Farolillos para el caballo de madera
Taiwan celebra el festival de los faroles soltando luminarias llenas de deseos y levantando estructuras de luz en Taipei y Nantou
El pasado 31 de enero entramos en el Año del Caballo de Madera, de acuerdo al calendario chino. Tras las comilonas y el reencuentro con los familiares, la fiesta sigue ahora en Taiwán con diferentes festivales en lo que se conoce como el Pequeño Año Nuevo.
Uno de los festejos más tempraneros es el festival de los faroles en el cielo que se lleva a cabo en el distrito de Pingxi. Con más de cien años de historia, este es uno de los acontecimientos con más tradición en Formosa. Durante la noche miles de personas escriben sus deseos para ponerlos en el interior de los faroles que lentamente subirán hacia el cielo.
La capital ha deslumbrado este año a todos los que se han pasado por el parque Yuanshan con el espectáculo audiovisual Jumping Joy. El artista Lin Shu Min estaba detrás de este teatro virtual protagonizado por la figura de un caballo alado construido con elementos reciclados y la última tecnología. En estos días, el parque Yuanshan se ha llenado de faroles, fabricados con telas especiales, representando la variedad y la historia de la cultura taiwanesa. Uno de los que ha tenido más éxito ha sido el de la vida plebeya.
Pero también hay citas fuera de Taipei que valen la pena. Los más espectaculare, en Zhongxing New Village, en Nantou. Se trata del festival de los faroles, que durará hasta el próximo 23 de febrero en esta región de Taiwán. El plato principal de esta edición es el llamado Caballo de la suerte galopante. Se trata de un farol de más de 45 toneladas de peso y 23 metros de altura en el que se juntan diferentes técnicas artísticas con la última tecnología y más de 200.000 luces LED para crear una figura que, como el mismo caballo del zodiaco chino, pretende traer suerte y prosperidad a los que vengan a admirarlo. Aparte de este gigante luminoso, los visitantes se van a encontrar con faroles representando diferentes animales de la zona, desfiles a casi cualquier hora del día y, por supuesto, fuegos artificiales y muchos petardos. Este festival, el más representativo dentro de todos los que se pueden encontrar a lo largo de Taiwán en estas fechas, se celebra cada año en un lugar diferente de la isla y cumple ahora 25 años de historia, por lo que los festejos prometen ser todavía mayores. La importancia del acontecimiento puede medirse por su más de un millón de visitantes.
En Taitung los locales celebran el festival de los faroles con una curiosa tradición; bombardeando al maestro Handan. Una persona ataviada solo con algunas toallas en la cabeza y unos pantalones cortos se hace pasar por el maestro Hadan y se sube a una especie de trono en el que recibe durante varios minutos la explosión de miles de petardos sobre su cuerpo. El video lo dice todo.
En cualquier caso, si por estas fechas no puede viajar a Taiwán, siempre puede escribir sus deseos, meterlos en una farola particular y dejarlos volar hacia el cielo.
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