A pie por Los Ángeles
El actor Alfonso Sánchez pasó un mes en la ciudad estadounidense y se enamoró de ella. "Allí te levantas por la mañana y no tienes ni idea de qué te va a pasar ese día".
En breve volverá a hacer, junto a Alberto López, de “compadre” andaluz de Dani Rovira en Ocho apellidos catalanes. Además, el actor sigue en la serie Allí abajo y lleva por fin a Madrid, tras una larga gira, la obra Patente de corso, basada en textos de Arturo Pérez-Reverte. Hace casi 10 años tuvo la tentación de dejarlo todo y mudarse a Los Ángeles después de pasar un fantástico mes en esa metrópoli no siempre bien comprendida.
Dice que aquello fue como su viaje a La Meca.
Para todos los actores y los que adoramos el cine es como un destino de peregrinación. Me fui allí como no se debe ir nunca a Los Ángeles: con una mano delante y otra detrás y sin carné de conducir.
¿Y cómo se las arregló?
Fui pasando de casa en casa de gente que fui conociendo a través de una amiga española. Primero me recogió una amiga italoargentina que vivía en la zona de Wilshire y después pasé por Echo Park, Hollywood Boulevard, Santa Monica…, y respecto a lo del coche, me recorrí la ciudad andando.
¡Pero si no hay aceras!
Iba por los arcenes. La gente me miraba pensando: este tío debe ser más peligroso que los pandilleros porque solo a alguien muy chalado se le ocurriría andar por aquí. Me metía en los restaurantes de los lugareños en los guetos. Recuerdo por ejemplo un sitio puertorriqueño maravilloso en el que acabé cantando con los dueños. Esa imagen que dan películas como Pulp Fiction, Reservoir Dogs o El gran Lebowski es totalmente cierta. Ese es el verdadero Los Ángeles, en el que te levantas por la mañana y no tienes ni idea de qué te va a pasar ese día. La gente no sabe además que Reservoir es una avenida y un barrio, así que es como si la película se llamase “los perros de Aluche”.
¿Se rozó con Hollywood?
Pues acabé durmiendo en Malibu Lake, en casa de un guionista de blockbusters y asistiendo a una fiesta en la que estaba Johnny Depp. Pero todo porque la gente es muy maja. Me hice amigo de un diseñador albanés que me llevaba a sitios rarísimos.
Dígame una imagen equivocada que se suele tener de Los Ángeles.
Que es artificial. En realidad es un sitio muy auténtico. Se respeta mucho lo artesano, por ejemplo. Igual entras en una tienducha cualquiera de Venice Beach y resulta que es del tío que le hacía las cazadoras de cuero a Jimi Hendrix. Lo importante es entrar.
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