¡Viva lo ‘kitsch’!
De Bollywood a un monumento al enema en Rusia, 10 lugares entre lo divertido y lo delirante
¿Estás harto de los destinos que parece perfectos, como de tarjeta postal? ¿Cansado de los sitios exquisitos y elegantes (y tan parecidos unos a otros)? Pues estás de enhorabuena: el Planeta es muy grande y aún quedan muchos lugares deslumbrantemente horteras, brillantes como un caldero de latón, chillones y descarados. De puro kitsch, resultan divertidos e interesantes. Os proponemos un viaje por diez rincones de gusto, al menos, cuestionable.
01 Monumento al enema
Zheleznovodsk, Rusia
Más que hortera es sorprendente, y hasta de mal gusto. No se encuentran todos los días monumentos a una lavativa y por eso sorprende especialmente la estatua de bronce levantada en 2008 en la ciudad balnearia de Zheleznovodsk. Tres querubines sosteniendo una lavativa de 360 kilos, con la que se honraba uno de los tratamientos estrella del popular balneario: los enemas de agua mineral que brota de los manantiales que rodean la ciudad. Durante la inauguración del monumento se descubrió una pancarta en la pared del balneario anexo Mashuk-Akva Term que proclamaba: “Venzamos el estreñimiento y los descuidos con enemas”.
El principal centro de aguas termales de la región esta cerca de Pyatigorsk, desde donde el ‘marshrutka’ (taxi compartido) número 113 sale del mercado superior hacia Zheleznovodsk.
02 Estatua de Rocky Balboa
Žitište, Serbia
No nos resistimos a incluir en este listado de lugares que rayan en el mal gusto una curiosa estatua dedicada a Rocky Balboa (sí, el de las películas), erigida en una remota ciudad de Serbia. Si alguien ha visto las seis entregas de la saga Rocky, se habrá dado cuenta de que Balboa jamás peleó en el país balcánico, pero eso no fue obstáculo para que la pequeña ciudad de Žitište levantara este homenaje, en bronce y de tres metros de altura, al gran boxeador de Hollywood. Inaugurada en 2007, la obra remitía al espíritu luchador de la localidad serbia tras varios años de mala racha (inundaciones) y mala publicidad (asesinatos). El argumento que justificó el monumento fue el siguiente: puesto que Rocky Balboa tuvo que luchar mucho para conseguir todo lo que tenía, quizá provenía de Žitište.
Žitište está a unos 90 kilómetros al norte de Belgrado, cerca de la frontera con Rumania.
03 Bollywood
Mumbai, India
Mumbai (Bombay) es el rutilante epicentro del cine indio. Aquí se ruedan más de mil películas al año, más que en Hollywood, algo lógico si se tiene que cuenta que su mercado abarca una sexta parte de la población mundial (además de los indios exiliados). Esta exuberante industria cinematográfica no solo es la más antigua e importante del mundo, sino también la responsable de algunos de los momentos más audaces, extraños y encantadoramente kitsch del séptimo arte. Por supuesto, los pósteres que promocionan las películas de Bollywood son un fiel reflejo de este mundo. Hasta hace unos pocos años, los carteles eran pintados a mano en cada ciudad por los artistas locales, con diferentes grados de calidad, lo que a veces resultaba en unas estrellas irreconocibles. Con la introducción de las técnicas digitales, aquellos anuncios pintados a mano se han revelado como obras de arte, con exposiciones en Londres o Milán.
El mejor lugar para admirar algunos de los más destacados carteles es Mumbai, capital de Bollywood. Aquí se puede incluso trabajar como extra para ganar un dinerillo: los estudios necesitan actores occidentales para añadir un toque exótico o lucir ropa provocativa que los indios se niegan muchas veces a ponerse. Los interesados sólo tienen que moverse por Colaba y los encargados de los estudios que reclutan extras para el rodaje del día siguiente se pondrán en contacto con los interesados.
04 ‘Pubs’ de ‘Cosplay’
Tokio, Japón
Si disfrutas disfrazándote de colegiala, de personajes de Dragon Ball o de Hello Kitty, tienes casi obligatoriamente que ir a Tokio y concretamente a alguno de los numerosos pubs de cosplay (del inglés costume play; juego de disfraces), donde las estrellas del manga, los vídeojuegos y el anime (dibujos animados nipones) cobran vida. El barrio de Akihabara es perfecto para entrar en este mundo donde guerreros de expresión severa con el pelo azul y la ropa plateada toman cerveza mientras unas chicas de aspecto inocente juegan a cosas de niñas y pestañean como el mismísimo Bambi. Todo esto forma parte de Tokio, donde hay centenares de tiendas de anime y manga e incluso barrios, como Nakano, en los que han proliferado las tiendas de segunda mano para coleccionistas.
