Moreno asegura que el Gobierno andaluz no corre peligro tras el apoyo de Arrimadas

El acuerdo entre el Gobierno central y Ciudadanos para prolongar 15 días más el estado de alarma ha incomodado a los dirigentes del partido de Inés Arrimadas en Andalucía, donde gobiernan en coalición con el Partido Popular. Sus dirigentes se han mostrado un tanto descolocados desde que trascendiera la noche del martes el voto favorable de Ciudadanos a la prórroga, pero ninguno de los dos socios cree que el pacto de gobierno que puso fin a casi 37 años de mandatos socialistas corra peligro. “No hay ninguna grieta”, ha dicho este miércoles el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno.

El vicepresidente de la Junta y líder regional de Ciudadanos, Juan Marín, no se ha mostrado muy entusiasmado con la decisión de su líder nacional. “Pedro Sánchez no se merece la prórroga, pero los andaluces la necesitan. El corazón nos pide votar no, pero la cabeza [defender] el interés de los españoles”, ha dicho antes de la sesión de control al Gobierno en el Parlamento andaluz. La posición del presidente de la Junta también era favorable a ampliar otros 15 días el estado de alarma, al contrario de lo que opina Pablo Casado, pero con unas reglas de juego más definidas y fluidas con las comunidades autónomas.

Durante toda la crisis provocada por la covid-19, las palabras más duras del Gobierno andaluz sobre la gestión del Ejecutivo de Pedro Sánchez han salido de la boca de Marín, mientras que las quejas de Moreno en cuanto a la falta de información o de medios son mucho más moderadas y medidas. Son los portavoces del PP, José Antonio Nieto, y de Cs, Sergio Romero, los encargados de elevar el tono.

La lectura que hace el Gobierno andaluz, y que comparten los partidos que lo integran, es que el apoyo de Arrimadas es puntual y que para nada compromete su estabilidad. Otra cosa es que a largo plazo esa alianza fructifique y genere otro escenario político en Andalucía, donde los votos de Ciudadanos y del PSOE no son suficientes para provocar un cambio brusco. Más quebraderos de cabeza le da a Moreno el grupo de Vox, incluso más que la oposición del PSOE de Susana Díaz y de Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez. Los 11 diputados de la ultraderecha garantizan que las votaciones importantes, como las que afectan a los presupuestos de la comunidad, vean la luz. Fuentes del PP reconocen que las relaciones con la extrema derecha son más tensas y complejas, lo que requiere un trabajo diario.

El portavoz de Vox Andalucía, Alejandro Hernández, ha reprochado en la sesión de control a Ciudadanos que “defienda una cosa en Madrid y otra, en Andalucía”, una decisión que, en su opinión, “pone en juego la estabilidad” del Gobierno autónomo. A Moreno le ha afeado “el silencio complaciente” con Pedro Sánchez. Hernández no presenta fisuras con la posición que mantiene Santiago Abascal en el Congreso de los Diputados, contraria tanto al estado de alarma como a la creación de una comisión para la reconstrucción. También en Andalucía han votado en contra de una comisión similar, que ha contado con el apoyo de los otros cuatro grupos parlamentarios (PSOE, PP, Ciudadanos y Adelante Andalucía).

“La estabilidad de mi Gobierno disfruta de buena salud. No tenemos ninguna grieta. A veces tenemos matices, opiniones diferentes, pero nos une la defensa de los intereses de Andalucía”, ha dicho Moreno, quien ha subrayado que está “obligado” a mantener fluidas con todas las instituciones.

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