Racimo a racimo

He aquí un nuevo acierto del Grupo Chivite, ahora bajo la sagaz dirección de Julián Chivite, que de tomar el pulso al mercado y dar satisfacción a los gustos de los consumidores sabe un rato. Situándose en la franja de precio de los diez euros ha lanzado un tinto crianza riojano con el perfil de un moderno vino de terruño y una producción ajustada al viñedo propio. ¡Chapó!

Para tan loable decisión cuenta con un excelente enólogo, Vicente Bouyer, diplomado por Burdeos y forjado profesionalmente en distintas zonas francesas. Maestro del battonage (removido periódico del vino con sus lías finas), todo un arte que exige buen pulso enológico, y de la crianza mesurada en roble, ha conseguido un vino donde la fruta muestra orgullosa su origen sin tener que bregar con la madera.

Las uvas, recolectadas racimo a racimo, parten de cepas cultivadas en vaso según la mejor tradición. La buena mano y mejor materia prima hacen el milagro de un tinto de sugestivo y elegante afrutado, en armonía con las notas florales, el frescor balsámico y las especias. Y en boca emerge la fruta de sus jugosos y maduros taninos, lo que le imprime el carácter del mejor riojano alavés.