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fuera de ruta

Los mejores sitios para bucear en Cuba

De María la Gorda a los Jardines de la Reina, los mejores sitios para sumergirse en la isla caribeña

Andrea Nogueira Calvar
Un coral cerebro ('Mussiidae') en las aguas de María la Gorda, en Cuba.
Un coral cerebro ('Mussiidae') en las aguas de María la Gorda, en Cuba.Wolfgang Poelzer

De La Habana a los cayos más exóticos, la isla de Cuba proporciona 5.700 kilómetros de costa y un lugar para bucear en casi cada uno de ellos. Además hay que sumarle cerca de 4.200 islotes. El clima tropical y una temperatura media del agua de 26 grados la convierten en más que propicia para sumergirse en cualquier época del año con licras o trajes de tan solo tres milímetros de grosor.

Las características subacuáticas aumentan sus atractivos: el borde de la plataforma marina está rodeado de arrecifes coralinos en los que se pueden encontrar innumerables peces tropicales y crustáceos, esponjas y estrellas de mar, además de diferentes tipos de tortugas y mamíferos como el manatí o la vaca marina, en peligro de extinción.

Cuba cuenta con siete marinas internacionales y 39 centros internacionales de buceo. El precio varía según la actividad, pero se puede hacer submarinismo a partir de unos 35 euros. Y recordar que uno no se puede sumergir nada más bajar de un avión ni si se va a hacer un vuelo largo en menos de 24 horas. Estas normas evitan problemas deshidratación o de descompresión.

De La Habana a cayo Coco

El principal punto de entrada de turistas en la isla es el aeropuerto de La Habana. Cerca existen tres zonas en las que sumergirse: la Marina Hemingway, Blue Reef y las playas del Este. En todos ellos hay clubes de buceo donde alquilar el material necesario e instructores que guían a los aficionados hasta alguno de los 20 puntos donde realizar inmersiones de entre 5 y 35 metros de profundidad.

Hacia el este, las playas de Varadero también son propicias para el buceo, pero siguiendo la ruta por la costa se encuentran los cayos Santa María, Guillermo y Coco. Este último cuenta con el aeropuerto internacional, por lo que se puede llegar en avión, pero también en coche, ya que está unido a la isla principal por un vial conocido como Pedraplén.

Estos cayos son el Caribe en estado puro. A profundidades de entre 10 y 30 metros, peces endémicos de tamaño medio como los sibalos, las palometas o las pacuales nadan junto a otros de mayor envergadura, como las barracudas. La visibilidad es excelente, hasta 20 metros. Uno de los lugares más recomendados es La Jaula. Su atractivo reside en la presencia de gorgonias, corales cuyos cuerpos simulan árboles esqueléticos, y esponjas de mar de colores. 

Buceador junto un barco hundido en Santa Lucía, en la costa de Cuba.
Buceador junto un barco hundido en Santa Lucía, en la costa de Cuba.Franco Banfi

Santa Lucía

La presencia de tiburones de arrecife es habitual en toda la costa cubana, aunque según la zona cambia la especie. En la playa de Santa Lucía, en la región de Camagüey, abunda la variedad toro, que aunque no ataca al hombre sí puede ser peligrosa ya que cazan donde hay personas. Llegan a medir más de tres metros de largo. Esta zona es muy conocida entre los buzos ya que tiene el segundo arrecife de coral más largo del mundo: mide 36 kilómetros. Esta gran extensión cuenta con unos 35 puntos de inmersión entre los que destaca Mortera, donde a unos 27 metros de profundidad descansa una antigua fortaleza española y un buque mercante del siglo XIX.

Guardalavaca

Con su barco llegó Cristobal Colón hasta la provincia de Holguín en el siglo XV. Aquí se encuentra la playa de Guardalavaca, a 50 kilómetros de la ciudad que da nombre a la provincia. El centro de Buceo Eagle Ray oferta paseos submarinos por el Canal Viejo de las Bahamas de hasta 40 metros de profundidad. Sus aguas turquesas esconden una pared vertical, que oscila entre los 20 y 40 metros, donde crecen los corales negros. Este animal, habitual en la costa cubana, se confunde con una planta marina. Su recolección está limitada ya que se considera un coral semiprecioso que se utiliza como amuleto y joya.

Un buceador en los Jardines de la Reina, en Cuba.
Un buceador en los Jardines de la Reina, en Cuba.Bernard Radvaner

Jardines de la Reina

Colón dio nombre al archipiélago Jardines de la Reina, ya al sur de Cuba, formado por 250 islas vírgenes. En 1996 fueron declarados parque marino por el excepcional estado de conservación de la flora y fauna marina. Su fondo, repleto de corales estrellados y desniveles, ha sido modelado a lo largo de miles de años de evolución. A 17 metros de profundidad se erige el Farallón, una montaña atravesada por túneles que concluyen en un fondo de arena blanca. Las cavernidades tienen unos tres metros de ancho por 10 de alto con aberturas que permiten la entrada de luz solar, un paraíso para los buceadores. Para llegar hasta aquí hay que tomar un barco en la ciudad de Júcaro y el centro encargado de las inmersiones es Avalon.

