Locos por las almohadas

En el escenario de fuerte competencia que se ha creado en la hotelería mundial, con incesantes inauguraciones de nuevos alojamientos en los países avanzados y emergentes, las grandes cadenas están tirando la casa por la ventana para atrapar a los viajeros y volverlos más fieles a la marca.

Una de las clásicas, Conrad, propone ahora un extensísimo menú de hasta 75 almohadas con el que provocar los sueños más intensos y seductores. La carta tiene en cuenta la idiosincrasia local, así como la diversidad de fabricantes empeñados en la tarea de ser más originales y distintos.

Algunos integran materiales inconfundibles del destino hotelero, como las almohadas de porcelana que se ofrecen en el Conrad Singapur, de evocaciones chinescas. O las almohadas de agua, en el Conrad Miami. Las hay divertidas, como la Almohadopédica, en el Conrad Indianápolis, sinuosas como el circuito de carreras. Románticas, como la Romance, en el Conrad Chicago, aromatizada con esencia de ylang-ylang, pachulí, vetivert y madera de sándalo. Tecnológicas, como la Tempur del Conrad Tokyo. Ecológicas, como la Orgánica, en el Conrad Bruselas, hecha de alforfón, que ayuda a quitar las migrañas y los espasmos musculares. Ingrávidas, como la Nefertiti, en el Conrad de El Cairo, confeccionada con plumón de pato. Y también están almohadas como la Shogun, en el Conrad Bangkok, con hierba de igusu japonesa que estimula la circulación.