Diez formas de celebrar San Patricio
El 17 de marzo Irlanda celebra su patrón con pintas en los pubs y desfiles en las calles
El 17 de marzo, día en el que murió San Patricio, Irlanda hace honor a su apodo. La isla esmeralda se tiñe de verde en un alarde de orgullo patrio para dejarse arrastrar por todo lo que recuerde a este país. Empezar con un contundente desayuno irlandés, reunirse en torno a una pinta (o las que caigan), pasar el día en una montaña tocada por San Patricio en el siglo V… Estos son diferentes planes para disfrutar de una jornada a la irlandesa.
De verde y a lo loco
Una camiseta, el pantalón, una chaqueta. Conviene rescatar algo de color verde del fondo de armario. El uniforme para el día de San Patricio incluye también vistosos complementos: grandes gafas a lo Nochevieja, gorros enormes que recuerdan a los leprechaun, esos duendes de la mitología irlandesa que vigilan el tesoro escondido al final del arcoíris, o bártulos con forma de trébol. Se dice que San Patricio utilizó uno de tres hojas para explicar la Trinidad.
Con la tripa llena
Como el día promete ser largo, mejor empezarlo con un desayuno irlandés completo: salchichas, carne de cerdo, dos huevos fritos, black pudding (una especie de morcilla), patatas, champiñones, tostadas y judías blancas. Para beber, una buena taza de té. Y a la hora de comer o de cenar, se puede elegir entre un par de platos tradicionales: col y bacon (pero no el crujiente, sino carne de cerdo hervida) o estofado de carne.
En un 'pub' irlandés
Pocos sitios como el pub para encontrar la esencia irlandesa. Aquí casi todo se celebra en torno a una pinta. Y si es San Patricio, en algunos bares las cervezas se ponen literalmente verdes. El ritual tiene un plus en sitios como el Brazen Head en Dublín, o el Sean’s Bar en Athlone. Ambos dicen con orgullo ser el pub más antiguo de Irlanda. El Johnnie Fox’s asegura además ser el más alto del país: está en Glencullen, en las montañas de Dublín.
En la catedral de San Patricio (en Dublín)
Se dice que San Patricio estuvo en Irlanda en el siglo V. La leyenda cuenta que, en Dublín, en el lugar donde hoy se erige la catedral, había un pozo donde el patrón irlandés solía bautizar a los paganos que se convertían al cristianismo. El edificio actual, del siglo XIII, cuenta su vida en coloridas vidrieras. La visita a la capital debe incluir los 2,5 kilómetros de pura diversión que recorre el desfile del 17 de marzo, además de muchas otras actividades programadas para un fin de semana que, esta vez, durará cinco días.
Desfiles en cada rincón
Dicen en Wexford que el suyo es uno de los desfiles de San Patricio más antiguos de la isla. Empezó en 1917 y continúa hasta hoy. Solo se interrumpió durante la II Guerra Mundial. El de Galway, en la costa oeste, atrae a unas 50.000 personas y el de Dunmanway, en el condado de Cork, es de lo más rural: el club de coches antiguos de la localidad y el Johnstown Vintage Club sacan vetustos vehículos y tractores para poner color al desfile. Curiosamente, el más popular, grande y antiguo es el de Nueva York. El 17 de marzo de 1762 un grupo de soldados irlandeses alistados en el ejército británico comenzaron a marchar por las calles de la ciudad, entonces territorio colonial. La música irlandesa les llevó por unas horas a su verde Irlanda. Hoy el desfile es una gran fiesta con más de 150.000 participantes y seguida a pie de calle por más de dos millones de personas.
A ritmo celta
El arpa como imagen y símbolo del país. El violín, fiddle, como sonido. Y el acordeón, la gaita irlandesa, una pandereta que se llama bodhran y el banjo. En el festival TradFest de Kilkenny todo girará en torno a la música tradicional. Para disfrutarla en los pubs y también para aprender a tocarla y a bailarla. Músicos y bailarines irlandeses descubrirán sus secretos en varios talleres.
Un día en las carreras
Las carreras de caballos son también muy populares en Irlanda. En Limerick, al oeste del país, San Patricio se vive entre apuestas y con la emoción de ver volar a los caballos. El sábado 16 y el domingo 17 de marzo se celebran siete carreras cada día. El precio de la entrada es de 15 euros, gratis para menores de 16 años.
Buscando el trébol en el jardín
También hay un día de San Patricio que se vive en familia, porque los niños tienen su papel en este juego. La Powerscourt House, en Enniskerry, en el condado de Wicklow, ha preparado, junto a Imaginosity, el museo del niño de Dublín, un programa de actividades para el lunes 18 de marzo, que en Irlanda es festivo: bailes para vivir el ritual de un auténtico ceili (un festejo de danzas tradicionales), talleres de pintura facial y lo que llaman Shamrock Hunt, una gymkana por sus impresionantes jardines en la que todas las pistas te llevan a un trébol.
Una ermita perdida en Connemara
En las Maumturk Mountains, cerca del Parque Nacional de Connemara, hay un lugar de peregrinación donde estuvo San Patricio para bendecir este lugar de belleza inhóspita. Se llama Maumean Mission y tiene un oratorio, un altar, una estatua y otras reliquias que recuerdan al santo. Lo mejor está en el camino, porque los nueve kilómetros de ruta, desde el aparcamiento en Maumean hasta Maum, recorren un paisaje muy especial durante una caminata de tres horas y media.
Un día para los O’Malley
Irlanda celebra este año The Gathering, una buena excusa para que aquellos irlandeses que viven fuera de la isla se reúnan y vuelvan de visita a los orígenes. En Murroe, el día de San Patricio será el de los O’Malley. En este pueblo de 800 habitantes, situado a 15 kilómetros de la ciudad de Limerick, los O’Malley han tirado del hilo y han encontrado más de 1.500 nombres en el árbol familiar. Esa cifra incluye los O’Malley de Irlanda (nueve generaciones en Murroe desde finales del siglo XVIII) y “otros descendientes que han vivido durante generaciones en Australia, Nueva Zelanda, Europa y Estados Unidos, entre otros países”, explica Ted O’Malley. Son de la familia pero no se conocen. Unos 300 adultos y 100 niños participarán de esa fiesta de los ancestros, donde se recogerán fotografías en blanco y negro para saber más de la historia del clan.
Proponemos diez formas para celebrar Saint Patrick's Day en territorio irlandés, pero se calcula que hay unos 80 millones de irlandeses, y sus descendientes, dispersos por medio mundo. La diáspora se acentuó especialmente después de la Gran Hambruna, a mediados del siglo XIX. Con el tiempo, la cultura irlandesa se ha extendido, y enraizado, en Estados Unidos, Canadá, Australia…, así que San Patricio, Paddy para los amigos, también se celebra en medio mundo. En Chicago el 16 de marzo teñirán el río de verde. En Boston el desfile atrae la mirada de hasta un millón de personas. Algunos también se animan a seguir la Ruta de la herencia irlandesa. Lo festejan en Moscú, Argentina y Japón. En Toronto se ponen solidarios y lo celebran corriendo cinco kilómetros por una buena causa.
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