Rubens en privado
La casa del pintor, en Amberes, acoge hasta el 28 de junio una muestra con retratos de su familia. Una ruta que incluye la catedral, donde está su tríptico del Descendimiento
La energía versátil del gran artista flamenco empapa esta ciudad y nos sale al encuentro en todos sus rincones. Si ya en su tiempo Amberes bullía con carácter, y no sólo porque era rica, riquísima, sino por la capacidad de sus habitantes de convertir este puerto a orillas del río Escalda en un laboratorio de novedad, pasión y mucha creatividad, hoy esa vitalidad y energía siguen más vivas que nunca. El maestro Rubens puede descansar satisfecho.
Los amberinos han convertido a su ciudadano más famoso, con el permiso de Van Dick y Jordaens, en un símbolo de pasión y vida. Barrios remozados con buenas ideas, como el Eilandje junto al río, o llenos de moda como los alrededores de la Nationalestraat, no roban encanto al viejo corazón de la ciudad y a ese lugar al que cada visitante que entra en ella dirige sus pasos: la Rubenshuis. En Wapper, entre las fachadas picudas del siglo XVII, sobresale la casa en la que vivió y trabajó Pedro Pablo Rubens, que, aunque nacido en Alemania, pasó en Amberes toda su vida. Mientras no viajaba, claro es, pues era tan buen artista como diplomático: su largo y particular Grand Tour en Italia, Inglaterra y España no sólo fue vital en su formación artística, sino también en sus habilidades políticas y cortesanas.
Desde el pasado otoño al verano de 2015 en Bélgica se habla del gran maestro algo más de la cuenta. El Museo Bozar de Bruselas (www.bozar.be) programó hasta el pasado 4 de enero una exposición, Sensación y sensualidad. Rubens y su legado, que llevaba 12 años gestando concienzudamente su comisario: Nico van Hout. La muestra era una detectivesca búsqueda de la influencia rubensiana en otros artistas, desde Gainsborough a Delacroix, de Cézanne a Daumier, o de Turner a Klimt. Ahora la muestra está abierta en la Royal Academy of Arts de Londres (www.royalacademy.org.uk) hasta el 10 de abril, y, desde marzo, la propia Casa de Rubens en Amberes (www.rubenshuis.be) es también hogar, hasta el 28 de junio, de una muestra de retratos de corte más íntimo: Rubens, el hombre de familia. Como género, el retrato no le entusiasmaba especialmente, quizás consideraba, como su admirado Miguel Ángel, que era un género banal, pero hay mucho amor y afecto en los que hizo a su familia: su hermano Felipe, sus dos mujeres, Isabella y Helena, y sus hijos, pintados todos ellos de una manera más libre y espontánea que los retratos de personajes influyentes.
También la Rubenhuis, la casa en la que vivió, y donde tenía su concurrido taller, se va a someter a cirugía restauradora, sobre todo el pórtico y el pabellón, diseñados por el propio artista, los únicos elementos originales de la casa que han sobrevivido al tiempo. Además se remozará la pérgola y ese jardín interior que en los años treinta se recuperó de acuerdo con los planos de pinturas de la época y los datos de la horticultura y botánica del barroco.
Las casas
La casa de Rubens se encuentra en el número 9 de Waffer, y aquí el artista compró varios pequeños edificios anexos y levantó un Palazzo de inspiración italiana con un luminoso estudio y un jardín interior que diseñó él mismo, como tantos otros detalles de la casa. Todo el interior está reconstruido con materiales y decoración de la época y con abundantes obras propias y ajenas, pues recordemos que Rubens era un ávido coleccionista y que reunió 324 pinturas de maestros italianos, así como de Holanda y Bélgica. También es una delicia el interior de la casa de su amigo y mecenas, además de alcalde, Nicolaas Rockox, en una de las calles más elegantes de Amberes, Keizerstraat. Ahora la Rockox House (www.rockoxhuis.be) es una de esas pequeñas casas-museo, tan recoletas e imprescindibles que en ellas parece que se ha remansado el tiempo en la misma atmósfera que dejaron sus dueños. Casado con la española Adriana Pérez, convirtieron esta casa encantadora en un lugar lleno de arte y objetos preciosos.
Guía
Cómo ir
» Air Europa (www.aireuropa.com), Iberia (www.iberia.com), Ryanair (www.ryanair.es), Brussels Airlines (www.brusselsairlines.es) y Vueling (www.vueling.com) vuelan a Bruselas desde 88 euros, ida y vuelta.
» Oficina de turismo de Bélgica (www.flandes.net).
Los espacios religiosos
Rubens cumplió con muchos de los encargos de tema religioso que le hicieron los ricos mercaderes y sus gremios en Amberes. A la catedral de Nuestra Señora hay que ir a ver las tres obras monumentales de Rubens que contiene: los trípticos La elevación de la cruz y El Descendimiento de la cruz, considerada una de las principales obras del maestro, y la obra La Asunción de la Virgen, además de otro tríptico que se encuentra en una de las capillas: la Resurrección de Cristo. Si queremos visitar la tumba del maestro, la encontraremos en la iglesia de Santiago junto a la pintura de Nuestra Señora que adorna el monumento, aunque no podremos hacerlo hasta 2018, pues se encuentra cerrada por restauración. Pero la iglesia amberina más rubensiana es San Carlos Borromeo, construida por los jesuitas y diseñada y decorada en parte por Rubens. También encontraremos más obras del artista en las iglesias dedicadas a San Pablo y San Antonio de Padua.
Los museos
Sin obviar la riqueza de los fondos que contiene el Real Museo de Bellas Artes (www.kmska.be), hay que llegarse hasta esa mezcla de casa particular, taller de grabado y museo que es el Plantin-Moretus (www.museumplantinmoretus.be), fundado en 1555 por Christoffel Plantin, el primer impresor industrial de la historia. La imprenta la continuó su yerno, Jan Moretus, y atesora obra y dibujos de muchos artistas amberinos, entre ellos Rubens. Además del bonito edificio y de sus colecciones, este museo, como las casas de Rockox y Rubens, también es un lugar propicio para respirar la vida cotidiana de una casa burguesa durante el barroco, especialmente su biblioteca.
» Pilar Rubio es la creadora del blog colectivo de viaje y cultura lalineadelhorizonte.com.
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