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Casado y Arrimadas se proclaman en Gernika la única opción constitucionalista

El presidente del PP pide el voto a los socialistas y nacionalistas decepcionados con Pedro Sánchez y la deriva del PNV

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, junto al presidente del Partido Popular, Pablo Casado, este domingo en la Casa de Juntas de Gernika. En vídeo, declaraciones de Arrimadas y Casado.Vídeo: EFE / atlas
Pedro Gorospe

El PP y Ciudadanos han escenificado en Gernika, al más alto nivel, su compromiso con la Constitución y con el Estatuto vasco. La imagen de unidad de la derecha, que funcionó en Navarra, pero que, según las encuestas, se estrella en Euskadi, ha servido para proclamar su compromiso con el Concierto Económico –que Ciudadanos quería eliminar– y con el Cupo –que el expresidente de la formación, Albert Rivera, llamaba el “cuponazo” porque, según decía, atribuía una serie de privilegios a los vascos–. El candidato a lehendakari de la candidatura única formada por ambas formaciones, Carlos Iturgaiz, ha zanjado el debate: “Defendemos el Concierto y el Cupo como un instrumento solidario con el resto de España y de Europa”.

Rodeados de buena parte de sus respectivos equipos directivos, los líderes del PP y Ciudadanos, Pablo Casado e Inés Arrimadas, han mostrado este domingo en Euskadi la sintonía que no exhiben en el Congreso de los Diputados ni en algunas de las comunidades en las que gobiernan juntos, especialmente en Madrid. Lo han hecho en Gernika, la simbólica villa en la que durante siglos los que iban a ser nombrados señores de Bizkaia juraban respetar las libertades y los fueros de los vascos, y donde todavía toma posesión, y jura su cargo, el lehendakari elegido tras cada elección autonómica. “¿Y qué hacemos en Gernika?, se ha preguntado Casado. “Venimos aquí porque es necesario defender las libertades, porque ETA ya no mata gracias al constitucionalismo”, pero el líder del PP ha recordado que todavía se sigue señalando y agrediendo a quienes desde la diferencia defienden la libertad. “La Constitución convirtió las leyes viejas que los señores de Bizkaia juraban aquí, junto al árbol de Gernika, que significa unión de reinos, en una ley nueva”.

El presidente popular ha apelado a los votantes socialistas “avergonzados” de las negociaciones de Pedro Sánchez y sus pactos con los nacionalistas e independentistas, y a quienes siguen confiando en el PNV como un partido de centroderecha. “Están equivocados, y les digo que Euskadi puede cambiar con esta coalición”, porque es la única opción para construir “una sociedad libre”, ha dicho. “El PNV no representa el centroderecha porque sostiene al Gobierno más radical”, el de Pedro Sánchez, “con ministros comunistas”, ha afirmado Casado.

Frente a la encendida defensa de la foralidad, del Concierto y del Cupo realizada por el líder popular, la presidenta de Ciudadanos no ha hecho ninguna referencia a esos dos instrumentos que consolidan el Estatuto y la Constitución, pero ha señalado que defenderá a “ultranza” el marco jurídico que emana de la Constitución y del Estatuto de Gernika –la misma fórmula que Ciudadanos usó en Navarra–. Ambos líderes han sido recibidos con un aurresku, el tradicional saludo vasco, y han sido despedidos con la música de la canción típica, Gernikako Arbola. Casado y Arrimadas posaron, además, junto al retoño que se plantó en 2004 del árbol viejo que data de 1742 y que murió por un hongo después de sobrevivir al bombardeo de Gernika ordenado por Franco durante la Guerra Civil.

Una escenificación que no se cree del todo el presidente de los nacionalistas vascos, Andoni Ortuzar, quien el sábado pidió, medio en broma medio en serio, que colocaran un arco metálico en la entrada de la Casa de Juntas para controlar que en el acto de la coalición PP+Cs, liderado por Iturgaiz, nadie llevara una motosierra: “Son capaces de cargarse el árbol” que simboliza los fueros vascos, dijo el presidente del PNV. Arrimadas le ha respondido: “La motosierra contra el Estatuto fue el Plan Ibarretxe”.

PP y Cs se presentan juntos a las elecciones vascas, pero no a las gallegas, ya que Feijóo se negó a esa fórmula. Y aunque hoy ambas formaciones se han mostrado muy unidas, no atraviesan su mejor momento debido al giro al centro de Ciudadanos que ha dejado atrás el cordón sanitario que impuso Rivera. Un giro que ha permitido al partido que ahora lidera Arrimadas llegar a acuerdos con el Gobierno de Sánchez. Ciudadanos, que gobierna en coalición con el PP en Andalucía, Murcia, Madrid y Castilla y León, acordó con PSOE y Unidas Podemos su apoyo a las dos últimas prórrogas del estado de alarma, así como al decreto de nueva normalidad, que finalmente también apoyó el PP. También pactó con el Gobierno su apoyo a tres de los cuatro dictámenes de la comisión parlamentaria para la reconstrucción y no descarta sumarse a un pacto de Presupuestos con el Ejecutivo de Sánchez.

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El primer experimento político de reunificación de la derecha, que puede convertirse en el precedente de una similar en Cataluña, dio su primer paso en Navarra. Un acuerdo que fue rubricado por Albert Rivera el 12 de marzo del pasado año en un hotel de Berrioplano, Navarra. Sin embargo, seis meses después, en septiembre de ese mismo año, el entonces presidente de Ciudadanos dio un paso atrás al expulsar de su partido al entonces secretario de Organización de la formación en Euskadi, Javier Gómez, por explorar la coalición Vascos Suman, con el que era líder del PP vasco, el exministro de Sanidad Alfonso Alonso.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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