Solo, sombra o nube
Diez maneras de pedir el café, 29 museos y 100 especies de palmeras. El turismo de cruceros anima la ciudad andaluza. Coplas en El Pimpi y subasta de boquerones en El Tintero
Un puerto renovado para recibir a los cruceristas, que son legión. Un centro peatonal de lujo. Y museos a patás, con los nombres de Picasso y Carmen Thyssen como grandes reclamos. Para comer, pescaíto frito en un barrio marinero o las tapas contemporáneas de Dani García en el centro. Para relajarse, mojitos en la azotea del hotel o tirarse en la playa, como se ha hecho toda la vida. Bienvenidos a Málaga.
8.30 En bici por el puerto
Málaga presume de puerto porque puede y porque le ha costado lo suyo, diez años casi, derribar sus vallas y convertirlo en parte de la ciudad, quizá la más lúdica y vistosa. Por parecidos motivos (porque sí y porque se lo han currado) presumen de tipo quienes corren o pedalean de buena mañana por el Palmeral de las Sorpresas (1), el paseo de medio kilómetro que bordea el puerto asombrado por una pérgola fabulosa, cual esqueleto de gigantesca sierpe marina. Siguiendo su deportivo ejemplo, recorremos el palmeral y el vecino Muelle Uno, entre yates, terrazas y tiendas de moda, y luego, el paseo marítimo que orilla las playas de la Malagueta y de la Caleta. Al volver tiramos, para variar, por el decimonónico paseo del Parque (2), que pueblan árboles tan exóticos y llamativos como el palo borracho, y después por Atarazanas, para ver y oler el mercado central (3) y desayunar un chocolate con churros en el cercano café Casa Aranda (Herrería del Rey, 1), que también nosotros nos lo hemos ganado. La bici se puede alquilar en QQ Bikes (677 17 12 38), en el Muelle Uno. Para los que no quieren sudar hay eléctricas y segways.
10.00 Un referente andaluz
En la ciudad natal de Pablo Picasso hay 29 museos, que pueden parecer muchos, y lo son, hasta que llegan a puerto tres o cuatro cruceros y desembarcan de golpe 7.000 turistas. El Museo Picasso (4) (952 12 76 00) es un imán de extranjeros, que son el 70% de su público, y el Museo Carmen Thyssen (5) (902 30 31 31) está hecho que ni adrede para ellos, pues en sus lienzos pueden ver la Andalucía del siglo XIX, llena de bandoleros, ventas jaraneras y playas salvajes, que es la que les hubiera gustado conocer. El más visitado, sin embargo, es el Centro de Arte Contemporáneo (8), sin duda porque es uno de los mejores de la ciudad y también porque es gratuito. Si sobra tiempo, vale la pena ver el Automovilístico. Y si se viaja con niños, el de Casas de Muñecas, el Alborania-Aula del Mar y el Interactivo de la Música.
12.00 Piedras y árboles con historia
Visitando el teatro romano (7) (951 50 11 15), la alcazaba musulmana (8) (952 22 72 30) y la catedral (9) renacentista (952 22 03 45) se ve y se palpa buena parte de la historia de una ciudad que lleva 3.000 años haciéndose y rehaciéndose sobre los dos palmos de tierra llana que hay entre el monte y el mar. Otra buena parte se podrá ver cuando se inaugure la nueva sede del Museo de Málaga, que iba a estar lista en 2011 y ahora dicen que a finales de 2014. Es el cuento de nunca acabar. Como la catedral, que se tiró 254 años en obras y aún se quedó con la torre sur a medias (por eso la llaman la Manquita). También tiene una historia que contar el Jardín de La Concepción (10): la de los burgueses que amasaron fortunas en el siglo XIX y vivían rodeados de esculturas romanas, ficus y palmeras de 100 especies.
14.00 Vino dulce, pescaíto y Burger Bull
Desde 1840, el aperitivo se toma en la Antigua Casa de Guardia (11) (Alameda Principal, 18). Luego, lo suyo es ir a comer pescaíto frito y espetos de sardinas a El Cabra (952 29 15 95), a El Lirio (952 29 00 22) o a El Morata (952 29 26 45), los tres en el paseo marítimo de Pedregalejo (12), y aprovechar para darse un baño en la playa. En otro barrio tradicional, El Palo (13), está El Tintero (Playa del Dedo, s/n; 952 20 68 26), donde los camareros subastan los platos (¡boqueroncitos, boqueroncitos llevo!) y se los queda el más vivo. Si preferimos no movernos del centro, tenemos las tapas clásicas —la que más, los bartolitos— del bar Orellana (14) (Moreno Monroy, 5) y las modernas —como la Burger Bull, de rabo de toro— del Manzanilla (15) (Fresca, 12), del chef Dani García, que está a la vuelta de la esquina.
17.30 Calle y pasarela
El centro del centro, donde se compra y se desfila con lo que se ha comprado, es la calle de Larios, que está entoldada cuan larga es y solada con mármol pulido, como toda la parte peatonal. Si llueve, resbala. Pero es que Málaga no es Lugo. Para ver bien el desfile, en la plaza de la Constitución, tenemos la terraza del centenario café Central (16). Dentro, un panel de azulejos nos enseña las 10 formas que hay en Málaga de pedir un café, que son, de más a menos cargado: solo, largo, semilargo, solo corto, mitad, entrecorto, corto, sombra, nube y “no me lo ponga” (un vaso vacío).
19.00 Atardecer en el monte Gibralfaro
A tomar otro café subimos al parador de Gibralfaro (17), cuya terraza ofrece una óptima vista de la ciudad y la bahía. Pero a tomar un nube rápido, porque ya es mucho café y queremos visitar el castillo de Gibralfaro, que cierra a las 20.00. Aquí resistió El Zegrí tres meses largos el asedio de los Reyes Católicos y luego pagaron el pato todos los habitantes de la ciudad, que fueron hechos esclavos. Al salir, esperamos en el mirador a que se acueste el sol, entre parejas extasiadas y fotógrafos de crepúsculos. Para subir hemos cogido el autobús 35, porque andando es mucha tela.
21.30 Langostinos con cante
Si somos carnívoros, cenaremos en La Reserva 12 (18) (Bolsa, 12; 952 60 82 18). Si piscívoros, en Los Mellizos (19) (Sancha de Lara, 13; 952 22 03 15): muy rico el arroz a la marinera. Y si queremos algo típico, pero típico a rabiar, nos tomaremos unos langostinos a la plancha escuchando coplas en El Pimpi Florida (Almería, 13), una tasca jocunda y flamenca de El Palo donde no cabe un alfiler. Todo lo contrario —cómodo, muy fashion, con seis mesas y una estrella Michelin— es el restaurante José Carlos García (952 00 35 88), en el reluciente Muelle Uno.
23.00 Copas en la azotea
En Málaga es costumbre cada vez más extendida despedir el día con unos mojitos en las azoteas de los hoteles. Las terrazas más céntricas y deseadas son las del Room Mate Larios, el AC Málaga Palacio y el Molina Lario, todas a tiro de la catedral. Para copas a nivel de calle, explorar la plaza de Mitjana.
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