Nueve grandes rutas en bici
Del Slickrock trail en Utah, al circuito de los Annapurnas en el Himalaya de Nepal
La bici puede ser un medio de transporte para viajar por el mundo pero también una forma de vivir experiencias impactantes. El planeta está lleno de retos sobre dos ruedas, desde lanzarse por abismos de vértigo en los desiertos de Utah, hasta pedalear respirando el fino aire del Himalaya, a más de 5.000 metros de altitud, en un recorrido con bici de montaña en torno al macizo del Annapurna.
Nueve propuestas de vértigo para ciclistas elegidas por los viajeros de Lonely Planet, en su personal selección de las mejores aventuras que un viajero puede experimentar en nuestros días en escogidos enclaves del planeta.
01 Ciclismo en el Slickrock Trail
UTAH (EE UU)
La emblemática región de Slicrock ha convertido la ciudad de Moab, en Utah, en uno de los destinos más famosos del mundo para los aficionados a la bicicleta de montaña. La propuesta es atractiva: pedalear por el desierto explorando las rocas y poniendo a prueba a los ciclistas más experimentados en abismos de vértigo en el Condado del Coyote.
Fundada por los mormones en 1855 al sur del río Colorado, Moab vivió su época de esplendor durante el descubrimiento de uranio en la región, en la década de 1950. Treinta años después finalizó la Guerra Fría y con ella la industria de Moab. En su lugar llegaron las bicicletas de montaña y la ciudad se convirtió en uno de los destinos preferidos a nivel internacional. ¿Cuántas otras ciudades en el mundo tienen hoteles con taller propio para bicis?
Situado entre los parques nacionales de Arches y Canyolands, los alrededores de Moab son una alfombra de arena y roca roja, la llamada slickrock (roca resbaladiza), por cómo patinaban los cascos de los caballos al pasar sobre ella. Para las bicis, sin embargo, esta arenisca del antiguo territorio navajo resulta muy adherente, lo que permite a los ciclistas desafiar la gravedad ya que las ruedas se agarran excepcionalmente a las abruptas cuestas rocosas.
El circuito que más llama la atención es el Slickrock Trail, posiblemente el más famoso del mundo. Diseñado para la llamada bici de trial, se extiende a lo largo de 20 kilómetros entre Swiss Cheese Ridge y Lion’s Back, una cresta que se alza sobre Moab. Sus rocas anaranjadas son un conjunto de montículos, con salientes que caen en socavones de arena seguidos de duras escaladas.
Además del Slickrock Trail, Moab cuenta con una belleza natural que ayuda a combabir los excesos de adrenalina. Los principiantes pueden admirar las curvas que forman las rocas alrededor de Bartlett Walsh o contemplar las huellas de dinosaurio en el circuito Klondike Bluffs Trail. Los ciclistas con más experiencia prefieren disfrutar de los circuitos Porcupine Rim y Poison Spider Mesa, tan famosos como el Slickrock. Y los más aventureros preferirán las excursiones de varios días por el desierto, en Wite Rim y Kokopell.
Great Lakes Airlines fleta vuelos a Moab desde Denver y Las Vegas y los autobuses Greyhound llegan hasta Freen River, situado a 80 kilómetros, con lanzaderas a Moab. Allí varias empresas ofrecen alquiler y transporte de bicicletas a los puntos de salida de las diferentes rutas.
02 Vietnam desde el sillín
Con terrenos que se adaptan a todo los ciclistas, Vietnam es uno de los países más atractivos del mundo para el cicloturismo. País largo y estrecho, (apenas 50 kilómetros de ancho en algunos puntos), la mayoría de las expediciones en bicicleta lo recorran de norte a sur o viceversa. Otra alternativa es pedalear por el delta del Mekong, al sur de la denominada cesta del arroz de Vietnam, donde se ve la misma cantidad de agua que de tierra: es uno de los lugares con más puentes del mundo.
Quizá la zona más atractiva para hacer ciclismo sea la parte central de Vietnam. Los ciclistas pueden pedalear entre la ciudad de Hue, antigua capital real, y las modernas playas de Nha Trang, alternando zonas montañosas o rutas de arena y mar cuando lo deseen.
La mayoría desea explorar la costa que rodea Da Nang, la romántica región de Hoi An y Mi Son, y subir hasta zonas más altas como Nuon Ma Thuot y Dalat, en las que se abre un espeso bosque hasta las plantaciones de café: Vietnam es uno de los grandes productores de café en el mundo. Si se realiza la excursión en el mes de noviembre, el camino permite contemplar grandes extensiones de grano en proceso de secado.
A primera vista, el tráfico de Vietnam puede resultar desconcertante y peligroso. No hay que asustarse demasiado. Es un remolino de confusión típicamente asiático, pero después de algunas horas pedaleando se descubre un cierto orden dentro del caos , en el que las bicicletas son una parte respetada en la carretera.
