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Los Franco ponen a la venta el palacio de Cornide en pleno juicio por la propiedad del pazo de Meirás

El caserón urbano del siglo XVIII fue adquirido en 1962 por el conde de Fenosa en una subasta en la que solo pujaban él y un cargo falangista. En el mismo acto anunció que la propiedad sería para Carmen Polo

Acto reivindicativo en 2018 para reclamar la devolución al patrimonio público del palacio de Cornide de A Coruña, al fondo.
Acto reivindicativo en 2018 para reclamar la devolución al patrimonio público del palacio de Cornide de A Coruña, al fondo.ÓSCAR CORRAL

Mientras se dirime en el juzgado de Primera Instancia 1 de A Coruña la cuestión de la propiedad del pazo de Meirás, los nietos de Franco, demandados por el Estado, responden poniendo a la venta la casa Cornide: un palacete coruñés del siglo XVIII enclavado en el corazón de la ciudad vieja que el dictador adquirió en una enrevesada operación de compra en 1962. Si en 2018 la familia puso en manos de la inmobiliaria MiKeli la posible venta de Meirás, ahora Cornide aparece anunciado en Philippot & Lloyd con fotografías de su suntuosa decoración interior de otros tiempos. Según el reclamo, cuenta con 11 habitaciones, 13 baños y una superficie de 1.430 metros cuadrados.

El anuncio explica que la mansión “de aspecto señorial o palaciego” fue reformada en 1964 (poco después de ser escriturada a nombre de Carmen Polo, esposa de Francisco Franco) y en 2018. Efectivamente, ese año el Ayuntamiento de A Coruña tuvo conocimiento, por la tramitación de la licencia de obra, que los herederos habían decidido rehabilitar las cubiertas. En aquel momento, también, se empezó a tratar en el consistorio la posibilidad de indagar vías legales para su recuperación y se planteó la necesidad de declarar BIC el inmueble para protegerlo, un proceso que no se ha completado. Durante años, las dos estatuas del taller del Maestro Mateo en manos de los Franco (que reclamó judicialmente sin éxito el Ayuntamiento de Santiago) decoraban el vestíbulo de este edificio situado frente a la colegiata de A Coruña. Ahora las esculturas de los profetas Isaac y Abraham se exhiben en la capilla de Meirás.

Si Meirás se puso a la venta directamente por ocho millones, en el caso de Cornide se habla de “precio a consultar”. Cuando admitió a trámite la demanda civil para recuperar el pazo de Sada, la juez ordenó incluir una advertencia en el registro de la propiedad para alertar a los posibles compradores que la propiedad estaba reclamada por el Estado. Aquí, de momento, no existen condicionantes de ningún tipo. El anuncio advierte de que la casa “requiere una reforma integral”, aunque “los materiales se encuentran en perfecto estado de conservación”. Se refiere, por ejemplo, a las “maderas nobles” de la “fantástica biblioteca” de la planta superior o a las “guarniciones de piedra de cantería de espectacular diseño y belleza” de las puertas correderas. En las primeras sesiones del juicio para la recuperación de Meirás varios testigos han explicado que tras el incendio que devoró el interior de una de las torres del pazo en 1978, la familia Franco ya no pernoctaba allí durante sus estancias en A Coruña, sino en Cornide.

Este palacete fue obtenido en 1962 tras una subasta con muchas sombras. En 2018, la Comisión Aberta en Defensa do Común, integrada por diversos colectivos ciudadanos, manifestó en un acto público con actores disfrazados de personajes del régimen que el edificio barroco fue un capricho más de Carmen Polo, obtenido gracias a una supuesta componenda entre los próceres de la ciudad y las instituciones del régimen. La mansión que perteneció al historiador, geógrafo, naturalista, escritor y político ilustrado José Cornide fue construida entre 1750 y 1760. Los herederos terminaron donándola al Ayuntamiento, y fue casa consistorial, centro cultural y cine hasta que fue traspasada al Ministerio de Educación en 1957 y durante poco tiempo sirvió de escuela.

El libro Meirás. Un pazo, un caudillo, un espolio, de los investigadores Carlos Babío y Manuel Pérez Lorenzo, que ayer declararon en el juicio sobre el pazo, recoge escritos históricos que destapan una supuesta trama orquestada por la Administración franquista. Según su tesis, trataban de no despertar sospechas esquivando una adjudicación directa del palacete con el que se había encaprichado Carmen Polo desde los años 50. El Ministerio de Educación devolvió por medio de una permuta la Casa Cornide al Ayuntamiento en 1962, y a continuación fue subastada en una puja a la que solo se presentaron dos interesados: un falangista, subjefe del Movimiento Nacional en A Coruña, José Luis Amor Fernández; y el empresario Pedro Barrié de la Maza, presidente del Banco Pastor y de Astano, entre otras empresas.

El banquero había sido financiero del ejército sublevado y figura central de la Junta pro Pazo que promovió regalar Meirás al Caudillo. Por los servicios prestados, Franco lo distinguió con el título de conde de Fenosa. En la subasta que Defensa do Común calificó de “farsa”, el 2 de agosto de 1962 Barrié consiguió Cornide por 305.000 pesetas. En ese mismo momento manifestó su voluntad de traspasar la propiedad a “la Excelentísima Señora doña Carmen Polo y Martínez Valdés”. Había en el pliego de la puja una cláusula que impedía que el inmueble cambiase de manos en 10 años, pero el Ayuntamiento la ignoró en el escrito de adjudicación “dado el deseo” de Pedro Barrié. También, porque era un “alto honor” que “la Señora” escogiese A Coruña “como sede para una de sus residencias particulares”.

Según Manuel Monge, miembro de la Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica da Coruña, la “trama” fue “diseñada” por Juan Sánchez–Cortés, subsecretario del Ministerio de Hacienda que luego llegó a presidente de SEAT y procurador en las Cortes. En una misiva, este defiende las ventajas de la subasta: “Así se lo hemos explicado a Su Excelencia por ser la mejor fórmula”, decía, para evitar “una adjudicación directa de bienes que fueron del Estado al propio Caudillo”.

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