‘Makis’ y a volar

Como corresponde a un restaurante de aeropuerto, en Kirei no se puede reservar. Los clientes toman acomodo por orden de llegada antes o después de subir al avión. Se trata de la última aventura de Kabuki, una nueva segunda marca de este prestigioso restaurante. Local de paso, solo para viajeros, situado en la zona comercial de la T-4, después de los controles de embarque.

¿El mejor restaurante japonés de los aeropuertos europeos? Sin duda, mucho más convincente que los consabidos sushi shopsde tantos lugares y bastante más fino que el Itsu del londinense aeropuerto de Heathrow. Ningún país europeo posee pescados de semejante calidad.

En Kirei hay una barra donde se cocina a la vista y mesitas alrededor. La carta, en absoluto escueta, incluye platos calientes tan bien resueltos como el caldo dashi con verduritas, las gyozas (empanadillas) de pollo, las brochetas yakitori y los salteados en wok. Incluso el bol de atún con huevo frito y papas canarias, que no desmerece del que prepara Ricardo Sanz. En su surtido de sashimi, en los nigiris y makis sale a relucir la calidad de los diferentes pescados y la perfección del arroz.

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