Trece increíbles playas de Asia para apuntar en la lista de deseos viajeros
De la más famosa Maya Bay, en las islas Phi Phi, a los arenales de El Nido perfectos para bucear, pasando por la filipina Pacifico Beach, territorio de surfistas
Entre las miles y miles de playas del continente asiático se hace imposible hacer una selección de las más bellas. Salvajes, de arenas finas y aguas transparentes, bordeadas por la jungla tropical, hábitats con fauna insólita… Cualquiera de ellas podría ser la imagen del paraíso, aunque algunas no son de fácil acceso para el común de los mortales (afortunadamente). En Tailandia, la India, Sri Lanka, Malasia.. aquí va una selección de algunas de las playas a las que merece la pena ir.
Maya Bay (Phi Phi Leh, Tailandia)
Esta maravillosa playa, de arena blanca y aguas turquesas, situada al oeste de la isla Phi Phi Leh, es el ejemplo perfecto de cómo un destino maravilloso a veces se desborda por su fama. Maya Bay (Ao Maya) se hizo famosa por la película La playa (2000), protagonizada por Leonardo DiCaprio, lo que provocó que una multitudinaria avalancha de turistas causaran importantes deterioros medioambientales. Las autoridades tailandesas se vieron, pronto, obligadas a cerrarla para impedir que se dañara aún más el entorno. En 2022 se reabrió al turismo, pero con muchos requisitos de entrada para preservar lo que es uno de los lugares más bellos del mundo.
La isla Phi Phi Leh es la menor de las islas Phi Phi, en el suroeste tailandés, entre la provincia de Krabi y la isla de Phuket. Es un idílico paraje de colinas kársticas cubiertas por una frondosa vegetación. Dentro de la propia bahía, protegida por acantilados de 100 metros de altura, hay varias playas. Algunas de ellas solo aparecen cuando la marea está baja. Sus cristalinas aguas esconden arrecifes de coral llenos de vida marina que son muy visitados por los buceadores con tubo.
Eso sí, hay que tener en cuenta que en Phi Phi Leh no hay alojamiento. La gente la visita con populares excursiones diurnas y cruceros al atardecer que llegan desde otros puntos del archipiélago, y que suelen incluir varias paradas para bucear con tubo alrededor de la isla y rodeos para ver la Cueva Vikinga y la Ao Maya. La cueva es un importante punto de recolección de los valiosos nidos de golondrina, ingrediente esencial de la conocida sopa china, que los ágiles recolectores consiguen trepando por unos frágiles andamios de bambú hasta el techo de la cueva.
Más información en la guía Sureste asiático para mochileros y en lonelyplanet.es.
Arenales de las islas Trang (Tailandia)
Estas míticas islas del mar de Andamán son, en realidad, grandes rocas de piedra caliza precipitadas al mar desde los acantilados de la costa, muchas de ellas cubiertas por una densa selva verde y rodeadas por playas impolutas de arena blanca.
Ko Ngay la isla más urbanizada de todo el archipiélago, rodeada de corales entre aguas color turquesa. Sin población indígena, los resorts se asientan en zonas exclusivas. Otra opción para buscar arenales perfectos es Koh Muk, una isla a la que se llega en una travesía inolvidable, para desembarcar en el banco de arena del este, en la playa de Lodung o en la suroccidental Hat farang, donde las aguas de jade bañan una playa increíble. El problema, una vez más, es la proximidad de otras islas más populares, que llevan un tráfico turístico continuo a este pequeño paraíso virgen. Aún así, las puestas de sol son espectaculares.
Pero hay más islas: Koh Kradan se despliega salpicada de finas y sedosas playas de arena blanca, bajíos cálidos y las espléndidas vistas de otras islas del archipiélago sobre un mar cristalino. Y si se quiere algo más virgen y auténtico, está Koh Sukorn, una isla poco visitada que es todo un paraíso de playas tostadas, mar verde claro, cabos con rocas negras cubiertas de selva y barrios de palafitos donde habitan unos 2.600 musulmanes que viven del arroz, las sandías y el caucho. Las estrechas carreteras asfaltadas discurren entre campos con búfalos de agua y aldeas de colores pastel.
