayan cambiado algún caíd [autoridad local] de los que están en los poblados pesqueros. Como siempre, habrá pagado el escalón bajo de la pirámide”.

Dajla, con unos 150.000 habitantes, es una de las ciudades mejor vigiladas en Marruecos. Debido a que se encuentra en el Sáhara Occidental, la presencia de policías, gendarmes y militares uniformados es notable. Cualquier visitante ocasional puede preguntarse por qué han escogido las mafias de traficantes un lugar tan vigilado para fletar viajes en patera hacia Canarias.

El precio de estos viajes suele rondar los 2.000 euros. Y los emigrantes suelen ser tanto subsaharianos como marroquíes procedentes de ciudades muy afectadas por la sequía y la pandemia. Más de la mitad de los 20.000 inmigrantes llegados a Canarias este año son marroquíes. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska visitó, en Rabat el viernes 20 de noviembre a su homólogo marroquí, Abdelouafi Laftit, para reclamar mayor cooperación. De hecho, consiguió que Marruecos aceptase incrementar los cupos de deportaciones desde Canarias a El Aaiún. Pero los emigrantes irregulares siguieron saliendo desde Dajla. Varios habitantes de la ciudad indicaron que seguían viendo a decenas de emigrantes con sus mochilas a cuestas, a plena luz del día, caminando en paralelo a la carretera de unos 50 kilómetros que recorre la península de Dajla. Desde que el ministro visitó Rabat hasta el pasado domingo se registraron en Gran Canaria la llegada de más de 2.600 personas en pateras. La inmensa mayoría son marroquíes.

La visita del responsable de Migración se produce una semana después de que el 1 de diciembre viajasen a Rabat la comisaria europea de Interior, la sueca Ylva Johannson, y el Comisario de Vecindad y Ampliación, el húngaro Oliver Varhelyi. Ambos se reunieron con los responsables marroquíes de Interior y de Exteriores para tratar sobre el control migratorio y las políticas de ayudas de la Unión Europea a Marruecos.

Ylva Johansson recordó durante una conferencia de prensa que, desde 2018, la Unión Europea ha concedido a Marruecos ayudas por importe de 343 millones de euros para que controle la emigración irregular. Las autoridades marroquíes suelen recordar de forma habitual a las españolas y europeas que el esfuerzo policial que hacen para contenerla es muy grande en comparación con sus propios medios y con la ayuda económica que reciben desde Bruselas.




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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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