Pedaleando por Berlín
El fotógrafo Luis Gaspar estuvo viviendo en la capital alemana a finales de los noventa
Luis Gaspar tiene grabado Berlín en la mente. A finales de los noventa, el fotógrafo —que inauguró ayer la exposición Vallados en el Ateneo de Madrid (calle del Prado, 21)— estuvo viviendo en la capital alemana y pedaleando por sus calles.
¿Qué tal la bicicleta?
La verdad es que no estaba acostumbrado, pero me pareció una gran idea. Vivía por la Karl-Marx-Allee, no muy lejos de Alexanderplatz. Me dejaron una bici de los años cuarenta, con freno contrapedal, con la que me di varios golpes. Como ahorraba en transporte, no me rendí.
¿Dónde llegó a pedales?
La utilizaba para todo. Un día fui a dar un paseo por la zona de Wansee, algo separada del centro. Allí hay un pequeño lago muy famoso entre los berlineses ya que tiene una playa pública, con arena, y una fuente que oscila en el medio.
¿Iba a bañarse?
No, iba a recorrer la ciudad. Allí me topé con la tumba del filósofo Heinrich von Klein, que se quitó la vida en este laguito en 1811. La lápida está en plena calle (Bismarckstrasse 3) y pude leer el famoso epitafio, extraído de su obra El Príncipe de Homburg, que dice: “Ahora, oh inmortalidad, eres toda mía”. A la vuelta me dio una bajada de tensión.
¿De la emoción?
No lo recuerdo. Solo era consciente de que no tenía fuerzas para pedalear. Me tuve que parar en un kebab de esos que no cierran nunca y tomarme uno para recuperar el color.
¿Hizo buenas fotos en la capital?
La verdad es que estaba empezando con la fotografía. Como no podía alquilar un sitio, me hice un laboratorio pequeño en casa, muy cutre, en el que aprendí de verdad a revelar. Tenía mucho tiempo y poco dinero.
¿Cuánto tiempo se pasó?
En total un año. Era una ciudad muy barata, muy interesante y con un montón de arte y cultura. Me llamaba mucho la atención las escasas obras que quedan de Albert Speer, el arquitecto de Hitler. Además de la maqueta de su Berlín ideal, fue el creador del eje Este-Oeste de la ciudad: la Avenida 17 de junio, que culmina en Siegessäule, o Columna de la Victoria. En esa calle hay unas farolas diseñadas por él.
¿Vuelve con frecuencia?
Sí que he ido varias veces. La última, el año pasado, con mi chica. Como no podía ser de otra manera, alquilamos dos bicicletas y lo recorrimos. Ahora es mucho más turístico que antes, más caro y parece un parque temático: Disneyland para hipsters.
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