
El hedonismo y el consumo han vuelto con fuerza. El renovado impulso vital por salir y divertirse se impone a todo: la pandemia, la guerra, la inflación… Algunos psicólogos y sociólogos hablan de un resurgir de la búsqueda del placer “aquí y ahora”. Y se palpa en las calles. Los sibaritas han vuelto a coparlo todo. Parte del dinero que ganan se lo gastan en recorrer kilómetros a partir de la guía Michelin. Tienen dominio de lo que anda en boga por España, pero a veces saltan al extranjero —Francia, Italia y ahora países escandinavos, preferentemente— a probar nuevas referencias. Son expertos en productos y conocen perfectamente la tienda ideal donde conseguir lo mejor. La felicidad no tiene precio. Así que el regalo perfecto para un sibarita tiene que ser algo de probada exquisitez: una bolsa de viaje que respire lujo, una colección de perfumes para cada estado de ánimo, un bolso para sentirse como una reina, un neceser con accesorios de belleza de primera. La clave es disfrutar, disfrutar y disfruta.




















