Madrid, entre lutieres y gafas ‘vintage’
El barrio en torno a la calle de Santiago esconde, junto a la plaza de Ramales, coquetas tiendas y librerías especializadas
Ni José Bonaparte consiguió acabar con las empinadas y estrechas callejuelas del barrio de Santiago. El rey impuesto, Pepe Plazuelas para los madrileños por su empeño en construir plazas en la Villa de Madrid, destruyó todo vestigio medieval de la zona, pero su proyecto de crear amplios espacios alrededor del Palacio Real nunca llegó a completarse. Tras su breve reinado, el barrio de Santiago volvió a levantarse con las mismas estrecheces.
Este carácter, un tanto caótico, de su diseño urbanístico nos deja un recorrido con mucho sabor, música y literatura. Paraíso para los melómanos –la proximidad del Teatro Real ha favorecido la proliferación de tiendas especializadas en música clásica y talleres de lutieres– y zona de librerías y cafés con encanto, la visita también depara algunas sorpresas gastronómicas.
El recorrido arranca en la plaza de Ramales, creada tras el paso de la implacable piqueta del rey francés (acabó con la iglesia de San Juan y ni siquiera respetó la cripta donde yacía el maestro Velázquez), para desayunar en un clásico del barrio, el Café de los Austrias (plaza de Ramales, 1), situado en la Casa Palacio de Ricardo Angustias. Bajando por la calle Vergara en dirección a Ópera, nos encontramos con la librería La Buena Vida (Vergara, 10), que propone los martes por la tarde actividades en su club de lectura.
En la calle Independencia espera Ars Antiqva (Independencia, 2), una pequeña tienda especializada en música barroca y renacentista. Y apenas a un minuto, La Quinta de Mahler (Amnistía, 5) abre un espacio a los amantes de la música clásica donde disfrutar de pequeños conciertos, conferencias, presentaciones y exposiciones. En la misma calle, la fábrica de guitarras Mariano Conde (Amnistía, 1) mantiene la tradición familiar desde 1915 y, no muy lejos, El Luthier de Ópera (Espejo, 2) construye y repara instrumentos de cuerda y arco. La música también suena en Fransen et Lafite (Espejo, 5), una floristería nada convencional, donde también se puede tomar un café.
Ya en la calle Santiago encontramos Olivia & Co. Bakery (Santiago, 12), bonita tienda que incluye pequeños objetos de decoración entre su dulce surtido y organiza talleres de repostería. Una de las aperturas más recientes del barrio es Gafa Vintage (Santiago, 9), donde se pueden encontrar monturas de los años 50. No es preciso moverse para el aperitivo: en ese mismo edificio, el acogedor restaurante Taberneros (Santiago, 9) cuenta con una buena carta de vinos.
En frente, la colorida fachada de La Mar de Letras (Santiago, 18) invita a conocer su colección de literatura infantil y juvenil. Esta pequeña librería distribuida en dos plantas también organiza talleres y cuenta con una mini-biblioteca gratuita pensada para niños y alimentada con libros donados por ellos mismos. Muy cerca, otra librería especializada, Mujeres y compañía (Unión, 4), es una buena opción si buscamos narrativa escrita por mujeres. Además, ofrecen una buena selección de cuentos infantiles no sexista y cómics.
A la hora de comer podemos dirigimos a la calle Santa Clara y probar la cocina de fusión de La Candela. El madrileño de origen sudanés Samy Alí y la decoradora Sión Calderón han trasladado la creatividad de sus fogones desde la localidad madrileña de Valdemorillo hasta la esquina de la calle Amnistía con Santa Clara. Muy cerca, en el número 3, residió y se quitó la vida Mariano José de Larra, exiliado en Francia durante su infancia: la condición de afrancesado de su padre obligó a la familia a seguir los pasos del depuesto rey José Bonaparte. Otra vez Pepe Plazuelas.
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