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Euskadi, laboratorio de pactos

Los socialistas vascos analizan los sucesivos acuerdos entre diferentes sellados en esa comunidad y extraen lecciones para el Ejecutivo central de coalición

Luis R. Aizpeolea
El lehendakari Iñigo Urkullu, en una imagen de archivo.
El lehendakari Iñigo Urkullu, en una imagen de archivo.L. Rico

El País Vasco ha sido la comunidad pionera en España en establecer pactos entre diferentes. En 1987, el PNV y el PSE constituyeron el primer Gobierno de coalición entre un partido nacionalista y otro que no lo era. En 2009 llegó el primer ensayo de un Gobierno socialista, apoyado por el PP. En 2016, el PSE volvió al Ejecutivo de coalición con el PNV, tras una larga etapa de Gobiernos nacionalistas monocolores, respaldados ocasionalmente por Batasuna. Los dirigentes consultados coinciden en que los pactos fueron obligados por la matemática electoral en una comunidad muy fragmentada, pero defienden que, al final, han aportado el valor intangible del acuerdo entre diferentes la normalidad y la moderación derivada de la convivencia". Valoran el modelo PSOE-Podemos. Ahora, en las elecciones vascas del 5 de abril, aunque fuera de las expectativas de Gobierno, se producirá un nuevo ensayo: la coalición de derechas, PP-Ciudadanos. Y ayer mismo Elkarrekin Podemos planteó su propuesta de tripartito con EH Bildu y el PSE.

1987-1990. Primer Gobierno PNV-PSE. Fue una coalición obligada por la matemática electoral. El PNV perdió la mayoría por la escisión de Eusko Alkartasuna (EA). Intentamos un gobierno con EA y Euskadiko Ezkerra que fracasó al imponernos como condición el traspaso completo de la Seguridad Social. Negocié una coalición alternativa con el PNV que cuajó”, cuenta el socialista Ramón Jáuregui, vicelehendakari del aquel Gobierno. El PSE, que había ganado las elecciones por dos escaños al PNV, cedió la presidencia al peneuvista José Antonio Ardanza. Jáuregui defiende esa decisión: “Nadie aceptaba entonces en Euskadi un lehendakari no nacionalista y hubiera habido que repetir elecciones, inasumible en una comunidad castigada por ETA. Pero logramos comprometer al PNV en la lucha contra ETA con la firma del Pacto de Ajuria Enea. Hicimos política de Estado”. La coalición impulsó el autogobierno. “El PSE gestionó el 80% del presupuesto del Gobierno vasco, las competencias económicas y sociales. Impulsamos la reconversión industrial y con ayuda del Estado transformamos la industria y Bilbao”, señala Jáuregui.

La fórmula de Gobierno PNV-PSE se prolongó hasta 1998. Jáuregui reconoce que “internamente fue difícil”. “Tuvimos que tragarnos sapos como eludir una comisión de investigación al denunciarse privilegios del PNV en las primeras incorporaciones a la Ertzaintza. El PNV también llevaba mal que fuéramos titulares de Educación y Sanidad o que hiciéramos campañas en nombre del PSE. Cuando Podemos presentó por su cuenta, su parte del Gobierno PSOE-Podemos, recordé que hicimos lo mismo en 1987. La sintonía entre Ardanza y yo resolvió muchos problemas así como compartir firmemente el avance a la normalidad y luchar contra el terrorismo por encima de las vicisitudes diarias”. Cree Jáuregui que algunas de sus experiencias pueden valer para la coalición PSOE-Podemos. “Es importante que haya grandeza en el reparto de protagonismos, no humillar al más pequeño; no mezclar cargos de distintos partidos en cada área y que el diálogo entre las partes sea diario”. Reconoce que el Gobierno PNV-PSE no benefició electoralmente al PSE. “El PNV capitalizó la acción gubernamental con el lehendakari Ardanza. Pero en el PSE quisimos que un nacionalista acaparara el protagonismo del Pacto contra ETA para aislarla más. Fue bueno para Euskadi”, dice.

