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Café y alegría en Zagreb Además de los museos, la música, el diseño, la arquitectura o la buena gastronomía, lo habitantes de Zagreb aman la vida al aire libre y tomar café en sus terrazas. Once razones que te animarán a conocer la alegre capital croata Cada sábado por la mañana, entre las 11.00 y las 14.00 (antes o después de pasar por el mercado de Dolac) llega un ritual imprescindible en la ciudad, la 'spica': tomar un buen café mientras se contemplan las últimas tendencias en móviles y moda, se cotillea y uno se pone al día de lo que pasa en la capital croata. Jon Hicks Zagreb tiene uno de los museos más originales y románticos del mundo: el Museo de las Relaciones Rotas, que ha recibido premios al centro más innovador de Europa. Instalado en el elegante palacio barroco de Kulmer, expone su colección en una sucesión de salas de un blanco inmaculado. brokenships.com La Ciudad Alta es la parte más antigua de Zagreb y concentra iglesias y edificios emblemáticos, entre escaleras pintorescas, callejones, jardines, plazuelas e incluso funiculares. El epicentro es la plaza Markov, presidida por la Iglesia de San Marcos (en la foto), del siglo XIII, junto a el Sabor (Parlamento) de Croacia (a la derecha), de estilo neoclásico, y la residencia de los virreyes croatas (izquierda), actual palacio presidencial. Gonzales /C. Fjellerad Corazón geográfico de Zagreb, en la parte baja de la ciudad, la plaza de Trg Josipa Jelacica (y sus terrazas) ofrecen todo un espectáculo visual: gente bajando de los tranvías, saludándose y dispersándose entre vendedores de periódicos y flores. ullstein bild Visita imprescindible en Zagreb, el colorista mercado de frutas y verduras de Dolac, que también cuenta con puestos de carne, pescado, lácteos, flores miel o artesanía, es punto de partida de 'tours gourmet' guiados, que dan a conocer las particularidades de la cocina croata. Incluyen una visita al mercado junto al chef para comprar los productos frescos que luego se prepararán en las cocinas de un restaurante cercano. luis davilla Poco a poco, el panoráma gastronómico de Zagreb se van diversificando, y es posible encontrar desde comida japonesa hasta nuevos bistrós con mucho estilo que reinventan la tradición croata y centroeuropea. Como Lari & Penati (en la foto), en la Ciudad Baja, un pequeño local con innovadores platos de almuerzo y cena que cambian a diario en función del producto de mercado. laripenati.hr Herederos de la tradición centroeuropea, los zagrebinos son golosos y amantes de los buenos dulces que acompañan generlamente al café. Por eso es impresicnidlbe la visita a la clásica 'slasticarna' (pastelería) Vincek, así como a cualquiera de los tres locales de Dinara, la mejor panadería de Zagreb (en la foto). Hay que pedir el 'bucnica', pastel de hojaldre relleno de calabaza. La Ciudad Baja de Zagreb, un ensanche del siglo XIX y principios del XX, fue construido a imagen y semejanza de Viena, con grandes edificios de empaque imperial y un gran anillo de jardines que unía los más representativos. A pesar de su referencia vienesa, este modesto anillo verde invita a un agradable paseo entre jardines (en la foto el de Zrinjevac). Alen Gurovic El hotel Esplanade (en la foto) es un gran hotel, de esos que nos hacen viajar con solo contemplarlo y nos remonta a los tiempos del Orient Express, cuando los grandes viajeros pasaban por Zagreb camino de Estambul. Se construyó en 1924, junto a la estación, expresamente pensado parar recibir a los pasajeros de tan lujoso convoy. Desde entonces ha hospedado a reyes, artistas, políticos y periodistas, como el escritor y corresponsal de guerra Curzio Malaparte, quien se alojó aquí mientras escribía su famosa novela 'Kaputt' (1944). esplanade.hr Una de las grandes sorpresas de Zagreb, a unos 10 minutos en autobús desde el centro, es la visita al cementerio de Mirogoj (en la foto), uno de los más bonitos de Europa, a los pies del monte Medvednica. Diseñado en 1876 por el arquitecto de origen austriaco Herman Bolle, la majestuosa sucesión de pórticos coronados por cúpulas se asemeja a una fortaleza desde fuera, aunque en su interior reinan la paz y el refinamiento. Cristina Arias En Zagreb hay que olvidarse de los 'souvenirs' y centrarse en las corbatas, prenda que, se dice, procede de Zagreb (un buen sitio para comprarlas es la tienda Croata, en el Oktogon Passage). Además, hay que recorrer las pequeñas tiendas de diseñadores locales que están impulsando una nueva moda croata, como los vestidos casi escultóricos (pero cómodos) de I-GLE (en la foto). i-gle.com