Moda con ganas de color

Diez años atrás, la moda holandesa era prácticamente invisible en el panorama internacional. Poner el diseño holandés en el mapa fue una de las razones que llevó a Angelique Westerhof a fundar en 2001 la Dutch Fashion Foundation (Fundación Holandesa de la Moda). Westerhof, en un recorrido por Ámsterdam, nos recomienda las tiendas de moda y diseño SPRMKT (Rozengracht, 191-193; www.sprmkt.nl), Droog (Staalstraat, 7B; www.droog.com) y The Frozen Fountain (Prinsengracht, 645; www.frozenfountain.nl). Ámsterdam tiene también una gran oferta de tiendas vintage, de las que Angelique Westerhof recomienda Laura Dols (Wolvenstraat, 7; www.lauradols.nl) y Episode (Waterlooplein, 1; www.episoe.eu). Para ella hay además dos visitas imprescindibles: una sería a Artis, el zoo de Ámsterdam (www.artis.nl), y otra, al Museo de Fotografía Foam y a su recién inaugurado espacio Fashion Foam (www.foam.nl). Para cenar, un italiano con encanto, Toscanini (Lindengracht, 75; www.restauranttoscanini.nl), famoso por sus panes y pasta fresca casera.

Después de recomendarnos este recorrido, Angelique Westerhof habla de la moda holandesa, a la que define como "un estado mental". "Los holandeses están preparados para trabajar con conceptos, pero en los últimos años la aproximación emocional ha sido también un objetivo. Ser holandés implica tener la capacidad de proyectar a través de diversas disciplinas y de una mentalidad abierta y un toque de humor". Atrás quedaron los tópicos de que en Holanda el estilo es sobrio y se evitan los colores. "Los habitantes de Ámsterdam han abrazado un estilo más internacional y creo que quieren más color. Un buen ejemplo es Bas Kosters, con sus explosiones de color. Yo diría que el futuro luce brillante y colorido para los holandeses".

El Ministerio de Asuntos Económicos, Agricultura e Innovación apoya la moda holandesa, ayudando a exportar la campaña Dutch Touch, a través de la cual las marcas holandesas están presentes en París, Milán y Florencia. Pero la excitante tarea de impulsar este sector implica también importantes retos. "Ahora estamos en un momento en el que la moda holandesa se ha situado en el mapa", dice. "Pero si lo que queremos es formar parte de los centros alternativos de moda como Amberes, Berlín y Estocolmo, tenemos que tomar la decisión de qué dirección tomaremos. Una decisión que debe ser tomada conjuntamente por compradores, educadores, cuerpos gubernamentales, medios de comunicación y el resto de la industria de moda holandesa".