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Nuevos audios revelan que Villarejo ofreció sus servicios a Ana Rosa Quintana, pero ella los rechazó

La presentadora declinó la oferta del comisario jubilado durante una comida en un restaurante, según un informe elaborado por la policía

José Manuel Villarejo, en los juzgados de Plaza de Castilla, en una imagen de archivo.
José Manuel Villarejo, en los juzgados de Plaza de Castilla, en una imagen de archivo.Álvaro García

La cita reúne el 6 de julio de 2017 a tres personajes muy conocidos en un restaurante de Madrid: al comisario jubilado José Manuel Villarejo, epicentro de la macrotrama de corrupción policial bautizada como Operación Tándem; a Ana Rosa Quintana, presentadora de televisión y esposa del empresario Juan Muñoz, imputado en esta misma causa por contratar supuestamente al antiguo agente de la Policía Nacional para espiar a un rival; y a Eduardo Inda, director de la web Ok diario. Según los investigadores, hace días que Villarejo ha cobrado uno de los servicios prestados al marido de la popular periodista y no quiere desaprovechar esta ocasión: “Tú ya sabes que si necesitas algún asesor externo...”, se ofrece a Quintana, que acaba de relatarle un desencuentro laboral con su productora, según consta en un nuevo informe policial incorporado al sumario y al que ha tenido acceso EL PAÍS. Ella rechazó la propuesta.

El documento de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, fechado el pasado 20 de febrero, recoge la transcripción de la conversación —desconocida hasta ahora— entre los tres comensales, grabada por el comisario jubilado. Cuando se produjo este encuentro, Villarejo era un personaje sobradamente conocido y se sospechaba de sus negocios —hace ya más de dos años que EL PAÍS había publicado que participaba en 12 sociedades con 16 millones de capital y ya ha sido imputado por el caso del Pequeño Nicolás y por el presunto apuñalamiento de la doctora Elisa Pinto—. Según el informe, tras entrar al local, los protagonistas se saludan y “hacen comentarios personales sin interés” para la investigación judicial. Y es a continuación, después de que Quintana cuente que “ha manifestado a la productora su intención de irse y los problemas que le están poniendo para ello”, cuando el principal imputado del caso se le ofrece. Contactada por este periódico, la presentadora ha declinado hacer comentarios.

— Villarejo: “Tú ya sabes que si necesitas algún asesor externo…”

— Inda (se ríe)

— Villarejo: “Para ese tipo de cosas…”

[...]

— Villarejo: “Oye, que si necesitas alguna cosa de los mamones esos…”

— Quintana: “No, si hay…”

— Villarejo: “No… te habrá dicho Juan [Muñoz] que somos eficaces, eh…”

— Quintana: “Ya…”

— Villarejo: “... en algunas cosas..”

— Quintana: “A ver que esto… esto lo tengo…”

— Villarejo: “Claro, lo que tú necesites tía”.

— Quintana: “Y este tengo… este tío es muy bueno…”

— Villarejo: “No, pero aparte del tema jurídico, a lo mejor en un momento determinado hay que ponerse un poco creativo para que la gente…”.

— Quintana: “No, no… yo creo que no”.

Estas palabras no han pasado inadvertidas para la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, que investiga el modus operandi de Villarejo, en prisión desde noviembre de 2017. Los agentes han decidido destacar esta cita en su informe y enviar la grabación al juez Manuel García-Castellón para que se incorpore a la pieza 6 del sumario, conocida como Pintor y que sigue la pista de la presunta contratación irregular del comisario jubilado por parte del empresario Juan Muñoz y su hermano Fernando. Según destacó ya el magistrado en uno de sus escritos, los Muñoz se encontraban enfrentados a una tercera persona, M. M. N., a la que “reclamaban una cantidad importante de dinero”. Entonces, contrataron al principal sospechoso de la trama para espiarle a él y a su abogado, un exjuez.

Pretendían así contar con armas que les permitiera lograr “un acuerdo ventajoso”. “[Querían] obtener datos de carácter personal y patrimonial con los que poder coaccionarles”, detalló García-Castellón, que describió cómo los imputados llegaron a acceder a los correos electrónicos de sus adversarios, a sus mensajes de Whatsapp y pusieron cámaras en un baño para obtener un vídeo donde se observa a uno de ellos consumiendo sustancias estupefacientes. “Toda esta capacidad operativa, tanto de medios personales como materiales de la mayor variedad y al más alto nivel tecnológico, venía siendo ofrecida por Villarejo”, apostilló el instructor de la Audiencia Nacional.

A ese encargo, de hecho, también se refiere el informe del 20 de febrero elaborado por la Unidad de Asuntos Internos. Los investigadores destacan un encuentro anterior celebrado el 26 de enero de 2017 en un restaurante, donde se juntan Juan Muñoz y Ana Rosa Quintana con Villarejo y su mujer, Gemma Alcalá, también imputada en la Operación Tándem. En esa cita, mientras ambas mujeres conversan entre ellas, el empresario le revela al comisario jubilado el nombre de su futura víctima. “Lo tenemos resuelto”, salta entonces Villarejo. “¿Sí?”, le contesta su interlocutor. “Totalmente, totalmente”, prosigue el agente jubilado de la Policía Nacional, que después le comentará a Muñoz: “El abogado este que era antes juez… A este le tengo trincado de los huevos porque este era cocainómano y tengo una filmación de él y tal. En fin, lo tengo todo”. “Pues eso está de puta madre”, le espeta entonces el empresario.

La relación de Villarejo con la pareja Muñoz-Quintana era cercana, según se desprende de la investigación. La presentadora, que no se encuentra imputada, le invitó a viajar a Sotogrande, según refleja la transcripción de la grabación ahora incorporada al sumario, donde también constan anotaciones manuscritas del comisario sobre, al menos, cuatro citas que tuvo con ellos en enero y febrero de 2017. Además, durante la comida de julio de 2017 donde también está Inda, Quintana conversa por teléfono con su marido y le pasa entonces el móvil a Villarejo, que le dice a Muñoz: “Me voy a Colombia el sábado, me voy unos días por si estabas por allí o por vernos… No… Pero si necesitas algo, que hable con alguien o que mande algún recado a alguien… O que te cobre algo y luego me lo quede, yo encantado…”.

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