La compañía aérea Vietnam Airlines transporta las bicicletas en cajas y el exceso de equipaje es barato. También puedes llevar tu bicicleta en tren, aunque suelen ir en la zona de carga, a veces incluso en un tren diferente. Varias empresas, como World Expeditions y Esocus, organizan tours en bicicleta por Vietnam.
03 ‘Mountain bike’ en Coed y Vrenin
GALES (REINO UNIDO)
Para los ciclistas, Coed y Brenin, en Gales, es un lugar pionero. Fue el primer bosque del Reino Unido que se adaptó al ciclismo de montaña en su modalidad single-track (sentido único). Una zona frondosa llena de rutas bien conservadas para ciclistas de todo condición.
La zona, con árboles inmensos, está en el centro de los extensos valles de los ríos Mawddach, Eden, Gain y Wen, que dibujan unos majestuosos canales a través de los bosques y caen por acantilados de diseño cubista. Este terreno de 3600 hectáreas, aparentemente salvaje, está atravesado por varios centenares de kilómetros de apasionantes rutas de un solo sentido. Es muy apreciado por los ciclistas con cierta experiencia, pero atrae a toda clase de ciclistas, desde profesionales a novatos.
El impresionante centro Coed y Vrenin, ecológico y adaptado a los turistas, tiene bicicletas, cascos de alquiler y mapas de los circuitos. La oficina de turismo de Dolgellau, a unos 8 km del centro, ayuda a buscar alojamiento cercano en cottages, hostales, B&B y hoteles.
04 Recorrer el circuito del Annapurna
NEPAL
El famoso circuito del Annapurna ha pasado de ser una de las rutas de senderismo más famosas del mundo, a convertirse en uno de los destinos en auge del cicloturismo. ¿Qué aficionado de las dos ruedas puede resistirse a subir un puerto de 5.416 metros?
El trekking del Annapurna se abrió a los senderistas extranjeros en 1977 y llegó a ser uno de los más importantes de Nepal. Sin embargo, ha perdido parte de su atractivo durante los últimos años a causa de las nuevas carreteras que recorren sus valles, sobre todo en la primera mitad del recorrido, en la orilla este del río Manangen. Pero al oeste, la avenida de Jomsom, que cruza el valle Kali Gandaki (uno de los más profundos del mundo), está atravesada por un camino de tierra también frecuentado por todoterrenos y motocicletas.
Una red de nuevas rutas en la zona este del valle evitan la nueva carretera, pero para muchos senderistas el esplendor del Annapurna es parte del pasado. En su lugar han llegado los ciclistas, seducidos por la posibilidad de pedalear sobre uno de los circuitos más famosos del planeta y la poco habitual oportunidad de practicar su deporte a una altitud de 5.416 m en Thorung La.
El recorrido es difícil, ya que incluye tramos en los que no se puede circular sobre la bici (alrededor de un 20 por cierto del mismo). Se trata, en realidad, de una travesía de hike-a-bike, que combina el ciclismo y trekking, como la mayor parte del ascenso a Thorung La, en el que hay que bajarse del sillín. Para muchos, esta dificultad añadida enriquece aún más la experiencia, sobre todo cuando el 80% del circuito que se cubre pedaleando es, sencillamente, fascinante.
Cada vez más agencias ofrecen viajes para realizar el circuito del Annapurna en bicicleta. Empieza en Besi Sahar, adonde se puede llegar en autobús desde Katmandú (seis horas) o Pokhara (cinco horas). Desde el final del circuito, en Naya Pul, el regreso en bus a Pokhara lleva unas dos horas, aunque si quedan fuerzas se puede ir en bicicleta por caminos secundarios.
05 Bici sobre hielo
CANADÁ
La carretera atraviesa picos puntiagudos y los campos de hielo más extensos de Norteamérica. Un recorrido en el que los animales merodean como si fueran peatones, el paisaje de montaña es excepcional y que se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los ciclistas de todo el mundo; en algunos días de verano se ven tantas bicicletas como coches.
La ruta se extiende a lo largo de 232 km, desde el lago Louise hasta Jasper, en un recorrido por las Montañas Rocosas. Sobre la bicicleta, se puede disfrutar de todo el entorno: el olor de las praderas, el viento frío de los campos de hielo, los renos que pastan ajenos a la presencia de los ciclistas y la permanente posibilidad de encontrarse con un oso.
Los ciclistas más decididos y en mejor forma pueden recorrer la carretera en dos o tres días, aunque es una lástima pasar por parajes de tanta belleza sin levantar el pie del pedal y detenerse, de cuando en cuando, a contemplarlos sin prisa. Por tanto, resulta recomendable dividir la ruta en cinco jornadas. Se pueden alquilar bicicletas en la estación de esquí de Baff y enviarlas de regreso desde Jasper.
