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Londres al aire libre

Cinco planes esenciales para exprimir un soleado día en la capital británica

Tomando el sol en Hyde Park, Londres.
Tomando el sol en Hyde Park, Londres. Steve Cole

Da gusto deambular por Londres en un día soleado. Las ardillas corretean por las calles, el césped espera mullidito y los londinenses, tan dados al estrés y las prisas, emergen con cualquier pretexto para apurar al máximo cualquier rayo de sol. Se diría que con el buen tiempo están hasta más expresivos aunque, por supuesto, las pintas de cerveza que se consumen con deleite en las terrazas esos días también ayudan.

Londres, en realidad, es una ciudad perfecta para disfrutar al aire libre. Sus jardines bucólicos, sus mercadillos, los festivales que se organizan en los parques; todo está preparado para aprovechar cualquier oportunidad en la que el cielo no amenace lluvia. Hay cientos de lugares para visitar pero aquí os dejamos cinco imprescindibles.

Chapuzón en 'The Heath'

Una de las zonas con más encanto de Londres, los antiguos embalses de Hamsptead Heath, llevan recibiendo bañistas desde el siglo XIX. De ahí que dos de ellos perpetúen, con resultados imprevistos, la separación tradicional por sexos. En de hombres, el nudismo es habitual: nadadores, jugadores de ajedrez, musculitos y lunáticos del bronceado perfecto. El estanque para mujeres goza de un ambiente más pastoril con aguas cristalinas y una frondosidad tupida que garantiza todavía el recato de las damas. Aunque el más popular es el estanque mixto, a unos pasos de la estación. Rodeado de una vegetación exuberante y con la compañía de algún pato ocasional, uno no puede dejar de asombrarse de que este lugar se encuentre en pleno Londres.

Paseo en bicicleta

No hace falta ser un gran atleta para moverse en bicicleta por Londres. Escasean las cuestas, abundan las calles residenciales sin tráfico y existe un sistema de alquiler por horas que permite subirse y bajarse de la bici desde el centro a Canary Wharf. Tan solo se necesita una tarjeta bancaria (son 2,5 euros al día) y parar cada media hora en alguna de las estaciones públicas (tras este tiempo aumenta el coste). Los mapas gratuitos de los Travel Information Centres resultan muy útiles pero para los que quieran evitar del todo los coches queda el canal Regent. Dos rutas imprescindibles: desde Angel hasta el río Támesis y desde Camden hasta las cercanías de la pequeña Venecia.

Roof Gardens

Como buen sueño de millonario caprichoso, esta azotea del barrio de Kensington mezcla lo disparatado con lo previsible: un riachuelo donde viven patos exóticos y flamencos, una mini réplica de los jardines de la Alhambra y un pequeño paseo recreando la campiña inglesa. Los Roof Gardens se crearon a finales de los años 30 y desde entonces han servido para fiestas exclusivas y un club de jardinería. Su restaurante y bar de cócteles Babylon divisa un impresionante sur oeste de Londres. La comida está reservada para pudientes pero los jardines son gratuitos y uno puede tomar una cerveza y disfrutar de las vistas por unos 6,5 euros.

La ribera de Richmond

A pesar de las palabras de Virginia Woolf en boca de Nicole Kidman, “si hay que elegir entre la muerte o Richmond, prefiero la muerte”, se trata de una especie de paraíso para los londinenses. Con un parque tres veces del tamaño de Central Park, en Nueva York, una reserva de ciervos que alternan con los paseantes y una ribera idílica surtida de numerosos restaurantes y pubs, Richmond es el lugar perfecto para relajarse y sacar el lado silvestre. Quizá la escritora, siempre según la película Las horas, prefería el bullicio del centro a la tranquilidad del barrio periférico, pero nunca traicionó su gusto exquisito. Hoy es muy fácil llegar con la District Line de metro y el Overground.

Travesía por el Támesis

Hay muchas rutas en este río navegable pero la de Westminster a Greenwich es imprescindible. Recorre todos los lugares pintorescos -el Parlamento, la Torre de Londres, la City, Canary Wharf- y nos traslada nada menos que al origen del tiempo universal. Patrimonio mundial, el centro histórico de Greenwich es un coqueto conjunto de edificios históricos y reliquias navales con pubs y restaurantes y un mercado de antigüedades donde todavía se puede encontrar alguna ganga vintage. Con su curiosa colección de relojes y aparatos de medición, el Real Observatorio en la colina de Greenwich Park evoca un pasado de sabios taciturnos.

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