Un sitio para probar lo que es el cosplay es el Comiket (www.comiket.co.jp), el mercado del comic que se celebra dos veces al año en Tokio (agosto y diciembre, Tokyo Bigh Sight). Es una reunión masiva de manga amateur, en la que los fans se disfrazan con el atuendo de su personaje favorito. Aunque parezca un poco tonto, los jóvenes japoneses lo llevan a otro nivel y el escepticismo puede mutarse en admiración.
Para zambullirse y perderse de verdad, hay que ir a Akihabara, la ciudad eléctrica y barrio de la electrónica por excelencia del centro de Tokio, con muchas tiendas de anime y manga. No hay pérdida, lo delatan las tiendas de electrónica. Un buen sitio para descubrir el lado más salvaje del Tokio fetichista es el @Home Café de Akihabara, donde al cliente se le recibe como “amo”. Nada está relacionado con el sexo; todo es una diversión inocente para los otakus (aficionados). Ocupa cuatro plantas de varias temáticas, desde princesas del pop al antiguo Japón, según el día.
Otra buena dirección es Tokyo Anime Center, que vende artículos de recuerdo relacionados con el ‘anime’ y el manga.
05 Russian Kitsch Restaurant
San Petersburgo, Rusia
Mármol verde, bronces pulidos, guirnaldas de flores, frescos en el techo, sofás divinos y una galería llena de bustos desnudos. No falta de nada en el exuberante Russian Kitsch Restaurant, uno de los más clásicos restaurantes de San Petersburgo, donde se respira un aire de falsa elegancia tan en línea con el dudoso gusto de los nuevos ricos rusos.
A pesar de su opulencia carente de gusto, el ambiente es muy relajado y lo único fuerte que se aprecia es el vodka. La carta es un reflejo de lo absurdo de la decoración, con platos que no casan, como arenque marinado con pistachos. Pero no hay que tomarlo en serio, en realidad es un guiño a la nueva estética rusa: el interior recrea un típico piso de los llamados nuevos rusos y la decoración combina el lujo con la auto-burla, con divertidos lienzos épicos, o con los nombres de las salas. Una se llama Besos, en honor a un mural que representa a Leonid Ilyich Brezhnev en los brazos de Fidel Castro.
Se impone ataviarse acorde con la ocasión. El restaurante está en la isla Vasilievsky (25 Universitetskaya Naberezhnaya). Una experiencia divertida que conviente tomar con humor
06 Grottenbahn
Linz, Austria
Otro de los paraísos kitsch entre los parques temáticos del mundo se encuentra en el mirador de Grottenbahn, en lo alto del monte Pöstlingberg. Este pequeño parque es de finales del siglo XIX y principios del XX, y desde entonces las familias lo disfrutan entre gnomos y personajes de cuentos. Porque los protagnistas aquí son los gnomos, quintaesencia de lo kitsch.
A este curioso lugar se accede en un tren con forma de dragón que traquetea por un paisaje repleto de duendes retozando, estalactitas relucientes, criaturas del bosque y personajes de los cuentos de los hermanos Grimm. Una vez arriba, se acentúa la presencia de los célebres escritores alemanes, con cuadros de sus cuentos. El parque tiene un aire ligeramente inquietante (quizá sean los gatos disecados), pero si te gustan los gnomos y las luces de colores, te gustará. Seguro.
Grottenbahn está en la cima del Pöstlingberg (537 m), a cuyos pies se alza la ciudad de Linz. Se puede subir tranquilamente a pie o pasar 15 emocionantes minutos en el tren de vía estrecha Postllingbergbahn, que sale cada 20-30 min. Aparece en el libro Guinness como el funicular más empinado del mundo, toda una hazaña para una ciudad a tan escasa altitud como Linz.
Grottenbahn abre de 10.00 a 17.00 (18.00 jul-fin ago).
