Dormitorios con arte
La Demba, hospitalidad y cocina de proximidad en el Pirineo aragonés
Ulula, la habitación del sol. Alegría, la almibarada fantasía del árbol cabecera en los pinceles de Eva Armisén. Nido Room, nunca mejor dicho, el nido de amor otoñal. Cubículo, cada cosa en su lugar, la habitación minimalista. La Sonrisa del Agua, materia transformada por la artista Rosa Fumanal. Formas, formas raras de cemento y madera, troncos de olivo, el dormitorio del sosiego. Asidos, los muebles de madera de olivo. Recuerdos de Viaje de Joan Tabique, el mundo juguetón de la escultora Adela Bara.
Puntuación: 7 | |
Arquitectura | 7 |
Decoración | 7 |
Estado de conservación | 8 |
Confortabilidad habitaciones | 7 |
Aseos | 6 |
Ambiente | 6 |
Desayuno | 6 |
Atención | 9 |
Tranquilidad | 6 |
Instalaciones | 5 |
La Sweet, no por lo grande, sino por dulce, con una bañera de patas incitante a la zambullida equinoccial. Y Puntos Suspensivos, la habitación que siempre fue habitación en esta antigua casa de labriegos que Josep Cabello y su mujer, María José Muñoz (Jota, para los amigos), quisieron transformar en el hotelito de sus sueños a pocas revueltas del Pirineo aragonés. Jota tenía aquí a sus ancestros. Josep procede de Barcelona. A medio camino entre Cataluña y el País Vasco se quedaron entusiasmados por los bosques no contaminados circundantes al embalse de El Grado, por las estupendas comunicaciones de la zona y, también hay que decirlo, por la promesa de una ruta de mucho tráfico europeo que no consigue estabilizarse y asentar su modelo de negocio.
Inasequible al desaliento, Josep y Jota se afanan en llamar la atención con exposiciones de arte y actividades culturales. Desde esta atalaya, el monte cobra otros brillos pictóricos, otras rutilancias fotográficas. Pero el verdadero interés de la casa se centra en su promoción culinaria del kilómetro cero, única en la comarca con huerto propio.
Sencilla, sin alharaca, adicta a las setas y trufas de temporada, a los ternascos de añada controlada, a las truchas recién capturadas en el Cinca, sin olvidar armonizarlos con vinos de las distintas denominaciones de origen aragonesas. Todo ello en un comedor mitad de piedra virgen, mitad cristalera con vistas al verde. Aquí no se llevan las prisas, ni las pausas. La Demba es slow food, y sus propietarios, unos anfitriones natos.
La Demba
- Categoría: hotel rural.
- Dirección: Afueras, s/n. Abizanda (Huesca).
- Teléfono: 974 94 25 00.
- Internet: www.lademba.com.
- Habitaciones: 7 dobles, 2 junior suites, 1 suite.
- Servicios: no tiene habitaciones adaptadas para discapacitados, pero sí acceso para sillas de ruedas; animales domésticos prohibidos.
- Precio:desde 89 euros la habitación doble.
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