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Úbeda y Baeza, 15 años de patrimonio mundial Ruta por las maravillas de las dos localidades jiennenses, joyas del Renacimiento andaluz, que celebran este año década y media de su reconocimiento por la Unesco El conjunto monumental renacentista de Úbeda y Baeza (Jaén), que celebra en 2018 sus primeros 15 años como patrimonio mundial de la Unesco, tiene una primera parada obligatoria en la plaza Vázquez de Molina (en la foto), en el barrio del Alcázar de Úbeda. Trapezoidal y de belleza sobria, concentra tres de las grandes obras del arquitecto Andrés de Vandelvira, maestro del Renacimiento andaluz: la Capilla del Salvador (al fondo); el palacio del Deán Ortega (izquierda) y el palacio de Vázquez de Molina. Sede actual del Ayuntamiento de Úbeda, el palacio Vázquez de Molina es una de las más brillantes muestras de la arquitectura civil del siglo XVI en España, obra de Andrés de Vandelvira edificada entre los años 1540 y 1560. La fachada del palacio, de tres cuerpos horizontales, balcones con frontones, ojos de buey y cornisa volada, abre a una gran lonja cuya entrada la marcan dos leones en piedra. Maurizio BORGESE (Getty) También conocido como palacio de las Cadenas, su promotor fue Juan Vázquez de Molina, sobrino de Francisco de los Cobos, que consiguió introducirlo en la corte hasta llegar a ser uno de los hombres de confianza del emperador Carlos V y secretario de cámara de su hijo Felipe II. Karl Blackwell (Getty) La Sacra Capilla de El Salvador del Mundo (al fondo) fue un encargo de Francisco de los Cobos (cuyos restos descansan en la cripta), valido del emperador Carlos V y mecenas de Úbeda. Aunque el diseño fue concebido por Vandelvira, la planta es del arquitecto Diego de Siloé. El templo fue prácticamente destruido a principios de la Guerra Civil, incluido el retablo del altar mayor, de Alonso de Berruguete, del que solo queda el conjunto escultórico de la Transfiguración de Cristo. La sacristía, obra de Vandelvira, mezcla lo religioso (santos) con lo pagano (cariátides y atlantes) y está adornada con desnudos, poco habitual en edificios religiosos. felipe caparros cruz (alamy) Promovido por Fernando Ortega, confesor de Francisco de los Cobos y de su esposa, este palacio, atribuido también a Vandelvira, y en el que destacan sus balcones, su patio interior y la escalera en piedra, se ha convertido actualmente en Parador de Turismo. D. Carreno (alamy) Aunque fue concebido como un hospital por Andrés de Vandelvira, la última obra del genio renacentista también incluía una residencia obispal, que incluía un escalera palaciega, dos torres y una original capilla (en la foto, detalle del altar). Actualmente, su patio acoge un centro cultural (sede de eventos como el Festival Internacional de Música y Danza), su escalera sorprende con su primoroso techo con frescos de estilo italiano y en su torre derecha se encuentra el Planetario. RENE MATTES (Getty) No todo es Renacimiento en Úbeda. Dice el escritor Antonio Muñoz Molina, natural de la ciudad jiennense, que si tueviera que llevar a un amigo a un solo lugar de la misma sería el de la foto, el mirador de San Lorenzo, desde el que se obtiene una vista espectacular hacia la Sierra Mágina: un mar de campos de olivos y los famosos cerros de Úbeda. D. Carreño (alamy) Enterrada durante varios siglos y reabierta en 2010 tras su descubrimiento casual y posterior rehabilitación, la Sinagoga del Agua, en la Casa Mudéjar, forma parte del legado sefardí de la ciudad. Entre sus restos destaca el 'mikveh', pila ritual judía, con agua que brota del subsuelo, hasta la que pueden bajar los visitantes. sinagogadelagua.com Levemente inclinada para subrayar el poder de la catedral de esta ciudad –construida sobre la desaparecida mezquita aljama–, la plaza está presidida por la fuente de Santa María, mandada construir por el Concejo en 1564 para conmemorar la traída de las aguas. Tras la conquista cristiana en la primera mitad del siglo XIII, el oratorio de la catedral fue consagrado como iglesia. Hauke Dressler (Getty) En el siglo XIV la original catedral gótica de Baeza (en la foto, el interior) sufrió severos daños. Andrés de Vandelvira, que por entonces trabajaba en la construcción de la catedral de Jaén, recibió el encargo de su reconstrucción. Solo mantuvo algunos elementos del pie de nave, como el rosetón gótico, y rodeado de maestros canteros y escultores, dotó al nuevo templo de los novedosos vientos renacentistas, aunque no llegó a verlo concluido; Francisco del Castillo, Alonso de Barba y el jesuita Juan Bautista de Villalpando, autor de la fachada principal, se hicieron cargo de las obras. La primera misa se ofició en 1593. Diego Lezama (Getty) Entre las callejuelas entremuros de Baeza se aparece la Antigua Universidad. Este edificio, uno de los pocos de estilo manierista que hay en la ciudad, abrió sus puertas en 1595 y se clausuraría en 1824. En la actualidad es un instituto con una particularidad: se conserva, tal y como era, el aula donde el poeta Antonio Machado impartió clase de gramática francesa entre 1912 y 1919. Carlos Sanchez Pereyra (Getty Images) Junto a la Antigua Universidad de Baeza se encuentra el Palacio de Jabalquinto, uno de los ejemplos más soberbios de la arquitectura gótico isabelina de Jaén. Su fachada, que mira hacia la plaza de Santa Cruz, está decorada con puntas de diamante, lazos, mocárabes y escudos y está rematada por cinco arcos de medio punto de época renacentista. Fue mandado construir a finales del siglo XV por Juan Alfonso de Benavides, primo del rey Fernando el Católico, y hoy es la sede de la Universidad Internacional de Andalucía. Carmen sedano (Alamy) Baeza está plagado de ejemplos de la arquitectura del Renacimiento en España, y uno de ellos se encuentra en la plaza del Pópulo. La Fuente de los Leones, de grandes dimensiones y coronada por la estatua de Himilce, custodia la bella plaza. Aquí estaban las Antiguas Carnicerías —hoy los Juzgados— y las Escribanías Públicas, actualmente ocupadas por la oficina de turismo. GETTY IMAGES Promovido por la familia Valencia de Benavides a mediados del siglo XVI, Andrés de Valdenvira fue el encargado de trazar la arquitectura del convento de San Francisco. Un terremoto a principios del XIX obligó a desmontar buena parte de la capilla mayor, y acabaron de destruirla desastrosos temporales posteriores y saqueos. Rehabilitado en 1988, hoy el monasterio ha perdido su función religiosa, y es la sede de un auditorio donde a lo largo del año se organizan actividades y conciertos. Desde el paseo de las murallas de Baeza se obtiene una buena panorámica de la inmensidad del mar de olivos jiennense. Un escenario que evidencia por qué el aceite de oliva virgen extra es el protagonista indiscutible de la gastronomía local, atrayendo a numerosos visitantes. El oleoturismo en Jaén cuenta cada vez con más adeptos que acuden a la región para sumergirse en la cultura del olivar gracias a tiendas especializadas, museos, restaurantes y almazaras que dan a conocer el proceso de elaboración del que ya es todo un símbolo gastronómico. David Keith jones (alamy)