2009-2012. Primer Gobierno del PSE, apoyado por el PP. Tras las elecciones de 2009 no teníamos otra opción que pactar con el PP para no meter a Euskadi en el precipicio si permitíamos que Ibarretxe siguiera gobernando”, sostiene Patxi López, que se hizo entonces con la presidencia. Y añade: “Los pactos de Gobierno tienen que tener un sentido y este lo tuvo: abandonar la agenda identitaria. El acuerdo con el PP vasco fue fácil. Bastó folio y medio para acordar un Gobierno que resolviera problemas reales, utilizara el Estado de Derecho para combatir a ETA y sostuviera el Estado de bienestar. Al PP vasco, cuyo presidente era Antonio Basagoiti, siempre le he agradecido su generosidad”. López cree que “aquel Gobierno trajo la normalidad a Euskadi” “Tanto, que cuando Iñigo Urkullu nos relevó rehuyó la agenda identitaria y mantuvo la revolución de la normalidad”. Aquel gobierno impulsó la política económica y social con el desarrollo del TAV, la cronicidad del sistema sanitario, la promoción industrial en el exterior, que Ibarretxe abandonó por sus sueños identitarios. Rompimos con el PP, al final, al oponernos a los recortes que el Gobierno de Rajoy quiso implantar en Euskadi".

La clave de los pactos es para qué se hacen y no con quien, señala López: “Si quieres avanzar en el Estado de bienestar y hacer una reforma fiscal, como ahora, tienes que ir con Podemos y no con el PP. Es conveniente pactar, también, las discrepancias. Hay que perder la vergüenza. Pactar no es renunciar a tu ideología sino aparcar unos temas para lograr otros. Sin dialogo, no hay política. Esto vale, también, para Cataluña. Pretendimos anclar la política del Gobierno vasco en la realidad ciudadana. Creo que lo logramos”.

2016-2020. Regreso al pacto PNV-PSE. La secretaria general del PSE, Idoia Mendia, explica cómo se produjo el acuerdo: “En 2016 el PNV ganó y aceptamos formar un Gobierno de coalición, después de 18 años, que quedó a un escaño de la mayoría. Defiendo los acuerdos y con el PNV volvíamos a representar a las dos corrientes vascas mayoritarias y diferenciadas. Quiero ser útil en política y nos planteamos resolver los problemas ciudadanos y dejar al margen del Gobierno la reforma del Estatuto que nos dividía. Hicimos el pacto cuando mandaba la Gestora en el PSOE y hubo recelos. Aunque nadie nos daba un duro, hemos sabido leer bien los deseos de la gente y hemos salvado la legislatura, pese a que Bildu ha querido meternos cuñas. Hemos transmitido tranquilidad y es hoy un valor”.

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Mendia opina que “el Gobierno PSOE-Podemos lo está haciendo bien”. “Funcionan las comisiones internas, claves para evitar sobresaltos. Veo generosidad en Pedro Sánchez al dejar a Pablo Iglesias participar en la mesa de diálogo con los independentistas y veo lealtad en su respuesta. La generosidad y la confianza son las claves de un Gobierno de coalición. Lo importante es culminar la legislatura”. La socialista atribuye un papel histórico al PSE como moderador del PNV. “El PSE comprometió al PNV en la lucha contra el terrorismo. Luego nos dejó y pactó con Batasuna. Su fracaso marcó un antes y un después. Hoy, a veces, hace gestos soberanistas. Pero se impone su pragmatismo porque no quiere arriesgarse a perder la mayoría. El modelo funciona”.

El ensayo de la derecha en los comicios

El PP vasco y Ciudadanos van a utilizar las próximas elecciones autonómicas en el País Vasco, que se celebrarán el 5 de abril, como un primer experimento de un acuerdo de colaboración para concentrar el voto de las derechas, con un discurso muy duro contra nacionalistas y socialistas. Patxi López, que pactó con los populares vascos su Gobierno en 2009, cree que con esta decisión, que según él “ha dejado perplejos a muchos militantes vascos del PP”, Pablo Casado “renuncia a Euskadi, después de hacerlo con Cataluña, para conseguir votos en el resto de España”.

“La gente no quiere bronca. Quiere diálogo y tranquilidad. Recuperar a Carlos Iturgaiz, que ha estado siempre tutelado por Jaime Mayor Oreja, es regresar al pasado y al discurso más agresivo de tratarnos a sus rivales como si fuéramos ETA”, sostiene el exlehendakari socialista.


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