24 de los 26 concejales ourensanos piden la dimisión del histriónico alcalde Jácome, que se aferra al cargo
El regidor acusa a sus ediles díscolos de hacer un “tamayazo” y lanza sospechas de corrupción sobre el exteniente de alcalde
“¡Menos mal que no es vinculante!”, clamó con sorna el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, líder de Democracia Ourensana (DO), tras contar las manos alzadas de 24 de los 26 concejales que asistieron al pleno y que respaldaron una moción del BNG en la que se pedía su dimisión.
El histriónico regidor ourensano, que para poder ser alcalde pactó con su peor enemigo ―el presidente provincial del PP y de la Diputación, José Manuel Baltar― no suelta el bastón de mando. Para desesperación de todos los grupos, la moción de censura es inviable y hay pocos, y complejos, escenarios que permitan la gobernabilidad.
Desde esta semana, a la espera de sumar un nuevo edil afín ―uno de sus asesores personales que, por orden de lista, sustituirá al concejal de Cultura que acabó dimitiendo “por ética”― Jácome gobierna la tercera ciudad de Galicia, de más de 100.000 habitantes, con el apoyo de un solo edil. Un amigo de toda la vida.
En este primer pleno desde que estalló la crisis que hizo añicos el grupo de gobierno ―primero lo arrinconaron sus concejales para forzar su dimisión y tras ofrecer resistencia el PP rompió el pacto― Jácome no solo no ha renunciado sino que ni siquiera ha flaqueado.
Tras atacar directamente a los díscolos de DO, que también se aferran a las actas del partido, acusándolos de protagonizar un “tamayazo”, el regidor volvió a negarse a mostrar las cuentas de DO, prueba de fuego que le pide el PP para justificar la pérdida de confianza que le ha llevado a romper la coalición.
“¡Es lo que faltaba. A Baltar lo acusaron de prácticas sexuales a cambio de [ofrecer] empleo y el PP no le pidió que demostrara que no era cierto. Al revés, lo arroparon”, mostró el alcalde su estupor por que le pidan que demuestre su inocencia. “Demuestren ustedes que no han pagado a tránsfugas”. “Demuestren que Mariano Rajoy no cogió fondos en negro”, espetó a los populares.
Más tarde, en otra moción, igualmente no vinculante, defendida por Ciudadanos para pedir una comisión de investigación que permita conocer la financiación de DO, Jácome mostró la misma sorpresa. “¡Pero que les importará a ustedes cómo financio mi partido! Voy a pedir yo las cuentas del PSOE a Ferraz…”, zanjó. Y respecto a las dudas sobre a dónde van los fondos municipales que recibe su grupo, fue tajante: “No se desconoce a dónde van; van a DO”.
Jácome no se retracta de sus palabras. Hace unos días mencionó en rueda de prensa supuestos intentos de mordidas en el Ayuntamiento y del interés de algún concejal de que lo dejaran solo en la gestión para una concesión; algo que, dijo, le había hecho sospechar.
Requerido en el pleno para que identificase a ese concejal con nombre y apellido, no tuvo problema. “Fue Jorge Pumar [teniente de alcalde, concejal de Medioambiente y persona del estrecho círculo de Baltar]; me dijo: el pliego de limpieza me lo dejas a mí, ahí no te metas”. Pumar intentó explicar la situación señalando que tenía las competencias delegadas. “No voy a consentir insinuaciones”, protestó. No obstante, Jácome insistió.
“Usted claramente era sospechoso; no voy a decir que haya robado pero lo que pasó fue que nosotros preguntamos qué pasaba con ese pliego y cuando se enteró de que yo hacía preguntas, vino a la alcaldía y me dijo `en esto no te metas`”. La tensión de una sesión que se prolongó por más de cinco horas no evitó que Jácome sacara pecho por la gran audiencia alcanzada en la web municipal: “La expectación ha crecido en la ciudad”, se jactó.
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