Radhanagar (islas Andamán, la India)
No demasiado lejos de las islas Trang, en uno de los rincones más maravillosos y apartados de la India, en Swaraj Dweep, se extiende una de las playas más espectaculares de Asia: Radhanagar. Se trata de una brillante extensión de arena clara y suave como la harina que desaparece entre la bruma de un bosque de intenso color verde, un lugar donde no es difícil encontrar especies antiguas y endémicas que no se encuentran en otro lugar de la Tierra. Por las noches, la gente se reúne en la playa para ver el anochecer mientras que el sol rebota en las olas del agua antes de hundirse en el mar de Andamán.
Radhanagar es ya una playa casi mítica que está poniendo en el mapa las remotas y salvajes islas Andamán de la India. Aquí se viene solo a disfrutar de la tranquilidad y de la belleza, pero también para experimentar algunas de las mejores inmersiones de buceo o esnórquel de la India (y de toda Asia). Con algo de suerte, se puede ver algún elefante en la costa mojándose las patas.
Kelingking y Diamond Beach (Bali, Indonesia)
Aunque ya empieza a aparecer en las rutas de muchos visitantes, Nusa Penida sigue siendo un sitio a conocer. Es una isla que responde a la pregunta de cómo sería Bali si nunca hubieran llegado los turistas. La oferta de actividades y sitios de interés es mínima: aquí se viene a explorar, a relajarse y a adaptarse al lento ritmo de vida de la isla.
El entorno está dibujado por algunas de las playas más famosas y espectaculares del mundo: Kelingking Beach y Diamond Beach, a las que se llega en barcos rápidos que salen desde Sanur. Diamond Beach, con su arena blanca, está frente al acantilado de Atuh Beach y se baja hasta ella por una escalera construida hace pocos años (2018), aunque es mejor contemplarla desde el mirador superior. Debido a las fuertes olas y corrientes, no se recomienda nadar en sus aguas.
Gokarna (India)
En el suroeste de la India, en el Estado de Karnataka, los palacios conviven con los parques nacionales, los centros de yoga y maravillosos arenales. Gokarna suele ser candidata habitual al título de la playa india preferida por los viajeros. Atrae a un tipo de turista discreto y relajado, que huye de la popularidad de otros destinos cercanos, y casi todo el alojamiento es en cabañas de bambú con techo de paja. De hecho, existen dos Gokarnas. Para la mayoría de los visitantes indios, Gokarna es un lugar de peregrinación sagrado repleto de antiguos templos que son el centro de festivales religiosos, como el Maha Shivaratri y el Ganesh Chaturthi. Los extranjeros acuden en masa a la otra Gokarna: una sucesión de fantásticas playas de arena al sur de la ciudad. Como la de Kudle, y sobre todo, la de Om, en las que se suceden calas fabulosas, intercaladas con fajas de arena más pequeñas, perfectas para tomar el sol. Al sur de la playa de Om se abren dos pequeñas caletas de arena: la bahía de la Media Luna y la playa del Paraíso, ambas sin acceso por carretera, pero con un bonito camino para llegar a pie.
Surfing Ashram supone una propuesta idílica para combinar el surf con la meditación. Los visitantes siguen un ritual diario de oración, cánticos, meditación y comida vegetariana entre ola y ola.
Palolem y Agonda (India)
Palolem es una de las muchas playas del diminuto Estado de Goa, un lugar único en la India. Con su variopinta mezcla de culturas portuguesa e india, endulzada con sol y playas, marisco y espiritualidad. La parte central de Goa es su corazón histórico y cultural (incluye la capital, Panaji, las iglesias de Goa Vieja y los agrestes Ghats occidentales). El norte es un potente imán para viajeros por sus playas, su vida nocturna, sus conocidas fiestas trance, los mercados hippies y los retiros de yoga. Y es el sur donde encontramos la parte más tranquila del Estado, con arenales mejor situados, blancos y limpios, como Benaulim, con su aire de pueblo, hasta los paraísos de cabañas playeras de Palolem, Patnem y Agonda. Esta última tiene visitantes todo el año; pero aún así, es un destino más sencillo y discreto que su vecina Palolem y una buena elección si se busca relax playero: la playa es ancha, tranquila y bonita, aunque, a veces, las olas embravecidas hacen peligroso nadar. Muchos de los que llegan aquí lo hacen para aprender a surfear.
