10 fotosLos 10 mejores lugares para ver ballenas en el mundoDe Islandia a Alaska, destinos para observar desde la costa, desde un barco o incluso nadar entre los grandes cetáceosJacobo Pedraza07 mar 2016 - 15:43CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLos mejores avistamientos de ballenas en Islandia parten de Husavik, en la costa norte de la isla volcánica. Lo más espectacular es realizarlos a la luz del sol de medianoche. La mejor época para observar ballenas en Islandia es de mayo a septiembre. Se pueden ver jorobadas, rorcuales aliblancos y orcas, y de junio a julio, si tenemos suerte, también podremos disfrutar de la enorme ballena azul. Un viaje en barco desde Husavik para divisar ballenas suele durar tres horas y cuesta entorno a 100 euros. Las temperaturas rara vez superan los 10ºC, incluso en verano, así que prepárate para el frío.Tim E. White (Getty Images)Las Azores toman su nombre de un pájaro, pero en este archipiélago en mitad del Atlántico las ballenas también son muy importantes. En este santuario se alojan hasta 24 tipos de cetáceos a lo largo del año. De estas islas portuguesas, las mejores para ver ballenas son Faial, Pico y Sao Jorge, preferiblemente entre abril y octubre. Los avistamientos se pueden hacer en barco o desde antiguas torres vigías. Si nos adentramos, es posible ver rorcuales y cachalotes, la especie a la que perteneció la ballena más famosa del mundo, 'Moby Dick', aunque la protagonista de la novela de Melville se pasa un poco de tamaño: medía unos 25 metros, cuando un cachalote no suele pasar de los 20.George Karbus (Getty Images)El mar de Cortés fue bautizado por Jacques Cousteau como “el acuario del mundo”. En el Golfo de California, frente a Sinaloa y Sonora, se encuentra el mejor lugar posible para ver a la enormísma ballena azul, el animal más grande que jamás ha pisado (nadado, más bien) este planeta. El rorcual azul puede llegar a los 30 metros de longitud y pesar más de cien toneladas. La caza comercial indiscriminada ha dejado su población al borde de la extinción en poco más de un siglo. La mayor concentración conocida de ballena azul, de unos 2.000 animales, pasa los veranos en California. Las mejores localizaciones para los avistamientos están en el parque ecológico del Vizcaíno. Allí veremos también miles de ballenas grises en su época de apareamiento (diciembre-abril).iStockEl santuario marino nacional del Banco de Stellwagen es un enorme banco de arena que recorre buena parte de la bahía de Massachusetts (la de Boston, en EEUU), entre cabo Ann y cabo Cod. De nuevo, las aguas tranquilas permiten juguetear, entre abril y octubre, a rorcuales que superan los 25 metros de largo. Provincetown, en cabo Cod, es un buen lugar para embarcar. Aquí también podemos ver a la ballena franca glacial, o ballena de los vascos, la preferida de los balleneros tradicionales vascos, que apreciaban el aceite que se obtenía de esta especie. Acabaron con la presencia de la ballena franca en el Cantábrico en el siglo XVII, acabando así con sus propios oficios.James Kirkikis (Age)Las corrientes creadas en el Estrecho de Gibraltar entre el Atlántico y el Mediterráneo propician un entorno favorable a los cetáceos con mucha materia orgánica. En abril comienzan a verse cachalotes y a partir de julio llegan las orcas buscando atún rojo. De vez en cuando es posible incluso ver rorcuales comunes. Se pueden contratar excursiones de observación desde Tarifa, Algeciras o Gibraltar.Sylvain Cordier (Getty Images)A unos 120 kilómetros de Ciudad del Cabo, en Suráfrica, se encuentra Hermanus, una hermosa localidad costera que mira al Atlántico a través de sus acantilados. Está considerado uno de los mejores lugares del mundo para avistar ballenas. Se las puede divisar desde tierra, sin necesidad de recurrir a una embarcación. Podemos encontrar cetáceos durante gran parte del año, especialmente entre junio y noviembre. La estrella en Hermanus es la ballena franca austral, de quien se puede observar su ritual de cortejo y por cuyo retorno se celebra cada septiembre un festival gastronómico, artesanal y cultural. Los despistados siempre podrán saber cuando hay una ballena divisable gracias a la llamada del pregonero, que hace resonar su cuerno por toda la costa cada vez que aparece una.Jordi Matas (Corbis)La bahía de los Glaciares se encuentra en el pico sureste del Estado de Alaska. Allí podremos encontrar, de junio a principios de septiembre, un buen número de ballenas jorobadas y también orcas que se acercan a la bahía para alimentarse. Las jorobadas forman parte de la familia de los rorcuales, suelen medir entre 12 y 16 metros y reciben su nombre por la curvatura que forma su espalda cuando se sumergen. Lo típico es adentrarse en 'kayak' hasta las islas del interior de la bahía, pero también se ofrecen opciones de transporte menos aventureras, pero más cómodas. En la bahía de los Glaciares es donde se estudió por primera vez el proceso de alimentación de las ballenas jorobadas. La técnica más destacada es la red de burbujas, con la que grupos de cetáceos encierran a sus presas a base de burbujas de aire que aprisionan a bancos de peces, incapaces de evitar ser devorados.Michael Swell (Getty Images)Cientos de ballenas tienen cada año en la bahía de Hervey, en Australia, una parada obligada en su migración hacia el sur. Los cetáceos, especialmente ballenas jorobadas, empiezan a llegar a mediados de julio, y se quedan en esta bahía hasta finales de noviembre. Hervey goza de la protección natural de la isla de Fraser, una reserva patrimonio mundial que ostenta el honor de ser la mayor isla de arena del mundo. Las aguas tranquilas fomentan el juego entre las ballenas y sus crías, para deleite de los espectadores. Además, Hervey se encuentra muy cerca de algunas de las mejores playas de surf de Australia. Por si te da el gusanillo después de ver jugar a los animales.Bob Charlton (Getty Images)Península Valdés, en la Patagonia argentina, declarado mundial por la Unesco, recibe la mayor población reproductora de ballenas francas australes. De julio a noviembre se puede observar a estos animales, que llegan a medir más de 15 metros. Aquí lo recomendable es hacerlo en las embarcaciones de las numerosas empresas de 'avistajes' de la zona. El acceso al área natural protegida de península Valdés tiene un precio de 15 euros para turista. La zona también es un punto de referencia para la observación de orcas, pingüinos, lobos y elefantes marinos, delfines y un sinfín de aves.iStock