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Ladakh: paisajes escarpados, antiguos monasterios y nomadismo en la India más serena

Fuertemente influenciada por la cultura del Tíbet, esta montañosa región de la India nos descubre monasterios, nomadismo y paisajes que jamás olvidarás

El Buda Maitreya, en el monasterio de Diskit, Ladakh.
El Buda Maitreya, en el monasterio de Diskit, Ladakh.Veeravong Komalamena / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)
Sara Andrade Abad

Ladakh es un mundo aparte, aunque si has visitado ya el Tíbet y el Himalaya seguramente sus paisajes te resulten familiares. A menudo conocido como “el pequeño Tíbet”, Ladakh es un destino para hacer bellas expediciones, conocer sus monasterios, lagos, montañas, comunidades remotas y una cultura única propia de esta región de la India que podríamos decir que se encuentra escondida en el mapa. Desde que en 1974 abriera sus puertas al turismo, las oportunidades de conocerlo no han parado de crecer. El lago Pangong (la mitad en China) y la carretera transitable más alta del mundo, Khardongla (5.500 metros), son las principales atracciones turísticas, aunque hay mucho más, por supuesto.

Este verano tú también puedes conocerlo de una forma aún mejor gracias a EL PAÍS VIAJES, que organiza una expedición del 2 al 14 de julio junto con el guía Nacho Dean, naturalista, explorador profesional y divulgador de renombre internacional, conocido por ser la primera y única persona en la historia en dar la vuelta al mundo caminando y unir nadando los cinco continentes, todo ello en defensa del medio ambiente. Su legado como pionero y activista se plasma en sus dos libros publicados con la editorial Planeta: Libre y salvaje (2017), que relata su expedición a pie alrededor del mundo, y La llamada del océano (2020), donde narra la hazaña de su expedición Nemo, uniendo a nado los cinco continentes. Estos desafíos no solo han sido testigos de su valentía y perseverancia, sino también de su firme compromiso con la preservación del planeta.

Con Nacho, un grupo de viajeros (solo aceptan un máximo de 15) realizarán precisamente una expedición por Ladakh: desde explorar antiguos monasterios hasta interactuar con ladakhis nómadas, es decir, una combinación perfecta de cultura, inmersión, paisajes escarpados y serena belleza natural. “Es ideal para viajeros que buscan conectarse con las ricas tradiciones de Ladakh mientras disfrutan de experiencias poco convencionales, como alojarse en cómodas casas de familia o albergues ecológicos con carácter local, mezclando confort con auténticas experiencias culturales. En el siglo XXI, muchas comunidades remotas permanecen aisladas y sin servicios básicos. En esta expedición tenemos el propósito de contribuir al progreso de estos hermosos y escondidos lugares: una experiencia que transformará tu vida”, explican desde la organización del viaje.

Si estás pensando en unirte al viaje, te damos aún más razones para enamorarte de este bello destino en la India. Estas son algunas de las paradas más icónicas que podrás hacer en Ladakh.

El palacio de Leh, Ladakh.
El palacio de Leh, Ladakh.incamerastock / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

La ciudad de Leh

Ladakh se encuentra al norte de la India, limita con Pakistán y China, por las montañas Kunlun y al sur por la cadena de los Himalayas. Como decíamos, se ha visto muy influenciada por la cultura tibetana, de ahí que se la conozca como “pequeño Tíbet”. La ciudad de Leh fue la antigua capital del reino de Ladakh, y ahora lo es del territorio de Ladakh. Destaca por su latitud a más de 3.600 metros, rodeada por el Himalaya y la cordillera del Karakórum.

Si alguna vez lo has visto en foto, el palacio de Leh te recordará al mítico palacio de Potala en Lhasa, la capital del Tíbet. Estarás en lo cierto, ya que es una copia en tamaño reducido. El río Indo, su mercado, la mezquita, las aldeas y monasterios que la rodean convierten a Leh en una visita obligada en la región.

