_
_
_
_
escapadas

La segunda (o tercera) manzana más famosa del mundo

Después de la de Eva, y en liza con la de Apple. Visita a Woolsthorpe Manor, la granja inglesa en la que nació Isaac Newton

Woolsthorpe Manor, con el escudo de la familia Newton sobre la puerta (dos tibias cruzadas), al sur de Grantham, en Reino Unido.
Woolsthorpe Manor, con el escudo de la familia Newton sobre la puerta (dos tibias cruzadas), al sur de Grantham, en Reino Unido.jim sugar

Grantham, la ciudad natal de Margaret Thatcher, no defrauda a los que se dejan caer allí con otra perspectiva. Isaac Newton (1642-1727) estudió en la King’s School, escuela con una biblioteca que aún lleva su nombre. En la plaza principal, un bronce de Newton aguanta siglos de llovizna sin inmutarse, pues entre otras cosas responde a la inercia, o a la primera ley del movimiento que él inventó: si un objeto no es tirado ni empujado, o sea, si está en reposo absoluto, permanecerá estacionario.

Newton es el faro que ilumina los días grises de esta villa tranquila del Lincolnshire, de unos 42.000 habitantes. El halo del sabio inglés es ineludible, otra cosa son las carambolas de Grantham. Margaret Thatcher nació en el 2-6 de North Parade, en una casa que hace chaflán y donde su padre regentaba una tienda de comestibles. Ahora han puesto ahí Living Health, un negocio de productos de belleza.

En Grantham nos preparamos para ir a la granja natal de Newton tomando antes una cerveza en The Beehive Inn, que sería un pub como los demás si no tuviese una colmena con abejas vivas como enseña del local. La granja está a ocho millas al sur de la ciudad, en Woolsthorpe-by-Colsterworth, una aldea en plena campiña con la iglesia anglicana de San Juan donde fue bautizado Newton. En las afueras se ubican los prados y casas pertenecientes a Woolsthorpe Manor, una elegante hacienda que parece no haber cambiado desde el día de Navidad de 1642, cuando ahí nació Isaac Newton. Un hecho que puede que no cambiara el mundo, pero ayudó mucho a comprenderlo.

Ahí vivió Newton sus primeros años, y volvió en 1666 huyendo de Cambridge, donde se había desatado la peste. En la casona de sus padres siguió trabajando en la refracción de la luz, en su método de fluxiones y series infinitas (cálculo infinitesimal), y en otros avances de Principia mathematica, su obra clave. Y solía mirar la huerta desde la ventana de su cuarto. Esa huerta plantada con manzanos, de la variedad Flower of Kent, es la que uno visita primero. En la hierba se arrugan despacio las manzanas rosadas que caen de un enorme manzano, declarado uno de los cincuenta árboles históricos de Gran Bretaña. Dada su probada antigüedad, se sueña con que pudo ser de ese manzano de donde cayera la manzana más famosa después de la de Eva, y en liza con el símbolo de la manzana mordida de la empresa tecnológica Apple.

javier belloso

De manera contemplativa

Boletín

Las mejores recomendaciones para viajar, cada semana en tu bandeja de entrada
RECÍBELAS

Pero nunca hubo una mención directa de Newton a su golpe de manzana. Eso viene de lo que refirió un amigo y paisano suyo, el anticuario William Stukeley, tras una conversación con él en 1726. “La noción de la gravedad… fue ocasionada por la caída de una manzana, cuando [Newton] estaba sentado de una manera contemplativa…”. Stukeley tampoco se mojó sugiriendo un rincón o árbol específico de la pomarada. Lo importante de la historia es que Newton alertó al mundo de que la manzana siempre cae para abajo, es decir, atraída por una fuerza que proviene del centro de la Tierra. ¿Por qué las manzanas no caen hacia arriba, o hacia los lados?

En la puerta de la casa principal de Newton está el escudo familiar, dos tibias cruzadas. Uno se queda perplejo al verlo. El padre de Newton tenía ovejas, buenas y lanudas siendo del Lincolnshire, pero estos prados no podían estar más lejos de una evocación pirata. La casa, que muestra la riqueza de sus antiguos dueños, hoy es del National Trust (patrimonio nacional). En la cocina han puesto liebres disecadas, perdices, patos y manjares. Y sobre lamesa del comedor luce una naranja (de plástico). ¿Cómo es posible que no lo hayan decorado conmanzanas? La señora que hace de guía voluntaria no tiene dudas: “Es que Newton era un hombre muy rico. Fue incluso director de la Ceca Real. Y en aquella época podía comprar perfectamente naranjas de España o de otro lugar”.

Guía

Información

» Wollsthorpe Manor está situada en Water Lane, en Woolsthorpe-by-Colsterworth, a unos 10 kilómetros al sur de Grantham. Horario: de 11.00 a 17.00 (cierra los martes y algunos festivos; consultar en la página web). Entrada: 7,10 libras (unos 8,32 euros).

En la planta superior está el cuarto donde Newton recreaba los colores del arcoíris a partir de un rayo de luz. A falta de papel, o por pura urgencia, Newton escribía en las paredes blancas de su casa. Son las partituras más fantásticas de la filosofía natural, como él llamaba a la ciencia, y fórmulas matemáticas pioneras. Enseñan corrales y pajares, y el Centro de Ciencia, un espacio recreativo junto a la cafetería que naturalmente sirve pastel de manzana. Los niños se suben a una simulación de la Torre de Pisa y tiran bolas hacia abajo. Y, sin embargo, la gravedad es la fuerza que todavía mueve el mundo. Si acaso anduviésemos por la estratosfera, o por un agujero negro, o de gusano, o de Alicia, estaríamos libres de la sombra de Newton. Y de su verdadera manzana inspiradora, que fue la Luna.

Luis Pancorbo es autor del libro Al sur delmar Rojo. Viajes y azares por Yibuti, Somalilandia y Eritrea (Almuzara).

{ "active": true, "code": "190791", "elementType": "offerExtension", "id": 13, "name": "GRANTHAM", "service": "tripadvisor" }

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_