Si esto es un judión, no estamos en Versalles
Un horno donde aún se sopla el vidrio y un almacén de nieve. Cama en casa de los infantes o en la antigua cárcel. Senderos, alambiques de whisky y gamos muy confiados en tierras segovianas
La idea era abdicar y retirarse, aún joven, a un discreto refugio en la sierra de Guadarrama. Pero no pudo ser. Felipe V, muy a su pesar, hubo de reinar hasta el último día, y el refugio se acabó pareciendo a los palacios y jardines de su abuelo, el Rey Sol. De ahí el doble encanto de La Granja: un lugar muy palaciego, pero al tiempo muy rústico y serrano, para andar con mochila, comer judiones y tomar una copa de segoviano.
8.00 Paseo regio por el Eresma
A La Granja se puede ir por Segovia, pero lo suyo es ir como iban los reyes, por el puerto de Navacerrada, siguiendo la carretera (M-601) que trazó Juan de Villanueva en 1778 a través de uno de los más bellos pinares del mundo. Tres kilómetros antes de llegar a La Granja, en el barrio de Valsaín, otro camino regio: las Pesquerías Reales (1) la senda que acondicionó Carlos III para pescar en el Eresma en plan ilustrado, sin enlodarse el borceguí. Es una hora larga paseando río arriba, hasta el área recreativa de La Boca del Asno, entre aguas bravas, pinos albares estratosféricos y puentes tan curiosos como el de los Canales, un acueducto del siglo XVI. El folleto de la ruta se descarga en la web del Centro Nacional de Educación Ambiental, que se halla también en Valsaín y organiza paseos didácticos y exposiciones.
10.00 Un laberinto kilométrico
“Tres minutos me diviertes y tres millones me cuestas”. Es el famoso reproche que Felipe V le hizo a una de sus 26 fuentes palaciegas (2), y es que ni enchufadas al Amazonas podrían correr todas juntas sin parar. Solo lo hacen contados días, de los que se informa en Patrimonio Nacional (921 47 00 19). Si se va con niños, lo más divertido es el Laberinto y sus 2,5 kilómetros de senderos. Si se va a hacer fotos, la mejor se saca desde lo alto de la Cascada Nueva, con la fachada de piedra rosa de Sepúlveda del palacio como telón de fondo. Hay paseos mitológicos que se reservan en la oficina de turismo (plaza de los Dolores, 1; 921 47 39 53). En el palacio (3) se ven algunos de los tapices de la casi infinita colección de la Corona española. Y en la colegiata (4), el sepulcro de Felipe V, el rey que menos quiso reinar y, al final, acabó haciéndolo más que ningún otro monarca español: 45 años.
12.00 Tres viejas industrias
Para proveer de copas y lámparas al palacio se creó en 1727 la Real Fábrica de Cristales (5) (paseo del Pocillo, 1; 921 01 07 00), donde aún se siguen haciendo igual que entonces, aunque con más público: el maestro soplando la ampolla incandescente con la caña, rojo como un demonio. Otra vieja industria, la del frío, se recuerda en el Pozo de la Nieve (6) (Pozo de la Nieve, s/n; 921 47 39 53), un depósito del siglo XVIII donde se almacenaba el hielo en invierno para hacer sorbetes en verano, el cual ha sido objeto de una espectacular rehabilitación en 2011, cubriéndose con una bóveda esférica de cristal que le da cierto aire de planetario. Menos años, solo 55, tiene DYC (7) (921 44 92 50), la destilería de whisky del vecino Palazuelos de Eresma, pero no más entrar en ella se descubre un molino del siglo XV. Es una de las muchas sorpresas que depara la visita. Como los monumentales alambiques de cobre o los tejados en forma de pagoda, al estilo de las destilerías escocesas. O como enterarse de que Nicomedes García, el fundador, fue también el inventor del toro de Osborne.
14.00 Un rey regordete y tierno
Primero fue alimento de faisanes y caballos; luego, de sirvientes, y hoy nadie quiere comer otra cosa. El judión es el rey de La Granja, un rey regordete, tierno y campechano que se puede encontrar en todas partes, pero con dos grandes palacios: Casa Zaca (8) (Embajadores, 6; 921 47 00 87) y La Hilaria (9) (Valsaín; 921 47 02 92). Cocina creativa en La Granja no hay, pero algo más moderno que los judiones, el cochinillo asado y los huevos con todo sí se hallará en el restaurante Martinho (10) (Valenciana, 5; 921 47 01 98).
16.00 Safari en Riofrío
Aunque está a 17 kilómetros y varios pueblos más allá, el palacio de Riofrío (11) (921 47 00 20) también pertenece a La Granja. Lo construyó Isabel de Farnesio para no tropezarse en el otro palacio con su hijastro Fernando VI. Por eso está tan lejos. Más que el palacio, lo que atrae a los visitantes es la experiencia de atravesar en coche el encinar acotado de 700 hectáreas donde pastan y ramonean miríadas de ciervos y gamos, casi al alcance de la mano. Quizá no había tantos cuando los cazaban los reyes, o eran menos confiados, o se les disparaba a bocajarro y allá penas. También se puede cruzar el bosque a pie, sin pagar nada.
18.00 Productos artesanos
Dos comercios muy cucos para llevarse un buen recuerdo. Uno, la Tienda de la Plaza (12) (plaza de los Dolores, 11): judiones, repostería artesana, pan… Y dos, La Casita de Cristal (13) (Cuartel Nuevo, 8): piezas de La Granja, de Bohemia y de Sèvres.
20.30 Tapas de premio
La Casa de los Embajadores (14) (Embajadores, 7; 921 47 29 40) es un restaurante de decoración muy moderna y reluciente, con barra de pinchos self-service estilo Donosti. Cien por cien segoviana, La Taberna del Pelón (15) (Carral, 4; 921 47 00 57) es otro buen lugar para tomar de pie una tapa de cochifrito o una cazuelita de sopa castellana. En la cervecería irlandesa The Wild Geese (16) (Embajadores, 5), las Guinness se acompañan con empanadillas caseras y otras tapas que han ganado premios. La velada se puede prolongar junto a la chimenea de La Fundición (17) (plaza de la Calandria, 1), donde se fundieron las estatuas para las fuentes de palacio, que, por cierto, no son de bronce, sino de plomo pintado.
23.30 Pequeña prisión con encanto
A cuerpo de infante se está en el parador de La Granja (18) (Infantes, 3; 921 01 07 50), que ocupa la inmensa casa que Carlos III construyó para sus hijos Gabriel y Antonio, hoy salpicada de modernas esculturas, chorros de spa y bolas de simulador de golf. También tiene un spa, de estilo zen, el Isabel de Farnesio (19) (travesía de la Reina, 4; 921 47 10 78). Y una historia, porque mucho antes que hotelito con encanto fue casa-cárcel del Real Sitio.
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