El monasterio de Alchi.
El monasterio de Alchi.szefei wong / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Monasterio de Alchi

A una hora de la capital de Ladakh se encuentra uno de los monasterios más conocidos y visitados, situado a orillas del río Indo. Este en particular destaca por ser el más antiguo, con más de 1.000 años de antigüedad. Es una excelente oportunidad para explorar su rica herencia budista y las obras de arte que contiene. Los detalles artísticos y espirituales de los reyes budistas e hindúes aún están presentes en los murales del monasterio, algunos de ellos son los más antiguos conservados en Ladakh. También contiene grandes estatuas de Buda y tallas de madera de gran valor.

Ya que estás aquí, debes probar la comida tradicional en Alchi, su café ha ganado un premio nacional.

El valle de Nubra, en Ladakh.
El valle de Nubra, en Ladakh.Worawan Simaroj / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Valle de Nubra

El valle de Nubra, a unos 150 kilómetros de Leh, se caracteriza por haber sido un paso comercial importante en la Ruta de la Seda. El río Shyo, un afluente del Indo, baña este precioso valle que está protegido y donde se hallan las famosas dunas de Sumur, bosques y tranquilos pueblos como Panamik, conocido por sus fuentes termales, y Turtuk, que, aunque más alejado, es uno de los más turísticos y bellos de Ladakh.

En el valle resalta la ciudad de Diskit, que se ha convertido en un centro de peregrinación, mucho más porque tiene el monasterio con la impresionante estatua del Buda Maitreya, que llega a los 33 metros de altura.

Aunque hay otros accesos para llegar hasta aquí, uno de los principales y más icónicos es Khardung La, que está abierto durante todo el año y se considera la carretera transitable más alta del mundo, a más de 5.000 metros de altitud.

El lago de Pangong Tso.
El lago de Pangong Tso.Photosindia.com / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Lago Pangong Tso

Sin duda, el lago más conocido de Ladakh es este, el lago Pangong Tso. ¿Qué lo hace tan especial? Además de que está ubicado a 4.250 metros de altura, es el lago de agua salada más alto del mundo y dos terceras partes de su extensión se encuentra en territorio chino. Para llegar desde Leh hay que ir en coche y puedes tardar unas cinco horas, hay que visitarlo en grupo (los ciudadanos indios pueden de forma individual, pero los extranjeros no) y pedir permiso para hacerlo. En invierno, aunque sea de agua salada, se congela igual.

De camino se recomienda parar en la aldea Shyok, que fue de histórica importancia durante los meses invernales en la ruta de caravanas hacia China.

El lago de Yarab Tso, en Ladakh.
El lago de Yarab Tso, en Ladakh.Zoonar GmbH / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Lago Yarab Tso

Otro de los grandes lagos de Ladakh es Yarab Tso, que está en el valle de Nubra. Aunque no es tan impresionante como el Pangong Tso, está rodeado de un aura mística que lo hace indispensable. Está situado a casi 15 kilómetros de Diskit, cerca del pueblo de Simur. Hay que caminar unos 20 minutos para llegar hasta el lago, el pintoresco paisaje que allí te espera merecerá la pena. Para las comunidades que habitan el valle es un lugar sagrado.

El paso de alta montaña Chang La.
El paso de alta montaña Chang La.Erhard Wolloner / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

El paso de Chang La

Este famoso paso de alta montaña está a casi 5.400 metros de altitud en la cordillera de Ladakh, entre Leh y el valle del río Shyok. El pueblo de Zinglar permite llegar hasta aquí no sin un viaje de vértigo y adrenalina. No se recomienda permanecer más de 25 minutos para no sufrir el llamado mal de altura. Es decir, lo tiene todo para considerarse un lugar único, sobre todo por el paisaje que ofrece.

El monasterio de Chemrey, en Ladakh.
El monasterio de Chemrey, en Ladakh. Pascal Mannaerts / Alamy Stock Photo (Alamy Stock Photo)

Monasterio de Chemrey

Nos despedimos de Ladakh en Chemrey, un lugar muy visitado gracias al monasterio budista del siglo XVII que recibe el mismo nombre que el pueblo donde se encuentra. Las colinas, los senderos y los campos de cebada le aportan una belleza insular a este monasterio encaramado en las montañas. Se puede acceder al monasterio caminando o en coche, aunque la primera opción es mucho más recomendable para conocer su peculiar atmósfera.

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