Ijalba Tempranillo Blanco 2015, el vino de una cepa inesperada

Una mutación, descubierta en 1988 por Jesús Galilea en su viñedo de Murillo de Río Leza, ha enriquecido el patrimonio ampelográfico español con una cepa inesperada: tempranillo blanco, variedad albina (amarillo verdoso para ser exactos) de nuestra reina de las uvas tintas. Durante mucho tiempo fue una curiosidad, no exenta de polémica, que se reafirma hoy como un varietal riojano muy oportuno para elaborar vinos de sugestiva personalidad.

El primero en lanzar al mercado un vino con tempranillo blanco fue Viña Ijalba. Luego seguirían otras bodegas como Ad Libitum, Abel Mendoza, Viña Pomal o Sonsierra con blancos monovarietales, y otros que la incluyen en coupages con viura, malvasía o garnacha blanca.

Desde la primera añada de 2005, el vino de Ijalba ha ido evolucionando hacia una mayor calidad. Progreso que culmina con este 2015, donde la tempranillo blanco muestra nítidamente las características organolépticas de la uva. Se trata de un vino joven, ecológico, con un 15% de barrica americana, que ofrece un perfil aromático puntillista, con pinceladas de frutas melosas, contrastes cítricos, un luminoso toque floral y la leve pátina especiada del roble. Sabroso, fresco y balsámico, deja un largo recuerdo.