Se lleva el 'citroturismo'
Entre un 'lodge' asturiano perdido en la espesura y la búsqueda del descanso verdadero mediante la terapia con cítricos, siete propuestas de hostelería detallista para una semana santa, además de religiosa
Sumidos en la natura o asomados al Mediterráneo; con retazos andalusís o rendidos a la cultura spa, con terapia de cítricos y jacuzzi a los pies de la cama incluidos. Propuesta para pasar una Semana Santa, además de religiosa, gracias a una selección de hoteles que vuelve a poner en relieve una condición desgastada (por uso excesivo e indebido) durante los últimos tiempos: encanto y derroche de buen gusto entre comodidades de un lujo esmeradamente diseñado.
01 Sin móvil ni televisión
La Reserva Lodge fue en su día un refugio de cazadores en pleno centro de la Reserva Natural de Redes, Asturias. Ahora se ha convertido en una de las máximas y más auténticas expresiones del aislamiento voluntario, en forma de hotel pequeño y acogedor. Aquí no hay cobertura para el móvil, ni señal terrestre de televisión. Su excepcional ubicación tampoco permite el acceso de vehículos no autorizados por lo que disponen de un servicio de transporte diario en horarios concertados. A cambio, sirve como puerta de embarque para rutas de entre cuatro y ocho horas con guía por el parque natural, declarado Reserva de la Biosafera, en las que se puede observa desde primera fila la fauna ibérica que habita los alrededores del Pico Torres.
02 El 'citroturismo' es lo que se lleva
Kilómetros y kilómetros de variedades citrícolas como mandarinos, pomelos o limoneros, rodean al hotel valenciano Mas de Canicatti. Todas las habitaciones cuentan con jardín o terraza junto al campo de naranjos, cuenta con una propuesta especial para Semana Santa y el Circuito Orange Spa Relax proporciona sensaciones únicas diferentes a base de cítricos y hierbas aromáticas. Un Relais & Chateaux en clave mediterránea a media hora de Valencia.
03 Mediterráneo de fondo
En la cúspide de una roca, sobre la playa de la Almadraba (Girona), se levantan las cuatro estrellas del hotel Almadraba Park, y su argumentario: panorámica de la Bahía de Roses desde sus amplios ventanales, piscina de agua salada volada sobre un cantil o un camino que contornea por el litoral hasta el arenoso linde del Mediterráneo. Además, cuenta con embarcadero privado en verano, admite mascotas, ofrece servicio de canguro, menú especial y piscina infantil. Y en la carta de su restaurante las gambas rojas de Roses son el plato estrella. Para aderezar el sedentarismo al que invita su aérea terraza, alquiler y rutas costeras para bicicletas, tenis o squash, para relajarse después con una copa en el jardín.
04 Chocolate caliente en cuerpo o taza
El pueblo ilerdense de Llavorsí no es exclusivamente invernal; se puede practicar deporte de acción también en verano. El torrente del Noguera-Pallaresa admite un copioso menú de aventura acuática, que tramos de rápidos para el rafting, descenso de barrancos y aguas para kayak o canoa. El entorno circundante también invita a los de secano, con lagos y montañas por donde discurren recorridos senderistas y para bicicleta de montaña, rutas a caballo o descargas de adrenalina vía puenting. Para recuperar el aliento, el hotel Riberies cuenta con un spa para descender pulsaciones entre vapores del baño turco y masajes de chocolate caliente y aceite de almendras dulces.
05 Semana espirituosa entre barricas y viñedos
Sobre el río Tormes se ubica el hotel y bodega Hacienda Zorita, en Salamanca. Se trata de un antiguo convento de dominicos del siglo XIV rodeado de jardines y viñedos. En él, abundan las actividades de corte espirituoso: visita a la hacienda y bodega de crianza, cata de vinos y degustación de alimentos naturales. Y para el consecuente reposo, una sesión en el Wine Spa & Chillout, con tratamientos a base de esencias naturales y vinoterapia; bufé de frutas, zumos y alimentos naturales del Duero.
06 Estancias con renombre y paseíllo
La antigua casa del Conde de la Berrona, en Zafra, es hoy el hotel Casa Palacio Conde de la Corte. Los aficionados al mundo del toro encuentran en él un refugio acogedor y hasta devoto; con ambiente museístico. Cada una de las estancias se identifica con una figura del toreo o un sello ganadero, grabado en su puerta. Destaca, por ejemplo, la habitación Gran Clase Rivera Ordóñez, sobre todo por el baño árabe que incorpora.
07 Regreso a la taifa
Hospedarse en la Alcoba del Rey de Sevilla implica un retroceso espaciotemporal a la época de los Al-Mutamid y el Reino abadí de Sevilla. Cada habitación está dedicada a un personaje significativo de Al-Andalus (la taifa del Sevilla fue uno de los centros culturales más significativos), y tanto la decoración de cada una de las estancias (arcos de herradura, telas de seda y algodón, perfumados muebles de madera de cedro), así como los aromas y el sabor de las tapas sevillanas de la abacería, transmiten la tranquilidad, sosiego e invitación al descanso con los que la cultura andalusí impregnó sus palacios.
Más propuestas e información en la guía 'Hoteles con Encanto 2011' de El País Aguilar
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