Koh Rong Samloem (Camboya)
Esta isla de aspecto idílico está frente a la costa de Sihanoukville, al sur de Camboya, y con su forma de herradura y sus 10 kilómetros de largo es para muchos el sueño de un paraíso tropical hecho realidad. Pero no es una, sino todo un frente de más de 40 kilómetros de playas de arena blanca y aguas turquesas, de esas que lo único que prometen son placeres simples como tomarse una cerveza fría o unos mariscos recién pescados mirando el mar.
El destino más popular de Koh Rong Samloem es la bahía de Saracen, una franja de arena blanca en forma de medialuna en la costa este de la isla con unos cuantos resorts rodeados de una jungla exuberante. Si esto no parece lo bastante remoto, en las playas del lado occidental (a las que se puede llegar andando o en un bote) hay varios resorts y zonas de acampada donde los problemas parecen estar a un millón de kilómetros de distancia. En la playa de Lazy está la mejor franja de arena de Koh Rong Samloem, a la que se puede fácilmente a pie.
Isla de Tioman (Malasia)
Tioman es uno de esos pequeños paraísos que los grandes viajeros comienzan a descubrir. Esta pequeña isla (solo 39 kilóemtros de largo por 12 de ancho), frente a las costas orientales de la península de Malaca, ha sido escogida como una de las más bellas del mundo por la revista Time y otras publicaciones internacionales: un lugar casi deshabitado perfecto para el buceo. El entorno se decora sobre las aguas traslúcidas del mar de la China Meridional, y quienes llegan hasta aquí se encuentran cascadas, caminatas por la selva y pueblos tranquilos con arenales idílicos, Y por supuesto, un maravilloso mar de distintos tonos verdes y azules que invita a remar, bucear y navegar. Como en toda la zona, se disfruta de un clima tropical de lo más agradable. Aquí el tiempo parece detenido y su biodiversidad sorprende a los amantes de la naturaleza. Tioman está cubierta de selva y en las excursiones a pie se verá más fauna que en la mayoría de los parques nacionales de Malasia.
Tekek es el pueblo más grande y el centro administrativo de Tioman (están el aeropuerto, las tiendas, etcétera), y desde aquí se puede descubrir la isla y todas sus playas. Hay pequeños resorts de cabañas y puntos de buceo, que son en general fantásticos, sobre todo en la parte oeste. En la costa, toda una sucesión de playas, desde el kampung (aldea) más mochilero, Salang, hasta el lujoso Air Batang, al norte de Terek, que pasa por playas tranquilas y aisladas como Kampung Nipah, en la costa sur, o Kampung Mukuk, uno de sus pueblos más bonitos. Los que busquen las mejores olas tienen que ir a las playas orientales, a Kampung Juara.
Tangalla (Sri Lanka)
Todo el sur de Sri Lanka es una sucesión de playas blancas espectaculares sobre un fondo montañoso color esmeralda. Se trata de un verdadero tesoro por descubrir, donde tras cada curva de la carretera costera aparece otra cala más idílica aún. Los surfistas llegan cada año en busca de la ola perfecta y otros muchos con la esperanza de ver ballenas azules en la costa y tortugas que reptan por una playa a la luz de la Luna.
Tangalla es la puerta de entrada a las playas y a los espacios abiertos de esta costa sur de la isla. Una de las playas más impresionantes es la de Marakolliya, una extensión aparentemente infinita de arena suave arropada por palmeras, flores tropicales y lagunas con manglares, aunque hay que bañarse con cuidado: bajo su espectacular oleaje suelen producirse corrientes de resaca muy traicioneras. Otra preciosidad s Rekawa, menos urbanizada y con algún extra interesante: aquí desovan nada menos que cinco especies de tortugas.
Entre arenales en El Nido (Filipinas)
El Nido es el lugar perfecto para explorar el magnífico e inabarcable archipiélago de Bacuit, en las islas Palawan, pero también están aquí algunas de las mejores playas de Filipinas, tanto en la propia isla como en los islotes mar adentro: algunas son una auténtica maravilla y, a pesar del auge del turismo, están casi desiertas. Pero El Nido es famoso sobre todo en la comunidad internacional de buceadores, que llegan para practicar buceo de poca profundidad y ver los arrecifes de coral (además, es un destino popular para conseguir el certificado PADI). Entre sus mejores playas, está la de Nacpan, tres kilómetros de arena dorada sin urbanizar; la de Duli, de una belleza espectacular y bordeada de selva (es la preferida por los surfistas) o la de Maremegmeg , también conocida como la playa de Las Cabañas, por un resort que hay en la zona, con chiringuitos y muy buen ambiente al atardecer.
