Tres claves para lograr tu fotón del verano
Consejos de un experto fotógrafo para gozar con tu cámara estas vacaciones
Lleva más de 35 años viajando y fotografiando el mundo. Ha estado recientemente en Formentera y Japón. Pero ha hecho una pausa para darnos los tres consejos básicos para que las fotos que hagamos de nuestras vacaciones salgan perfectas.
Momento Instagram
Lo primero, no te presiones. ¿Para qué tirar fotos y fotos de lugares mil veces retratados? Evita la reacción automática de hacer fotos por contagio al llegar a un lugar famosísimo –ya sea una playa o un monumento de obligada visita–, salvo que sea una situación súper especial, un verdadero momento Instagram.
Si eres feliz compartiendo en redes sociales una foto del Coliseo de Roma a pleno sol o de la cerveza que te tomas luego bien fresquita, ¡adelante!, pero el mundo no necesita más imágenes repetitivas. Así que trabaja para ti. ¡Sé feliz! Innova. Saca tu pareja, a tu familia o a tu perro cabeza abajo con ese paisaje o lugar histórico de fondo. Disfruta de tu cámara, que te haga descubrir, moverte, experimentar. ¡No es un artilugio más!
En la playa
Lo primero, cuidado con la arena. Una buena idea para evitarla son las cámaras protegidas por carcasa submarinas. Además, podrás bañarte con ella y descubrir un mundo excitante bajo la línea del horizonte, buscando imágenes sorprendentes y disfrutando aún más de tus chapuzones. Fuera del agua, el agua y la arena hacen de reflectores naturales, así que la luz, aunque dura, se reparte por todos los lugares. Puedes hacer fotos en cualquier momento, de escenas dinámicas, pero siempre con respeto y discreción (siempre hay quien puede enfadarse confundiéndote con un voyeur).
La hora más bonita es el amanecer, que además coincidirá con las playas vacías para los amantes de los paisajes sin gente. De igual manera, la luz del atardecer es fantástica, aunque puede ocurrir lo contrario sobre la arena: el espectáculo de una multitud de gente aplaudiendo la puesta de sol o tocando tambores si la playa es popular. En cualquier caso, me parecen fantásticas ambas situaciones.
El ‘selfie’ perfecto
Por último, un aviso para súper fanáticos de la cámara: lograr la foto buena es una actividad en sí misma, que exige tiempo, entrega, sacrificio y buscar las oportunidades, siempre recompensadas.
Para quien no tenga tanta afición, tampoco hay por qué volverse loco. Siempre nos quedará el recurso de intentar mejorar la foto del verano que, año tras año, se repite, arrasando, infalible, en Facebook: tumbado en la hamaca, retratar tus propios pies con una copa en la mesita y, al fondo, la playa, acompañándola de una frase aclaratoria, tipo: "¡Aquí, sufriendo!". Una marea de likes desbordará tu time line mientras contemplas el brillo del mar.
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