La Casa del Organista, sentimiento campechano
Balcones del siglo XVIII en una posada de Santillana del Mar
Ya se sabe que la actual Santillana del Mar proviene de unos monjes que, allá por los siglos VIII o IX, se trajeron de Turquía las reliquias de santa Juliana de Bitinia y levantaron cerca de la prehistórica cueva de Altamira una ermita y un monasterio a cuya advocación adquirió un relieve cultural único en todo el norte cántabro. Hoy el pueblo entero es un museo vivo de aquella edad medieval, aunque la mayoría de sus casas fueron obra de los siglos XVI al XVIII. Como la que el lugareño Diego Trueba Palacio atribuye al organista de la colegiata y que desde la década pasada acoge en sus dos plantas un hotelito con mucho encanto personal y arquitectónico.
Puntuación: 6 | |
Arquitectura | 7 |
Decoración | 6 |
Estado de conservación | 8 |
Confortabilidad | 5 |
Aseos | 5 |
Ambiente | 5 |
Desayuno | 6 |
Atención | 6 |
Tranquilidad | 6 |
Instalaciones | 5 |
Una evanescencia de leds embalsama el ambiente nocturno del casco urbano, a menudo anclado bajo la bruma o la lluvia fina, siempre mágico y sin estridencias. Santillana mima hasta en esos detalles su prosperidad turística. En el desmonte trasero se abre el portón del aparcamiento, donde conviene dejar el vehículo, ya que en el recinto histórico está absolutamente prohibido estacionar sea cual sea la estación del año.
Al otro lado está el portón de entrada a la casa, donde el propietario mismo agasaja al huésped sin ahorrarse ninguna explicación de cómo se organiza la estancia y en qué lugares se cena mejor, pese a su timidez y contención inicial. El desayuno, a la mañana siguiente, será cosa suya. Un saloncito a la izquierda hace de bar y biblioteca. Escaleras abajo, en una entreplanta, se abre el desayunador, con salida al jardín. Desde la baranda se obtiene una vista serena de las campas donde pace el único ganado que le queda a la villa, con funciones más pintorescas que pecuarias. Al fondo se recorta la silueta románica de la colegiata.
Arriba se distribuyen las habitaciones, minúsculas, pavimentadas de madera crujiente, pero confortables sin excepción. Las delanteras más tranquilas que las traseras, donde unos gallos enloquecidos suelen marcar el cambio de estación. Quizá se eche en falta una balda donde depositar el neceser en los cuartos de baño. También una ducha vivificante en lugar de la bañera convencional, siempre estrecha y anodina. El agua, al menos, sale caliente del grifo con inesperada prontitud.
La calle a la que da la fachada principal de la posada es estrecha y empedrada, lo que frena el tráfico hacia el centro de la población incluso en plena temporada alta. De noche, el silencio es religioso. Es decir, únicamente importunado por el tañido periódico de las campanas monásticas. Un privilegio contemporáneo.
La Casa del Organista
- Categoría oficial: posada.
- Dirección: Los Hornos, 4. Santillana del Mar (Cantabria).
- Teléfono: 942 84 03 52.
- Internet: www.casadelorganista.com.
- Instalaciones: aparcamiento cerrado vigilado en la zona trasera, jardín, salón de estar con bar y biblioteca, comedor de desayunos.
- Habitaciones: 8 dobles.
- Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados; no admite animales domésticos.
- Precios: desde 49 euros la habitación doble, desayuno e IVA incluidos.
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