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Playas con intimidad (garantizada)

Diez calas desconocidas de negra arena balsámica en la isla de La Palma para relajarse, poner la mente en blanco y olvidarse de cualquier tipo de perturbación turística

Escondidas, pero ahí están. Aunque la isla canaria de La Palma no presume de grandes playas, a excepción de las conocidas Puerto Naos y Los Cancajos, cuenta con multitud de pequeñas calas solo accesibles para bañistas que estén dispuestos a adentrarse por senderos entre riscos o de los que se atrevan a tomar una barca. Fuera del bullicio del turismo, ruta por diez playas coquetas alrededor de la costa palmera para disfrutar de la máxima intimidad solo perturbada por la brisa del mar.

01 Con el verde llegando a la costa

Nogales es de las mejores playas de la zona norteña, donde la costa es más escarpada, aunque hay que tener cuidado al bañarse en sus aguas porque la corriente lleva a los nadadores de fondo, casi sin darse cuenta, de punta a punta de la cala. Al estar tan cerca de la ladera, el verde de la montaña llega hasta casi la orilla y, después de las lluvias del recién despedido invierno, el contraste entre la hierba verde con las rocas oscuras dibuja una estampa natural muy particular que merece la pena ver a pesar de los casi 300 escalones que hay que bajar hasta llegar a ella.

02 Junto a la tradición salinera

En el mismo pueblo, en Puntallana, el sendero por el litoral lleva hasta la playa de Puerto Trigo, un punto tradicional de baño para los lugareños, de 30 metros de largo, que conserva muy cerca unas salinas naturales que utilizaban antiguamente para coger artesanalmente la sal. La institución local pretende crear un paseo marítimo que recorre a lo largo de casi tres kilómetros la costa del municipio. El itinerario comenzará en esta playa hasta otra cala de la zona, Punta Salinas.

03 No apta para 'playeros' con vértigo

Para los vecinos del pueblo de Garafía no es tan desconocida. Pero para la mayoría de los isleños, la playa de Bujarén es un pequeño rincón privado desde cuyo mirador se ve todo el Porís de Santo Domingo, con un enorme roque al frente, el de Las Tabaibas, de unos 70 metros de altura, que parece proteger esta encantadora cala norteña. Por lo aventurado del camino que lleva hasta ella, o porque está en un pueblo muy húmedo durante el invierno, no se encuentra en las guías turísticas.

04 Balneario natural entre volcanes

Más que playa, Echentive es un conjunto de charcas naturales que merece la pena visitar, formadas en el terreno ganado al mar tras la erupción del volcán Teneguía en 1971. La imagen de la montaña negruzca queda de fondo mientras se renuevan energías en las termas de la zona, donde han hallado aguas subterráneas a 60 grados. Muy cerca está la Fuente Santa, un manantial de aguas termales cuyas propiedades curativas ya desvelaban los cronistas de la isla.

» www.fuencalientedelapalma.org

05 Para buceadores

En el mismo municipio de Fuencaliente donde se localiza Echentive, la playa de Las Cabras es una de las preferidas por los aficionados al buceo. La ruta hasta dar con ella pasa bajo los molinos de energía eólica, gigantes de blanco que se alzan en un paisaje rocoso casi lunar. Los fondos marinos de La Palma tienen coral negro, lo que los convierte en un atractivo para los buzos, además de mantener una temperatura estable que permite inmersiones los 365 días del año.

06 Con el faro de custodia

En la punta Sur de la isla, la playa del Faro marca el final del territorio palmero. Situada dentro del parque natural de Cumbre Vieja y junto a las dos torres de faro, el antiguo y el moderno, se halla este hermoso paraje en el que la desconexión es absoluta, sobre todo en invierno. La playa, principalmente de callao, es el destino de veraneo preferido por los lugareños, que se instalan en las pequeñas casetas construidas alrededor y que, poco a poco, van desapareciendo por la aplicación de la Ley de Costas.

07 Paseo por la orilla de arena fina

Los que prefieren las playas para pasear encuentran en La Zamora, al suroeste de la isla, un destino perfecto para escuchar el crujir de la arena en cada paso. A unos 200 metros de playa Chica (sinónimo de pequeña para los canarios), es un lugar salvaje, una bahía romántica donde el sol en verano no se esconde hasta pasadas las nueve de la tarde. Los buceadores también la adoran.

08 Con el encanto del puerto pesquero

Puerto Espíndola, en San Andrés y Sauces, esconde una playa bajo el acantilado y refugiada por el puerto marinero. Este tradicional enclave pesquero, conserva su aroma a sal aunque la zona haya sido remodelada recientemente. Es una playa rústica, de arena y grava negra. En el restaurante a pie de playa, se puede escoger el pescado que después estará sobre el plato, directamente desde el cubo del pescador que aparece por la puerta con sus presas del día.

09 La Cueva Bonita

Por el Norte, el perfil es de difícil acceso, tanto, que la Cueva Bonita es un lugar en el que darse un chapuzón reservado solo para lo que tienen, o piden prestada, una barca. Esta singular gruta se encuentra justo bajo uno de los múltiples y agrestes acantilados que jalonan el litoral de Tijarafe. Dentro de la cueva puede admirarse la bóveda que la cubre jaspeada de azul, blanco y verde. Tiene dos grandes bocas en las que se cuela el mar y por donde, según cuenta la tradición oral de los cronistas, a lo largo del siglo XVII, durante las incursiones berberiscas y musulmanas a la isla, muchos pescadores salvaron su vida entrando por un lado y saliendo por el otro.

10 Para los bañistas en familia

Aunque esta zona no cumple la premisa de intimidad de esta selección, las piscinas naturales de La Fajana, en Barlovento, son una parada obligatoria. El chapuzón puede disfrutarse incluso en familia, pues tiene una pequeña piscina que apenas cubre, para los niños. El mar, al otro lado del muro que separa de la zona de baño, levanta olas de varios metros de altura cuando está revuelto. De esta forma, el agua de las piscinas está impecablemente limpia, sin necesidad de ninguna bomba, pues se renueva como mínimo, dos veces al día.

En la punta sur de la isla, esta cala de rocas y grava, marca el final del territorio palmero
En la punta sur de la isla, esta cala de rocas y grava, marca el final del territorio palmeroDAMIÁN MARTÍN
DAMIÁN MARTÍN

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