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La Reina visita el ‘Wuhan vallecano’

Doña Letizia acude a un centro de salud mental en uno de los barrios confinados de Madrid entre el agradecimiento de unos vecinos y las críticas de otros

La reina Letizia y el presidente de la Confederación Salud Mental España, Nel González Zapico, en la sede de su organización, en el barrio madrileño de Entrevías.
La reina Letizia y el presidente de la Confederación Salud Mental España, Nel González Zapico, en la sede de su organización, en el barrio madrileño de Entrevías.Casa de S.M. el Rey (Europa Press)

En el número 24 de la calle Hernández Más, en el barrio madrileño de Entrevías, hay este miércoles más policías que vecinos. La reina Letizia ha asistido por la mañana a una reunión de trabajo con la Confederación Salud Mental España, cuya sede se encuentra en el distrito de Puente de Vallecas, una de las zonas confinadas desde el pasado día 21 debido al elevado índice de contagios entre sus vecinos (1.135 por cada 100.000 habitantes, casi cuatro veces más que la media española). El presidente de la Confederación Salud Mental, Nel González Zapico, ha recibido a doña Letizia a las 11.00 en la entrada del local de la entidad, que integra a más de 300 asociaciones dedicadas a impulsar medidas que mejoren la calidad de vida de las personas que sufren trastorno mental.

A esa misma hora, mientras sirve cafés a los agentes que han venido a preservar la seguridad del acto, Antonio Castaño, dueño del bar El rincón del Toñín, toda una institución en el barrio, recuerda que ésta es la segunda vez que la reina les visita. Castaño cuenta que la última vez que Letizia pisó esta calle fue en 2016, cuando entró en su bar y le dio la mano. Aquel gesto le costó muchas críticas, pero agradece que doña Letizia visite ahora uno de los barrios “más señalados” ( “el Wuhan vallecano”, le llama él, rememorando la ciudad china donde se originó la pandemia), aunque por razones sanitarias esta vez no pueda estrecharle la mano.

La emoción de Antonio Castaño por la presencia de la Reina, compartida por algunos viandantes, contrasta con el enfado de otros vecinos. Ana, una joven madrileña de 24 años, cree que “no viene a cuento que venga ahora, cuando nunca aparece por aquí”. Como ella, los hay que piensan que la visita no aporta nada y que no es un buen momento para hacerla. “Sorprende que haya más interés en este tipo de eventos que en lo que de verdad importa”, se lamenta Jaime González, un vecino de 32 años. “Con lo que estamos sufriendo, este acto me resulta indiferente. Es una falta de respeto dar protagonismo a cosas que ahora mismo no deberían tenerlo”, añade.

La visita de doña Letizia se produce en puertas de que se celebre el 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Mental. El objetivo del encuentro es informarle de las principales preocupaciones y de las medidas adoptadas por la Confederación Salud Mental ante el impacto causado por la pandemia en las personas que padecen problemas psíquicos. Uno de los fenómenos más preocupantes que se han detectado desde que comenzó la crisis de la covid-19, en marzo pasado, ha sido el aumento de intentos de suicidio, especialmente durante la fase del confinamiento. La pandemia también ha ocasionado una disminución de los servicios de asistencia social a las personas afectadas. La Reina ya se interesó por la situación del colectivo a finales de marzo, dos semanas después de que se decretara el estado de alarma, a través de una videoconferencia, pero solo ahora, en medio de grandes medias de seguridad, ha podido acercarse a su sede.

Fuentes de comunicación de la Casa Real defienden la visita de doña Letizia y recuerdan que ya presidió el año pasado un acto de la misma organización, con el Ministerio de Sanidad, dedicado a la prevención del suicidio: “La Reina tiene relación con la confederación de salud mental desde hace años. Si su sede está aquí, la reunión debe hacerse aquí”. Además, recuerdan que desde Zarzuela se pidió a fotógrafos y prensa que se abstuvieran de venir, “para respetar a los vecinos que están confinados”.

Mientras la Reina sale de la sede de la confederación, entre flashes de las cámaras y piropos de los presentes, a pocas calles de distancia, en el centro de salud de Entrevías, una cola infinita de personas espera para hacerse las pruebas de PCR. “Ahí deberían estar las cámaras, no aquí”, señala Jaime. Pero sus palabras quedan ahogadas entre los gritos de personas que piropean a doña Letizia, como Marisa: “Con la mala fama que tenemos en Vallecas, que venga la Reina aquí es positivo”.

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