Los mejores sitios para tomar el ‘brunch’ en Barcelona

El brunch es una bendición para las perezosas mañanas de domingo, cuando el estómago solo admite caprichos y delicias, zumos y ensaladas y, por supuesto, huevos, ya que, como manda la tradición, no hay brunch que se precie sin unos deliciosos huevos Benedict (tostadas con beicon, huevos escalfados y salsa holandesa), pancakes (tortitas) o french toast (versión francesa de una torrija). El invento de ese desayuno tardío o almuerzo temprano —la palabra brunch es precisamente el acrónimo de breakfast y lunch— es un legado neoyorquino que ha llegado para quedarse. Tal es el éxito que muchos locales han ampliado su oferta a todos los días de la semana. Pero uno no puede tomar el brunch en cualquier sitio; casi es norma que el local sea claro, alegre y diáfano; que la comida sea bio o eco; su elaboración, responsable, y el ambiente, súper.

En Barcelona llevan tiempo con esto del brunch. El Milk (Cignàs, 21) suma 12 años sirviendo con éxito sus especialidades importadas, como los pancakes con beicon ahumado y jarabe de arce, en el barrio Gótico. Y en Sant Antoni reina la propuesta del Federal Cafè (Parlament, 39), mientras que en el Born son el Picnic y el Elsa y Fred —hay que probar sus panecillos tipo bagel con salmón— los que se llevan la palma. Los brunchs flexiterianos (casi vegetarianos, pero menos) son obra del Flax & Kale (Tallers, 74). Cabe mencionar también el Ugot (Viladomat, 138), con sus pasteles caseros y su decoración retro, y el Petitbo (Passeig de Sant Joan, 82), en la izquierda y la derecha del Eixample respectivamente. El número de locales no ha cesado de crecer por todos los barrios de la ciudad en los últimos años y la oferta culinaria ha ido diversificándose hasta alcanzar el virtuosismo. Y de aquellos míticos huevos Benedict y las hamburguesas gourmet se ha pasado a las croquetas de quinua, a la salsa holandesa hecha con guacamole y a las bebidas detox. También los restaurantes de los hoteles punteros se han subido al carro y cada vez son más populares los brunchs del Majestic, apadrinados por el chef Nandu Jubany, y del Barceló Raval. Entre los más veteranos y los más nuevos hay tres locales que destacan por su cuidada carta, agradable ambiente y la amabilidad de sus propietarios. Ahí van.

Auto Rosellón

Ronit Stern y Rafa Campos encontraron en un viejo garaje de venta de recambios de coche el local perfecto para instalar su propuesta gastronómica basada en la sencillez y los productos de kilómetro cero, que animan con recetas y condimentos traídos de sus viajes por todo el mundo. Aunque ambos proceden del mundo del textil, su pasión por la cocina y la aventura les llevó a abrir este maravilloso espacio, cálido y complaciente, que miman con esmero. Ronit al frente de la cocina salvó su falta de experiencia con pasión y las ideas muy claras, y Rafa entre bastidores se encarga de la organización. El éxito de Auto Rosellón les ha impulsado a poner en marcha nuevas experiencias, como el restaurante Toto y la panadería Crustó, en los que también impera su filosofía: calidad, proximidad, originalidad y un buen ambiente. (Roselló, 182. 938 53 93 20; autorosellon.com)

Meatpacking Bistro

Más de siete años lleva Eduard Puiggròs al frente de este local y ha sido uno de los grandes responsables de la popularización del brunch en Barcelona. Enamorado de Nueva York y de su forma de vida, quiso importar el ambiente de la gran metrópoli estadounidense a las calles de su ciudad adaptándolo a la mediterraneidad. Quizás aquí radica el secreto, servir platos como los clásicos huevos Benedict o Florentine (pochados con espinacas) y el Philly Cheese Steak (un sándwich con tiras de ternera a la plancha y queso cheddar) acompañados por toda suerte de zumos y ensaladas, y todo ello elaborado con productos de proximidad y al momento. El local tiene un aire nostálgico que la mano del decorador Lázaro Rosa-Violán acuñó inspirado en los locales y bistrós americanos. Además del brunch, en el Meatpacking (cuyo nombre hace referencia al barrio de moda al sureste de Manhattan, donde antiguamente se situaban los mataderos) sirven desayunos, comidas y cenas, y anexo al local se halla la coctelería, también de inspiración neoyorquina. (Travessera de Gràcia, 51-53. 932 00 89 08. meatpackingbistro.com).

Foodies Barcelona

De periodista a empresaria gastronómica, la historia de Daniela Santos es como la de muchos otros, una adaptación a la realidad que nos ha tocado vivir y que aguza el ingenio y despierta pasiones. Así, desde hace unos meses, las puertas del Foodies, que hasta el momento habían sido exclusivamente virtuales, se han abierto de par en par en pleno Poblenou, el barrio de moda en estos momentos de Barcelona. Un público plurinacional y joven llena las mesas de madera clara del local de Daniela, que ella atiende personalmente, sugiriendo sus menús de brunch inspirados en los clásicos, pero con toques personales como los huevos Benedict en los que la salsa holandesa ha sido sustituida por crema de aguacate. Una imagen industrial, más que apropiada en el Poblenou; colores frescos y suaves; una carta original, sabrosa y asequible, y gente cargada de buenas intenciones. “Simplemente nos encanta cocinar, comer bien y descubrir sabores de aquí y el resto del mundo”, es la frase de presentación del Foodies. (Pujades, 225. 937 60 68 43. foodiesbarcelona.es)