Castell de Santueri Rouge 2017, sin más deseo que agradar

Felanitx, una de las zonas vitivinícolas históricas de Mallorca, en el turístico sureste de la isla, ha estado a punto de malograrse cuando la cooperativa, fundada en 1919, cerró sus puertas y dejó abandonados a su suerte a los esforzados viticultores. Una muestra de la dejadez, por decirlo suavemente, de las autoridades responsables. Felizmente, Miquel Àngel Cerdá y Pere Obrador, de la prestigiosa bodega Ànima Negra, han acudido al rescate con un proyecto innovador, Terra de Felanis, que incluye, junto a los vinos mallorquines, los elaborados en las DO de Montsant, Calatayud y Penedès.

Y lo han hecho con rigor vitivinícola y un sano sentido comercial, buscando ofrecer al consumidor vinos jóvenes, con ligera crianza en roble, frescos y afrutados, dotados de la personalidad que aportan las variedades autóctonas. El embrujo del terruño mediterráneo asequible económicamente.

Una buena muestra es Castell de Santueri Rouge 2017, un tinto que basa su atractivo en las cepas callet y mantonegro, acompañadas por la cabernet sauvignon, y el aporte de los seis meses de crianza en roble. Destaca la impresión bucal, fresca y suave, de amplio regusto frutal, ligeramente especiado. Por vía retronasal aparecen limpios aromas a compota, notas florales, y el aire balsámico de hierbas de monte bajo. No tiene más pretensión que agradar, ¡y vaya si lo consigue!