07 Blackpool
Reino Unido
Más de seis millones de personas llegan cada año a Blackpool, la gran población costera de vacaciones de Inglaterra. Después de Londres, es la ciudad más visitada del país. ¿Y qué tiene para hacerla tan atractiva? A simple vista nos puede resultar hortera y un poco chabacana, pero a Blackpool no le importa, y tampoco a todos sus turistas, que recorren su famosa torre (inspirada en la Torre Eiffel parisina), sus tres muelles, el Pleasure Beach y su iluminación, una estratagema excelente para alargar la breve temporada estival. Desde principios de septiembre a principios de noviembre, sus ocho kilómetros de paseo se iluminan con miles de bombillas y luces de neón. A Blackpool no le falta de nada: un histórico salón de baile funciona desde 1894 y el circo sigue funcionando de forma ininterrumpida desde la misma fecha. Para amantes de los ambientes decadentes y de los ambientes populares es perfecto.
Hay trenes directos a Blackpool desde Manchester y Liverpool; casi todos los demás son vía Preston.
08 Parque de las grutas
Druskininkai, Lituania
También conocido como El mundo de Stalin, el Parque de las grutas es un curioso museo o parque temático, irónico y con mucho humor negro, dedicado a la ocupación soviética del país. Las estatuas de personajes soviéticos adornan un jardín junto a recreaciones de gulags (verjas electrificadas y torres de vigilancia de madera incluidas). Incluso estaba previsto transportar a los visitantes en una camioneta de ganado, pero se desechó la idea por la oposición pública. La visita se completa con espectáculos curiosos, como Stalin pronunciando discursos, pioneros soviéticos cantando las glorias del trabajo, o Lenin sentado pescando a orillas de un río. Indescriptible.
Lo bueno del lugar es que está en una ciudad balneario del siglo XIX, la más elegante y antigua de Lituania, que durante la época soviética se llenaba de ancianos y enfermos en busca de los tratamientos milagrosos que se ofrecían en sus enormes sanatorios.
Más información sobre precio, ubicación y cómo llegar en www.grutoparkas.lt.
09 Tiki Ti
Los Ángeles, California
Entre las recomendaciones del turismo kitsch no podría faltar un bar polinesio, conocidos como bares tiki, y si lo encontramos en Estados Unidos, tenemos garantías de que será más kitsch que cualquier otro rincón del mundo. Básicamente, un tiki bar es un local temático que recrea las islas polinesias y su ambiente tropical, extravagantes cócteles incluidos: el paradigma de lo kitsch fuera de su contexto original.
Los hay por todo el mundo pero proponemos asomarnos al Tiki Ti, en Los Ángeles, un gran ejemplo, con figuras tikis y demás por doquier. Si no se sabe qué tomar, basta con hacer girar la ruleta de las bebidas. Su carta ofrece hasta 92 opciones tropicales, y ya van por la segunda generación de bármanes tikis: el propietario, Ray Buhen, abrió el local en 1961, y ahora son su hijo y su nieto quienes lo regentan. Hay que probar sus combinados; si pide el Uga Buga, toda la sala gritará lo mismo: “¡Uga Buga!”. Además de recomendable es muy divertido.
El bar abre hacia las 16.00. Se recomienda consultar antes su web (www.tiki-ti.com), no vaya a ser que estén de vacaciones.
10 El Duomo
Siena, Italia
Decir que el Duomo de Siena es hortera es muy arriesgado y, seguramente, muchos no estén de acuerdo. Lo que si es indudable es que resulta un tanto recargado y chillón, no apto para gustos muy sensibles que seguramente preferirán otras bellezas de la ciudad, como la misma Plaza del Campo. El Duomo es uno de esos edificios de estilo gótico italiano, con esos exteriores de franjas que tanto nos chocan. El motivo rayado continúa en las columnas del interior, donde se acompañan con techos abovedados pintados de azul con estrellas doradas. La catedral de Siena posee un púlpito de mármol y pórfido con una ornamentación excesiva, obra de Pisano (si se echa una moneda se ilumina), además de un suelo de mármol decorado. Resulta maravillosamente intenso, pero, después de un rato, es casi imprescindible descansar la vista un rato. El esfuerzo merece la pena: la escultura de Juan Bautista de Donatello es exquisita, y bajo la catedral, en el baptisterio, se encuentra la magnífica pila bautismal con bajorrelieves de Donatello, Ghiberti, Jacopo della Quercia y otros escultores del siglo XV.
La Piazza del Campo y el resto del casco histórico de Siena es una auténtica maravilla, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Se recomienda probar los ‘pici’, la pasta tradicional de Siena, en el elegante Al Marsili, situado en Via del Castoro.
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