06 El Camino de Santiago en bici
Durante siglos, los peregrinos han atravesado el norte de España a pie hasta Santiago de Compostela para visitar las reliquias del apóstol Santiago. Desde hace años, los senderistas conviven con una nueva modalidad de peregrino, con montado sobre dos ruedas y 27 piñones.
La ruta preferida de estos biciperegrinos es el Camino Francés, empezando en Roncesvalles, descendiendo los Pirineos hasta Pamplona, cruzando La Rioja y la meseta entre Burgos y León, para terminar entrando en Galicia por O Cebreiro hasta pisar la ciudad de Santiago.
La bicicleta de montaña es imprescindible, porque gran parte del Camino transcurre por senderos de tierra. Muchas empresas, como Utracks ofrecen tours o servicio de transporte de equipaje.
07 Pedalear por la Isla del Príncipe Eduardo
CANADÁ
Uno de los circuitos ciclistas más originales del mundo es el que recorre la provincia más pequeña de Canadá, que permite explorar la línea costera y la pequeña capital cosmopolita de Charlottetown.
La pequeña isla del Príncipe Eduardo (IPE) es la única región de Norteamérica que ha prohibido los vehículos motorizados. La espina dorsal de la red de rutas para ciclistas de la isla es el Confederation Trail, un recorrido de 279 kilómetros que la divide en dos. Se diseñó después de que cerrara la vía férrea en 1990, y el trazado se culminó en 2000. Ahora se extiende desde Elmira hasta Tignish, en los extremos este y oeste de la isla.
La ruta comienza en el corazón rural de la isla y se va acercando al litoral marítimo. Desde la costa surge una red de vías que hacen de este circuito un verdadero paseo para hacer sin pausas. La topografía del lugar ayuda: la colina más alta solo tiene 142 metros sobre el nivel del mar y el recorrido es plano.
El viajero puede organizar por su cuenta el recorrido. La compañía Outside Expeditions alquila bicicletas en North Rustico y en Charlottetown lo hace McQueen’s Bike Shop, que además ofrece transporte hasta el punto de partida del circuito de bicicleta de montaña. A través de Turismo IPE, se encuentran más detalles, mapas y descripciones de las rutas.
08 Los puertos del Tour
FRANCIA
El desafío es pedalear siguiendo la estela de las grandes leyendas del Tour de Francia, por las mismas montañas alpinas y pirenaicas que han puesto a prueba y han hecho sufrir a los ciclistas profesionales durante más de un siglo.
El Tourmalet sigue siendo uno de los puertos clásicos del Tour y atrae a miles de aficionados cada año, igual que el Col du Galibier, el primero que se subió en los Alpes en 1911. Claves en la historia de la prueba por etapas más importante del mundo son también el Alpe d’Huez (que se ascendió por primera vez en 1952) y el Mont Ventoux (1951), los dos sobre el valle del Ródano.
En los Alpes y en los Pirineos franceses abundan los organizadores de estos trayectos. Algunos se centran en los puntos más altos del Tour de Francia y se organizan en paralelo a la carrera. Muchos los organizan ciclistas que han participado en la carrera, como el australiano Phil Anderson. Grenoble o Le Bourg d’Oissans son buenos puntos de partida para los puertos alpinos y para buscar información sobre ascensos organizados.
09 La gran divisoria
CANADÁ y EE UU
El trayecto para ciclistas todoterreno más largo del mundo es el que va desde Baff, en Canadá, hasta Antelope Wells, en la frontera entre Estados Unidos y México. Es una experiencia épica que debe digerirse poco a poco. Se la conoce como la Great Divide Mountain Bike Route (GDMBR) y fue concebida por la Asociación de Ciclismo de Aventura a principios de la década de 1990. Más de 4.400 kilómetros de recorrido que por dos provincias de Canadá y cinco estados de estadounidenses, que cruza la divisoria continental de aguas (línea geográfica que separa las cuencas que vierten al océano Pacífico de las que desembocan en el Atlántico y Ártico) una treintena de veces durante el trayecto. Se puede completar la ruta en unos tres meses, a una media de 60 o 70 kilómetros diarios.
Los ciclistas deben de ser autosuficientes. Hay que acampar a menudo y las distancias para aprovisionarse de agua y comida pueden ser largas y difíciles. La mayoría de las ciudades que atraviesa la ruta son pequeñas, así que es mejor llevar repuestos para la bici.
Estas grandes aventuras y otras muchas están recogidas en el libro ilustrado Grandes aventuras. Experiencias impactantes para viajeros intrépidos (Lonely Planet - GeoPlaneta). Más información en www.lonelyplanet.es
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