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Samba con vistas en la favela Santa Marta de Río de Janeiro

Esta barriada pacificada al sur de la ciudad brasileña dispone de recorridos turísticos a cargo de guías locales acreditados

Vistas al atardecer desde el punto más alto de la favela Santa Marta, en Río de Janeiro.
Vistas al atardecer desde el punto más alto de la favela Santa Marta, en Río de Janeiro.Ratao Diniz / getty

El llamado turismo vivencial, que ofrece planes diferentes de los recorridos ofertados por las guías, tiene un buen ejemplo en Río de Janeiro. A sus planes clásicos –playa, buen clima, deporte, gastronomía, cultura, diversión–, la ciudad brasileña le añade una propuesta más curiosa para seguir atrayendo a turistas y viajeros: se trata de descubrir sus favelas.

Retratadas en películas tan conocidas Ciudad de Dios, las favelas son comunidades donde vive la población carioca más humilde. Están presentes por toda la ciudad, de norte a sur y de este a oeste, mostrando sus características agrupaciones de casitas desalineadas. La definición de la RAE ("barrios marginales de chabolas") parece alejarlas de lo que entendemos por un atractivo turístico. Sin embargo, algunas de ellas tienen mucho que ver.

La favela de Santa Marta, en el barrio de Botafogo -al sur de Río- es una de las más conocidas de la ciudad, junto a la de Rocinha, por haber sido el escenario del video They don´t care about us de Michael Jackson en 1996. Según los residentes, el ya fallecido artista estadounidense llegó, grabó y se fue sin donar un solo real a la comunidad, pero todos coinciden en que ayudó a viralizar el mensaje y la situación de las favelas cariocas en todo el mundo.

Más allá de la estatua que recuerda aquella visita de Jackson, Santa Marta fue la primera favela pacificada de Río de Janeiro, gracias a la acción conjunta del Ejército y la Unidad de Policía Pacificadora (UPP). La intervención de ambos cuerpos, con ayuda del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), logró erradicar el narcotráfico de sus calles, que campaba a sus anchas en la barriada desde los años 80. La instalación de puestos de policía y cámaras de vigilancia en los cinco niveles del cerro garantizan día a día la protección de sus vecinos y la seguridad de los turistas que deciden acercarse a la favela.

Callejuela en la favela San Marta, en Río de Janeiro.
Callejuela en la favela San Marta, en Río de Janeiro.M. Nieves

Los atractivos de Santa Marta son muchos: conocer cómo vive la gente allí, compartir tiempo libre con gente alegre, amable y trabajadora y visitar sus escuelas de samba. También es posible refrescarse con una cerveza bien fría en los bares de la favela, o incluso jugar algún partidillo con los locales en el campo de fútbol que tienen en la colina.

No faltan, eso sí, voces críticas hacia este tipo de visitas turísticas, preguntándose si en las ciudades de origen de los viajeros que pasean por Santa Marta se organizan también este tipo de tours en los barrios más pobres. Pero lo cierto es que desde la pacificación de la favela el Gobierno impulsó programas para que sus habitantes pudieran recibir formación –cursos de turismo, idiomas, artesanía– y aprovechar el tirón que están teniendo estas propuestas de turismo vivencial en Río. Sin ir más lejos, en 2014 abrió el primer hostal en el cerro, bautizado como la Casa de los Relojes; unos 20 dólares por noche, desayuno incluido.

Una buena forma de visitar esta maravillosa barriada de Río de Janeiro es dirigirse a los pies de colina donde, junto a un puesto de policía, se encuentran varios guías locales acreditados que ofrecen recorridos por los diferentes rincones de la favela a precio módico. También se pueden contratar este tipo de itinerarios a través de Internet, por ejemplo mediante la compañía Favela Top Tour, del guía local Mario Sergio R. Martins.

Un turista en la Praça Cantao, en la favela Santa Marta de Río de Janeiro.
Un turista en la Praça Cantao, en la favela Santa Marta de Río de Janeiro.M. Nieves

Uno de los puntos fuertes de la ruta son las privilegiadas vistas de Río de Janeiro que ofrece Santa Marta al visitante, gracias a su ubicación sobre uno de los cerros de la ciudad. Gracias al funicular gratuito que funciona en la favela, con paradas en los diferentes niveles de la misma, además de las casitas de colores que componen la barriada, los turistas pueden disfrutar (sin caminar demasiado) desde el punto más alto de una panorámica que incluye a los principales iconos de Río: el Cristo Redentor, el Pan de Azúcar o la Laguna Rodrigo de Freitas.

Más planes interesantes en Río de Janeiro pinchando aquí

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