_
_
_
_

En el salvaje Cuyabeno

La aventura del actor y director Armando del Río por el parque amazónico de Ecuador

El actor y director Armando del Río.
El actor y director Armando del Río.

El actor Armando del Río está de doble estreno, con la serie El nudo (Atresmedia Player) y en la película holandesa Penoza, ambas ya en pantalla. Aquí recuerda su viaje a Ecuador, en el que combinó la ciudad con el mar y la selva.

¿Comenzaron por Quito?

Sí, era nuestro campamento base. La capital ecuatoriana está a 3.000 metros de altura y me dio un poco de soroche (mal de altura); al principio me costaba respirar, pero me aclimaté.

Más información
Quito, de palacio en palacio
La línea del Ecuador atraviesa estas 13 maravillas
Más cerca del sol en Ecuador

¿Cuál fue el siguiente destino?

Guayaquil, en la costa. Por la carretera que sale de Quito y llega hasta allí vimos el volcán Chimborazo, con 6.268 metros, la montaña más alta del país.

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Imagino que fueron al mar.

Claro, y navegamos hasta una de las islas que hay junto a Guayaquil. Hay varias, por ejemplo, Santay y Matorrillos. Allí desovan las tortugas, así que para observar, de noche, cómo depositan los huevos no hace falta ir a las Galápagos. También vimos ballenas; estuvimos allí en el mes de octubre y algunas estaban apareándose.

Y, por fin, la selva…

El parque amazónico Cuyabeno fue lo más emocionante. Para llegar dejamos el coche y tomamos una canoa. Después caminamos hasta las cabañas de madera donde nos alojábamos, en lo alto de los árboles para evitar mordiscos de serpientes y hormigas.

¿Le picaron?

Me mordió una de las hormigas que viven en un árbol cuya corteza tiene sabor a limón. El árbol es de corteza fina y nos dijeron que no nos apoyásemos, pero yo tuve la mala suerte de tocar uno. Allí estos insectos se comen, precisamente, por su sabor.

¿Comió alguna hormiga?

No, pero sí probamos la piraña a la brasa. No nos gustó: es toda espinas. Había una laguna cerca y al caer la noche se echaba carnaza para que vinieran.

¿Se topó con más animales?

Con varios caimanes. Íbamos con canoas y linternas y, a lo lejos, en la orilla, veías dos puntos rojos que desaparecían dentro del agua: era el reflejo de las linternas en los ojos del caimán.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_