Pero las que son realmente inigualables son las islas del archipiélago de Bacuit: un paisaje fascinante de islas de caliza y aguas cristalinas que deja anonadado mires donde mires. Le hace la competencia la sur de Tailandia o a la bahía de Halong en Vietnam, con sus islas bordeadas por playas de arena nacarada, lagunas y calas. Puestos a escoger, la de Miniloc tal vez sea la más interesante, con tres lagunas que están entre los lugares más fotografiados de Filipinas, o la isla de Cadlao, como una pequeña Tahití.
Pacifico Beach (Siargao, Filipinas)
Un pequeño grupo de surfistas australianos, americanos, europeos y filipinos llegaron a la isla de Siargao, adyacente a la isla de Mindanao, atraídos por sus buenas olas durante todo el año y por la belleza y tranquilidad que ya no encontraban en otra isla filipinas. Y ahí siguen: disfrutándola al máximo. Aunque en las últimas décadas se ha desarrollado con la llegada de más turistas, los resorts siguen siendo tranquilos y relajados.
Muchos viajeros van de isla en isla en busca de playas o de albuferas remotas para bucear con tubo, el surf es cada vez más popular, con rompientes famosos en el circuito internacional, como el Cloud Nine, que se reconoce por la pasarela elevada y el pabellón de madera de tres pisos desde donde ver el espectáculo. Y para quienes el sur de Siargao es demasiado urbano, siempre pueden poner rumbo a Pacifico Beach, un tranquilo resort al sur del pueblo de Pacifico que ofrece surf de primera y una hermosa playa de arena blanca. Las fotos de cualquier rincón de Siargao, y en particular las de Pacífico Beach, son de las que no parecen reales: arenas blancas y palmeras al borde de un mar transparente.
Bahía de Bai Tu Long (Vietnam)
Hace mucho que la famosa bahía de Halong sufre el problema del exceso de turistas que la recorren en cruceros o van directamente a la isla de Cat Ba, la más grande de la bahía, escarpada y cubierta de jungla. Pero muy cerca, más al noroeste, se encuentra una alternativa: la bahía de Bai Tu Long, unos 100 kilómetros de costa que llegan hasta la frontera de China. Es igual de hermosa que su vecina, o incluso más, pero desde luego una alternativa relajada al ajetreo turístico.
Coto, la isla habitada más alejada del continente, es un destino cada vez más popular para los turistas nacionales, y no es de extrañar. Es aquí donde se encuentran algunas de las mejores playas de Bai Tu Long, además de la mayor oferta de alojamientos y restaurantes. Pero todavía hay muy pocos extranjeros. La mayoría de los visitantes vietnamitas llegan directamente a la playa de Hong Van, la más famosa, y no es difícil comprender por qué ante la imagen de sus casi tres kilómetros de fina arena blanca y sus aguas azules.
Sunayama Beach (isla Miyako)
Lejos de las luces, los rascacielos y el tráfico de las ciudades japonesas, quedan archipiélagos semitropicales rodeados de corales en los que se impone la vida sosegada y la tradición nipona. Es el caso de las remotas islas Ryūkyū (Nansei, oficialmente), al suroeste. Pero los amantes de la naturaleza y la tranquilidad aprecian la diversidad y la belleza de las islas más pequeñas, como las Miyako, en la prefectura de Okinawa, donde están algunas de las mejores playas del país, con arena blanca y buenos puntos para bucera o hacer kiteboard. La isla principal, del mismo nombre, está rodeada por excelentes arenales y largas lenguas de tierra que se adentran en el mar. Se puede pasar el tiempo plácidamente yendo de una playa a otra, buceando, haciendo surf de remo o incluso flyboard. Y puestos a elegir alguna playa concreta podemos poner rumo a la de Sunayama, una pequeña playa de postal, típicamente tropical, al pie de una gran duna y con un soportal de roca como tarjeta de presentación.
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