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Este es un proyecto ejecutado con pausa, como un guiso hecho a fuego lento. Desde la compra de la casa al inicio de las obras pasaron casi dos años, en los que los arquitectos Carla Navas y Víctor Molina, del estudio WIT, visitaron con frecuencia Arres de Sus, en el valle de Aran, y fueron perfilando las soluciones que poco a poco se han ido cincelando en los muros de piedra existentes. No solo la orientación, también la forma trapezoidal de la planta y la voluntad de preservar en tres de sus caras la marcada tradición regional del edificio han empujado a una intervención cuyo fin fue no distorsionar la sensación de cabaña. Para huir de la oscuridad optaron por darle luminosidad y tonos claros a la planta baja, que está semienterrada. La vivienda está planteada como un lugar de reunión flexible con capacidad para alojar a ocho personas. Otros dos pueden acomodarse en la cabaña de madera junto al abrevadero, que sirve de zona para refrescarse en verano y bebedero para las reses que pastan por el campo en primavera y otoño. Un espacio para disfrutar de amaneceres y puestas de sol en solitario.
10 fotos

El refugio campestre de dos arquitectos en el valle de Arán

Una casa y una cabaña. Un jardín y vistas. Colores claros y madera. Y el sabor de la arquitectura y los materiales locales. Los arquitectos Carla Navas y Víctor Molina han creado en el valle de Aran un refugio donde desconectar de la vorágine cotidiana.

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