De la península de Ancón a Rancho Luna

De vuelta a la isla principal, también se puede hacer submarinismo en Santiago de Cuba o en Trinidad. La ciudad, declarada patrimonio mundial, se encuentra a pocos kilómetros de la costa, donde crecen hasta 40 tipos de corales. En la península de Ancón, donde se ubica el centro de buceo Cayo Blanco, los fondos marinos cuentan con protuberancias de hasta cinco metros de altura, túneles y una impresionante pared que cae 200 metros, además de peces tropicales o abanicos de mar. Aficionados y profesionales también pueden tirarse al agua en Guajimico, un nombre aborigen que vaticina lo que se van a encontrar: significa lugar de los peces. Por último está playa Rancho Luna. Varios barcos pesqueros han sido intencionalmente hundidos en esta zona para disfrute de los buzos, que ahora pueden observar como la vida florece a su alrededor. En la llamada lengüeta del Faro, una plataforma subacuática que cae cien metros, las gorgonias gigantes, de hasta dos metros de diámetro, ningunean a los nadadores. Las aguas son idóneas para practicar la fotografía submarina y en los meses de invierno el tiburón ballena se deja ver por esta zona.

Bahía Cochinos

Hacia el oeste se se ubica Bahía Cochinos, que se hizo famosa cuando la CIA vio fracasar su intento de entrar en la isla por este canal en 1961. Es un lugar óptimo de buceo, repleto de peces jóvenes gracias a que está rodeado de manglares y plantas que protegen la bahía del envite del mar. Se puede realizar buceo desde tierra, sin necesidad de tomar una lancha. Sus puntos fuertes son un barco hundido, en Punta Perdiz, y una pared vertical muy cerca de la costa, tanto que desde tierra se observa el cambio del color del mar. Sin embargo, uno de los sitios más apreciados para la inmersión se encuentra en tierra. Se trata de un cenote similar a los mexicanos llamado La cueva de los peces. El mar se cuela por túneles subterráneos hasta esta cavidad inundándola de peces de colores que se resguardan en las múltiples cuevas. Es un lugar idóneo para los amantes del espeleobuceo por la cantidad de estalactitas.

Pargos en Cayo Largo (Cuba).
Pargos en Cayo Largo (Cuba).AGE Fotostock

Cayo Largo

Frente a la bahía, aunque no es visible desde ella, se encuentra Cayo Largo del Sur. Esta zona se divide en tres: la más cercana al cayo, donde se puede nadar sobre largas montañas coralinas a una profundidad de entre 20 y 30 metros; la segunda, al oeste, donde los corales forman grandes laberintos que obligan a los peces a nadar en apretados bancos; y la última, al noreste, en la que las paredes caen desde los 15 a los 200 metros. Aquí las reinas son las esponjas tubulares cuyos colores contrastan con el coral negro.

María La Gorda

Continuando con el viaje, Maria La Gorda, en Pinar del Río, es famosa entre los amantes del submarinismo de América Latina por su excelente suelo. Tiene su origen en una cadena de tierra emergida que ha sido moldeada por las corrientes que llegan desde el golfo de México. El punto de inmersión está en la península Guanahacabibes, reserva de la bioesfera desde hace más de dos décadas y que incluye naufragios del siglo XVIII. Los corales son visibles a partir de los cinco metros de profundidad, por lo que los que solo hacen snorkel también podrán disfrutar de la naturaleza tropical. En los meses de mayo y junio la arena de las playas se llena de tortugas que acuden a construir sus nidos y en agosto y septiembre las ballenas se acercan a la costa.

Cayo Levisa

Casi completado el recorrido por la costa de Cuba aparece cayo Levisa. Es un lugar donde ver peces loro, cuyos reflejos cambian de color, entre otros peces tropicales. Pero su mayor particularidad reside en la presencia de trigonias, los fósiles vivientes más antiguos de las Antillas. Son un tipo de molusco, de concha cerrada e irregular, a la que les sale una especie de minialeta. Recuerdan a una empanadilla. Su aparición se sitúa hace 245 millones de años.

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Sobre la firma

Andrea Nogueira Calvar
Redactora en EL PAÍS desde 2015. Escribe sobre temas de corporativo, cultura y sociedad. Ha trabajado para Faro de Vigo y la editorial Lonely Planet, entre otros. Es licenciada en Filología Hispánica y máster en Periodismo por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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